cuatro aspiran a desbancar a su socio compromis en oliva, catarroja, carcaixent y alzira

Repóquer de candidatas para ganar las alcaldías de cinco grandes municipios que se resisten al PSPV

5/02/2023 - 

VALÈNCIA. Las cariátides son las figuras femeninas con función de columna que sostienen, sobre su cabeza, el entablamento de una construcción. La más representativa la constituye la llamada Tribuna de las Cariátides (en alusión a las ciudadanas de la antigua ciudad griega de Carias), en la ateniense Acrópolis.

En el PSPV en la provincia de València numerosas alcaldesas mantienen, sobre su cabeza, el peso del gobierno de sus poblaciones. Ellas ya saben lo que significa llevar esa carga o desarrollar ese cargo con honor. 

En cambio, otras de sus conmilitonas aspiran a portarla en sus respectivos municipios. En concreto, la formación que lidera Ximo Puig a escala autonómica ha puesto especiales expectativas en cinco de ellas para intentar ganar la alcaldía en otras tantas grandes ciudades con más de 20.000 habitantes de la provincia que se resisten a enfundarse el rojo socialista.

La encuesta confirmadora

Ana Morell, vicealcaldesa de Oliva, encabeza este repóquer de candidatas porque, a tenor de las expectativas y de un reciente barómetro difundido por Onda Naranja Cope, tiene más al alcance lograr una alcaldía que a su partido, el PSPV, se le ha resistido los dos últimos mandatos debido al crecimiento de Compromís. 

En cambio, en los comicios del próximo mes de mayo la situación podría variar. La citada encuesta le da la victoria electoral y siete ediles sobre 21, mientras que la coalición compromisaria, que ha cambiado de alcalde a mitad de este periodo de gobierno al marcharse su candidato en 2019, David González, a ocupar un puesto en la Generalitat, bajaría de seis a cuatro. Se tornaría la situación. 

El PSPV local suscribió a última hora, antes del pleno de constitución de junio de 2019, un acuerdo de ejecutivo con Compromís que se le atragantaba por la experiencia del anterior mandato. Lo hizo obligado por el efecto de las ondas locales de l´Acord del Botànic, y le tendió la vara de mando por cuatro años, pese a solamente tener un edil de diferencia, a Compromís. En este tiempo, y desde la vicealcaldía, Ana Morell ha sabido marcar distancias y ganar terreno. 

"Vamos a ser el partido más votado seguro. Nos hemos centrado en la gestión más que en las críticas, lo que se suma a que nuestra candidata es una persona muy trabajadora, que conoce las necesidades de la gente del pueblo", explican desde la dirección comarcal socialista, que tiene plena confianza en dar el sorpasso a Compromís en la principal ciudad de la comarca Safor que dirige la coalición naranja.

Una situación similar se produce a unos 60 kilómetros de distancia hacia el norte de la provincia, en Catarroja. Tanto PSPV como Compromís mejoraron resultados en los comicios de 2019 respecto a los de 2015, aunque más los primeros. No obstante, se trató de un victoria pírrica, ya que se vio abocado a ceder la alcaldía a la coalición compromisaria, con siete escaños por los seis socialistas. Como en el caso de Oliva y al contrario que en Paiporta, lo hizo por todo el mandato.

Da la cara

De esta forma Jesús Monzó revalidó por cuatro años la alcaldía que ya ganó en 2015. Ahora, en 2023, volverá a optar. Una de sus principales contrincantes será su vicealcaldesa, la socialista Lorena Silvent, que utiliza un lema muy elocuente, con carga de profundidad hacia el propio Monzó, "l´alcaldesa que dona la cara". Licenciada en Derecho y liberada en el Ayuntamiento de Catarroja desde 2017, dirige dos delegaciones de tanto peso en la organización del municipio como Seguridad y Recursos Humanos.

"Ganará y gobernará. Tiene capacidad y ha adquirido mucha experiencia desde el puesto de vicealcaldesa", apuntan desde cúpula del PSPV en l' Horta Sud, donde cuentan con sumar esa alcaldía a las otras 16 que ostentan en la comarca.

También sueñan con la de Alfafar, aunque en esta población ya saben que el reto adquiere ribetes de pantagruélico, pese a la confianza de la formación socialista en la labor de oposición desarrollada hasta la fecha por su candidata, Noelia García

En este municipio el actual primer edil, Juan Ramón Adsuara, logró una mayoría absoluta de 11 sobre 21 para el PP en 2019 cuando la marca del partido del logo azul estaba por los suelos, en los tiempos ominosos de la presidencia de Pablo Casado. La tendencia ha cambiado, y Adsuara, además, goza de un enorme predicamento en su población, donde aspira a renovar su victoria con una diferencia incluso mayor.

La inexpugnable Alfafar

El PSPV, en cualquier caso, parte de una base relevante de ocho ediles. Para mejorar y ganar debería de absorber alguno de los populares. Compromís y Unides Podem se reparten los otros exiguos dos. "Tiene mucho nivel y ha realizado una gran labor como portavoz de la oposición", insisten desde la comarcal, donde reconocen que "le falta la visibilidad de la alcaldía o de dirigir delegaciones".

Retornamos al sur de la provincia, aunque nos quedamos a mitad de camino hacia La Vall d´Albaida para detenernos en la Ribera Alta. La primera parada es su capital, Alzira, una ciudad que ronda los 45.000 habitantes y en la que en la actualidad el PSPV ejerce de comparsa de gobierno de Compromís. Este último tiene nueve ediles, por lo que con los tres socialistas dirige el municipio.

La aspirante del PSPV, Gemma Alós, no ostenta una vicealcaldía. Trata de extraer el máximo jugo de sus delegaciones de Participación, Salud, Consumo y Régimen Interior y, sobre todo, del cambio al frente de la coalición compromisaria que se producirá con la retirada anunciada del alcalde, Diego Gómez

Del mismo modo intentará aprovechar la debilidad del PP, con un candidato impuesto -José Luis Palacios- desde la dirección regional que ha generado rechazo en gran parte de la militancia local. Para ello, y superando el runrún de división interna entre las propias bases socialistas que parece obedecer también a esa especie de problema disgregante endémico de la política alzireña, pretende optar a la alcaldía. 

La dirección ribereña socialista confía en ella -"es humilde, muy trabajadora y gana bastante en las distancias cortas", apuntan como calificativos- aunque con el realismo de que más que lograr la alcaldía su objetivo consistirá en mejorar resultados y restaurar la imagen de partido ganador del PSPV que perdió dos décadas atrás.

Fragmentación en Carcaixent

Una situación similar ocurre en Carcaixent, un municipio acostumbrado a la fragmentación política en el que Compromís, pese a perder cuatro concejales en 2019 respecto a 2015, pudo salvar la alcaldía para Francesc Salom. La caída de la coalición compromisaria, su pérdida de fuerza como marca y la marcha del primer edil, al que sustituirá el hostelero Enric Casassús como cartel electoral, son factores que pueden jugar a favor de la vicealcaldesa y candidata socialista Sara Diert

Su partido eleva las expectativas en su victoria -"tiene experiencia, viene del tejido productivo local y hace una acción muy a pie de calle acompañada de gestión", rubrican- y en que pueda dirigir este municipio de poco más de 20.000 habitantes que no preside alguien del PSPV desde 1992, año en el que fue desalojado mediante una moción de censura Pascual Vernich

Desde entonces se han sucedido en la posesión de la vara de mando Unión Valenciana, Partido Popular y Compromís. Diert aspira a romper con esa sensación de derrota crónica socialista en Carcaixent. Sobre ella, volviendo al símil de las cariátides, recae parte del peso del entablamento de su partido en la Ribera Alta.


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