VALÈNCIA. Compromís ha dejado la pelota en tejado socialista en un capítulo más de esta batalla por la culpa un mes después de los comicios. Este martes, el equipo negociador de Joan Ribó citó al homólogo de Sandra Gómez para avanzar hacia un gobierno de coalición en unas conversaciones atascadas en el modelo de ejecutivo, en el 'cómo'. La coalición valencianista proponía un modelo con gerentes situados por encima de los concejales electos y los socialistas se oponían a estar "subyugados" al mismo tiempo que exigían la figura de la vicealcaldía para su portavoz.
Este martes, Compromís retiró de la mesa su modelo gerencial y pidió al PSPV que hiciera lo propio con la vicealcaldía. Los socialistas, por su parte, no lo consideran una cesión. Fuentes del partido explican que es "obvio" no aplicar esta arquitectura interna, por lo que no creen que haya sido una cesión real, sino un "globo sonda" para intentar descargar la responsabilidad del acurdo en el PSPV. Tras la reunión, miembros del partido opinaban que, tras el movimiento de Compromís, las negociaciones vuelven a lo que debería haber sido el punto de partida. "Es algo obvio de lo que no se debería haber estado hablando", aseguraban.
Con este movimiento, la formación de Ribó propicia que el único elemento de la disputa sea el cargo de la vicealcaldía y presiona a los socialistas para que cedan en su obstinación. Los de Gómez habían estado insistiendo en las últimas jornadas que no era cuestión sólo de dicho cargo, sino la concepción del ejecutivo planteada. Solicitaban un gobierno municipal donde hubiera un trato entre ambas fuerzas "de igual a igual". Y bajo este prisma, consideran que tanto el modelo de gerentes -explicado con vaguedades desde Compromís, apostillan- como el rechazo a la vicealcaldía van en contra del mencionado proyecto de coalición.
El PSPV quiere que el acuerdo de València sea concebido casi a imagen y semejanza del acuerdo autonómico entra ambas fuerzas y Podem, el acuerdo del Botànic. De ahí, su pretensión de aterrizar a nivel municipal para Sandra Gómez el cargo de vicepresidenta del Consell de la Generalitat que ostenta Mónica Oltra. La coalición no cree que sea un modelo asimilable porque la estructura de la administración autonómica no es comparable con la de un Ayuntamiento.
Ciertamente, la estructura que había planteado la coalición del guiño era difícil de aplicar actualmente en el Ayuntamiento de València. Como desarrolló este diario, el consistorio no contaba con la normativa a su favor para hacerlo como sí la tienen otras ciudades como Barcelona, plaza desde donde se pretendía importar este modelo gerencial. Para llevar a cabo la reorganización propuesta por Ribó sería necesario que Les Corts dieran salida a una Ley de Capitalidad para que la ciudad pudiera contar con su Carta Municipal. El objetivo: más competencias y la posibilidad de reorganizar la arquitectura interna del consistorio.
Justo después de las elecciones, y en respuesta a este diario, el entorno del alcalde explicaba que la voluntad era renovar la estructura municipal, pero que eran cuestiones que todavía se tenían que estudiar. Se quería hacer pero no era una medida sencilla de aplicar. Entonces aseguraban: "Es momento de otra cosa". Ahora, con las negociaciones encalladas, el equipo negociador de Compromís ha decidido "renunciar" a este modelo, un modelo que, en la práctica, ya se entendía complicado o imposible de aplicar por el momento.
Por ello o no, este martes, tras dos semanas de desencuentros, Compromís dio un paso atrás y transformó esta estructura -con funcionarios gerentes situados por encima de los concejales- en otra similar a la que actualmente rige el consistorio. La novedad es que habría siete grandes áreas, cuatro dirigidas por la fuerza de Ribó y tres, por los de Gómez. Dentro de cada una de ellas se encontrarían las delegaciones que tuvieran competencias "próximas entre sí", como explicó Compromís en un comunicado.
Los concejales encargados de cada área tendrían "toda la capacidad política" para fijar sus líneas programáticas, siempre que fueran propias de un gobierno progresista y acordadas en el pacto entre ambas fuerzas. Y al mismo tiempo, estos concejales de área podrían delegar las tareas administrativas de coordinación entre delegaciones a un coordinador/a, que ostentaría únicamente tareas administrativas y se situarían dentro de cada área. Es decir, por debajo de los concejales de área y no por encima.
Compromís ha ido más allá e incluso ha planteado la posibilidad de que ni se organicen estas coordinaciones administrativas. "Si en todo caso, el PSPV tampoco asumiera la existencia de coordinaciones administrativas, Compromís estaría dispuesto a renunciar también a ellas", añade el comunicado. Aseguran en la coalición que es una buena muestra de voluntad de cara a consolidar un ejecutivo conjunto.
Esta decisión no fue suficiente para los socialistas, que daban por supuesto que la propuesta inicial era del todo inaceptable por el equilibrio de fuerzas establecido entre ambos partidos -Compromís ha ganado un edil en los últimos comicios y el PSPV, dos- y por la dificultad de su aplicación. La vicealcaldía para Sandra Gómez, por tanto, sigue encima de la mesa.
Todo sigue igual, excepto la confianza entre ambos socios, muy cuestionada ahora mismo hasta el punto de que mientras en la coalición valencianista asegura que el acuerdo programático está casi cerrado, en el PSPV explican que hay bastantes cuestiones que todavía no se han resuelto y que se han postergado al haber discrepancias entre ambos programas electorales. El acuerdo sigue atascado.
La regulación del Ayuntamiento fija el 8 de junio como el día tope para que se celebre el pleno de organización. Como muy tarde ese día se podrá llegar a un acuerdo de gobierno y delegar las funciones que ahora están condensadas en la figura del alcalde. Por el momento, sólo ha delegado la Mesa de Contratación en el regidor Sergi Campillo y algunos expedientes en la figura de Pere Fuset. Además, el pasado viernes se produjo una Junta de Gobierno Local transitoria para desatascar numerosos expedientes que estuvo presidida por el alcalde y a la que acudieron tres regidores de Compromís y dos del PSPV. Este viernes, de seguir sin acuerdo, se prevé funcionar de la misma manera.