VALENCIA. El plan de envases retornables que prevé implantar el Consell a partir de 2018 se topa con su primer escollo formal. Tras varias semanas en las que la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha ido exponiendo las líneas generales del plan y recabando las inquietudes de los implicados, la Cámara de Comercio ha sido la primera organización empresarial en manifestar formalmente su rechazo por los "severos perjuicios" que ocasiona un plan que, a su juicio, no se ajusta a la legalidad porque introduce la doble imposición.
El pleno de la institución que preside José Vicente Morata analizó este lunes los ejes del plan que el viernes anterior conocieron por boca del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro. La conclusión de este órgano, en el que están representadas grandes empresas del sector de la distribución como Mercadona o de la industria alimentaria -dos de los ámbitos que se verían más implicados por el plan- es que el plan no se ajustará a la legislación básica española, que deriva a su vez de una europea, e impide la doble imposición.
El plan de envases retornables (SDDR) que prevé introducir el Consell el próximo año para tenerlo a pleno rendimiento a partir de 2018 prevé incentivar el reciclaje de envases reembolsando al consumidor diez céntimos por cada uno de los envases, fundamentalmente de bebidas, que devolviese en los comercios para su reciclaje. Ese dinero, no obstante, le será cobrado de más en el momento de la compra y lo perderá si no devuelve el envase.
En la actualidad, los envases domésticos se tratan mediante un sistema de gestión colectiva basado en la colaboración público privada y que en España desarrolla Ecomebes, que también ha rechazado el plan. Este sistema, mediante el que los usuarios son corresponsables mediante la clasificación y el depósito de envases en contenedores para diferentes materiales, también es conocido como el del punto verde.
El sistema por el que son gestionados estos envases, la inmensa mayoría de los que entran en el circuito doméstico, no solo alimentarios, se financia mediante las aportaciones económicas de los envasadores, que pagan una cantidad que repercuten en el precio de los productos.
La Conselleria de Medio Ambiente tiene la intención de que su plan de envases retornables coexista con ese sistema de gestión colectiva, ya que los considera compatibles y, sobre todo, porque el que propone la Conselleria sólo afecta a un reducido tipo de envases, mientras que el resto -los de cosmética, por ejemplo- tendrían que seguir siendo gestionados por el sistema de contenedores.
Aquí es donde se explica la advertencia de los empresarios representados en la Cámara de Comercio. Con el nuevo plan, se puede dar la circunstancia de que el usuario soporte dos tasas en la compra de un mismo envase: la que paga por el punto verde y la que pagaría para su posterior reembolso con el nuevo sistema. Esta circunstancia, a juicio de los empresarios representados en el pleno cameral, contraviene la normativa.
Por ese motivo, la Cámara de Comercio está a la espera de recibir el borrador de la ley en la que trabaja el Consell para introducir este sistema con el objetivo de plantear sus alegaciones.
Pero la doble imposición no es la única objeción que plantean a este plan que, en su opinión, reportará "severos inconvenientes y perjuicios". Así lo recogerán en un escrito que próximamente presentarán en la Conselleria de Medio Ambiente.
El SDDR ocasionará problemas tanto al consumidor como a los establecimientos comerciales, consideran, sobre todo por las dificultades que implica la gestión de los envases con este sistema.
La principal crítica al proyecto es la exigencia de espacio en los comercios, un inconveniente sobre todo para los establecimientos pequeños. Algunas de las intervenciones que se produjeron en el pleno de este lunes destacaron la circunstancia de que, para que puedan ser aceptados en el momento de la devolución, los envases se han de devolver intactos porque se ha de poder leer el código de barras. Ello implica tener que dedicar muchos metros a almacenar esos envases vacíos.
Ese mismo volumen vacío hará también que el transporte de los mismos hacia las plantas de tratamiento sea poco eficiente, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental. "Se les ha pedido intentar mejorar al máximo el sistema actual en lugar de poner otro sistema en marcha que va a perjudicar a los comercios pequeños", destacaron fuentes empresariales.
Otra de las objeciones que los representantes empresariales plantean al método de retorno es de tipo higiénico y sanitario, ya que la normativa es muy estricta con la presencia de zonas de reciclado junto a áreas destinadas a alimentación.