VALÈNCIA. Alzira se asemeja a València en su panorama político municipal. El alcalde de Compromís, Diego Gómez, izó la vara de mando el pasado mandato y en las elecciones de 2019, al igual que Joan Ribó en la capital y al contrario de lo sucedido en la mayoría de municipios gobernados por la coalición compromisaria, mejoró resultados. El PSPV le sirve de báculo para sostener su equipo de gestión. En el caso alzireño lo hace con tres concejales.
No obstante, en la agrupación socialista de la capital de la Ribera Alta se ha producido un cambio significativo: Gemma Alós ha logrado, después de un convulso proceso interno, ascender a la secretaría general y convertirse en candidata a la alcaldía.
Tras conseguir el respaldo prácticamente unánime del socialismo local, explicaba a Valencia Plaza que "queremos recuperar el contacto perdido con el electorado. Fuimos el partido de referencia de la izquierda durante muchos años y hemos de volver a serlo. Para conseguirlo tenemos que pisar mucho la calle y estar en todos los ámbitos de la sociedad. Debemos crecer y escuchar".
Y para obtener esa primera posición debe adelantar a Compromís, un reto que se ha fijado también la socialista Sandra Gómez en València. No obstante, a diferencia de la concejal capitalina, la ribereña no ha perdido tiempo, una vez accedido al cargo, en lanzar una primera andanada a su socio de gobierno.
El concejal de Servicios Urbanos y Obras Públicas, Fernando Pascual, alertaba ayer de una "nueva oleada de actos vandálicos" en los parques de Alquenència y de la Marina Española y en la plaza de la Constitución, "con destrozos que han afectado al mobiliario urbano, juegos infantiles y elementos patrimoniales". A la vez que denunciaba estos sucesos, explicaba que su delegación ha iniciado "los trabajos de reparación de estos dos espacios de la ciudad".
En València el concejal de Protección Ciudadana, el socialista Aarón Cano, trata de quitar importancia a los incidentes callejeros urbanos. Además de negar continuamente aumento de la delincuencia, hace escasos días apeló incluso a cuestiones léxicas que amplifican la alarma, al afirmar que "antes decíamos riñas y ahora son reyertas para hacer más grande lo que pasa desde hace años". Es la oposición, sobre todo PP y Ciudadanos, quien insiste en el incremento de delitos.
En Alzira la delegación de Seguridad Ciudadana la dirige Compromís, y más en concreto su concejal Sara Garés. En este contexto, el edil socialista Pascual, que forma parte del equipo de gobierno, no ha tenido reparo en utilizar el término "actos vandálicos", una expresión que precisamente no genera tranquilidad en quien la escucha y que en otras localidades suele formar parte del argumentario de la oposición. No tiene reparos semánticos.
De manera indirecta, ha señalado a la viga maestra de la coalición que manda en el Consistorio de la capital de la Ribera Alta. Y, tras hacerlo con una nota de prensa suscrita por el grupo local del PSPV en la que advierte de destrozos en el patrimonio municipal, pone a su concejalía, la comandada por un edil socialista, como responsable de arreglar el desaguisado.
"Queremos ganar las elecciones", insistía Gemma Alós, que no se arredra ante el hecho de que Compromís, con nueve ediles, triplique la composición del grupo socialista municipal, que cuenta únicamente con tres. El PSPV ha dirigido durante lustros Alzira hasta que las cuitas internas lo fragmentaron y lo sumieron en una decadencia de la que trata de salir.
Para recuperar su fulgor de antaño sabe que debe superar a su principal rival y también socio de gobierno: el partido del alcalde Diego Gómez. Cuando Alós afirma que su formación aspira a ser el referente de la izquierda, hace hincapié precisamente en pasar por delante de Compromís per Alzira.
Mientras, Diego Gómez, a diferencia de Ribó, todavía no ha aclarado si volverá a optar a la alcaldía. En su coalición están convencidos de que, al igual que el primer edil capitalino, prestará ese último servicio a Compromís y encabezará su candidatura en 2023.