VALÈNCIA. Las elecciones municipales de 2019 tienen en València ciudad una de sus incógnitas principales. ¿Cómo se resolverá la Alcaldía? ¿Logrará Joan Ribó repetir como primer edil? ¿Podrá reeditar su mandato el Govern de La Nau frente a una posible alianza de PP y Ciudadanos?
Al margen de estas preguntas, en el ámbito interno existen otras incógnitas que todavía no se han despejado. Por ejemplo, quiénes serán los candidatos que concurran por la coalición valencianista en los comicios. A día de hoy, la gran mayoría de ellos -por no decir todos- juegan al despiste aunque desde sus entornos se desliza el deseo de repetir el mandato dado que, como muchos de ellos argumentan, cuatro años es "demasiado poco" para "cumplir un proyecto de gobierno".
Un razonamiento que, al margen de que sea cierto, genera ciertas disensiones en el marco de la coalición. A la postre, que la candidatura al consistorio esté formada por exactamente las mismas personas que la compusieron en 2015 no deja de chirriar interna y externamente. ¿Nada es mejorable? ¿Todos han rendido a un nivel de excelencia? Son preguntas que se hacen dirigentes de Compromis cuando se les inquiere respecto a la posibilidad de que sean los mismos candidatos para los siguiente cuatro años.
Efectivamente, no hay acuerdo en ello. No todos han rendido como se esperaba ni el deseo generalizado es que todos ellos repitan como concejales. Ahora bien, todo tiene sus matices. Para empezar, si se repiten los códigos alcanzados en las primarias de 2015, las cuotas coincidirían, con lo que el margen de maniobra no sería precisamente alto. Cremallera chico/a-chico/a y reparto entre las diferentes sensibilidades de la coalición: Bloc-Iniciativa-Verds/Equo-Gent de Compromis.
Con todo ello, la sensación es que todos los que ahora son concejales desean repetir en su puesto. Una de las pocas dudas ha surgido con la número dos de la candidatura: Consol Castillo, mujer del histórico dirigente del Bloc Pere Mayor, quien ha mostrado internamente sus dudas sobre si continuar o no. Esta sería una variación importante dado que fue número dos en la lista, justo por detrás del ahora alcalde Joan Ribó. Sobre esto, algunos dirigentes del Bloc vienen impulsando como opción alternativa a la actual secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, como posible número dos al consistorio.
Más allá de esto, la única variación que se presume como obligada es la que atañe a Isa Lozano. La concejal entró en su día en la candidatura como cuota de Gent de Compromís pero, meses atrás, formalizó su entrada como afiliada al Bloc, por lo que no podría ocupar el espacio dedicado a los adheridos sino a la formación nacionalista. De ser así, y contando con que Castillo no abandonara la carrera, el Bloc tendría un 'overbooking' en sus puestos mientras que quedaría un hueco libre en Gent de Compromís.
En esta línea, algunas fuentes de la coalición apuntan a que el propio Joan Ribó viene estudiando la posibilidad de incorporar a alguna figura independiente -que pudiera sumarse al proyecto dentro de la cuota de Gent de Compromís- para ocupar el espacio de Lozano. No obstante, al margen de ese cambio, y si Castillo continúa, el resto de los concejales existentes tendrían altas opciones de seguir en sus puestos.
Un escenario de continuidad -algunos lo llaman inmovilismo- que no termina de agradar a distintos sectores de la coalición, que consideran que aunque el consistorio haya funcionado -a su juicio- aceptablemente, es obligado impulsar ciertas dosis de renovación a una candidatura municipal que, pese a su buen resultado en 2015, no tiene garantías plenas de continuar al mando en el siguiente compromiso con las urnas ante las distintos equilibrios que podrían darse en las elecciones.