VALENCIA. La aplastante superioridad demostrada por Albert Rivera y su candidatura en la asamblea general de Ciudadanos celebrada este fin de semana puede tener consecuencias negativas e inmediatas en la formación naranja. La eliminación del concepto de socialdemocracia en la definición ideológica del partido y lo que algunos críticos califican de "autoritarismo" a la hora de elegir las propias estructuras autonómicas y las candidaturas electorales han removido las entrañas de una fuerza política coral que está formada por diferentes sensibilidades.
Así, tal y como informó Valencia Plaza el pasado sábado, la formación naranja atraviesa una fuerte crisis en la Comunitat -especialmente en el grupo parlamentario- que amenaza con acentuarse tras la potencia de fuego demostrada por Rivera y los suyos en el cónclave estatal celebrado en Coslada. Los críticos no han encontrado espacio ni rendija alguna, así lo afirman algunos de ellos, para sentirse representados en la dirección o en la manera de definir organizativamente el partido. La lista 'plancha' de Rivera -125 representantes de #españaciudadana para los 125 puestos en juego en el comité- disuadió a la minoría que estaba en desacuerdo a la hora de plantear oposición: no había opción de integrarse en la nueva cúpula.
Con este escenario, la decepción tras la cita ha hecho mella en el citado sector, donde algunos dirigentes -incluso cargos institucionales- ya meditan la salida de Ciudadanos ya sea para continuar en política planteándose otras cotas o proyectos, o incluso si ostentan alguna responsabilidad, continuar trabajando -pero fuera de la disciplina del partido- en lo que consideran la línea primigenia de la formación naranja que ahora consideran alterada.
Al margen del cambio conceptual ideológico, algunos de los compromisarios consultados por este diario que estuvieron en la asamblea general lamentan, entre otras decisiones, la poca capacidad de maniobra que se permite a la militancia en la elección de candidatos tanto autonómicos como locales.
Una circunstancia ya conocida dado que venía en el borrador previo pero que finalmente se ha instalado pese a la oposición de los críticos, que ven reducida la participación dado que en el pasado se elegía a los cinco primeros puestos de cada lista a través de primarias allá donde el censo estuviera compuesto por más de 150 afiliados. Bajo la norma actual, tal y como se puede leer, solo el candidato a la Generalitat y los candidatos a las capitales de provincia se someterían a primarias siempre que se superaran los 500 afiliados. Ni siquiera Elche tendría primarias porque no llega a los 250.000 habitantes.
Es solo la punta del iceberg para un sector del partido que cada vez se siente, así lo admiten varios dirigentes, menos representado con las decisiones ideológicas y estatutarias que se desprenden de lo respaldado por la mayoría en el cónclave y de la propia dirección autonómica. Como ya ha informado este diario, en la Comunitat el control de la formación naranja lo posee el llamado 'Clan del Dátil', liderado por diputados -en su mayoría con pasado del PP- que poseen puestos orgánicos importantes como Emilio Argüeso, Emigdio Tormo y Juan Córdoba.
En la otra orilla se sitúan exdirigentes de UPyD como Alexis Marí, actual portavoz en Les Corts, y la eurodiputada Carolina Punset, que se han mostrado críticos en público con el camino adoptado por Rivera y, especialmente, por sus acólitos en tierras valencianas. Precisamente Punset hizo el amago de plantar batalla a Rivera pero finalmente evitó el pulso, fijando la fecha de su boda con Marí para este pasado sábado, día clave de la asamblea general.
En cuanto a la corriente oficialista, sus miembros vivieron un fin de semana dulce en la asamblea general, viendo como 13 dirigentes de su núcleo eran incluidos en la lista para el comité de 125 que copó Rivera. Así, además de referentes como Argüeso y Córdoba, también fueron incluidas las parlamentarias autonómicas Mari Carmen Sánchez, Mercedes Ventura y Rosa García, la diputada provincial Mamen Peris, el coordinador autonómico, Jorge Ibáñez, el concejal de Moncada Jesús Gimeno o el diputado nacional Vicente Ten entre otros.
Ciudadanos ha jugado sus cartas y ha perdido. Su último error estratégico ha sido salir en ayuda de un Gobierno acorralado por su nefasta gestión de la pandemia. Arrimadas y los suyos lo pagarán en las urnas. Pero la culpa principal es de Rivera por abrir la puerta al desastre actual al negarse a pactar con los socialistas hace un año