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Sandra Gómez: ¿La próxima alcaldesa?

Es la alternativa del PSPV al actual alcalde, Joan Ribó, en el Ayuntamiento de Valencia. Hasta 2019 quedan dos años de coexistencia pacífica con el telón de fondo de las próximas municipales

| 23/12/2016 | 5 min, 27 seg

VALENCIA.- Sandra Gómez López (Valencia, 1985) es una de las apuestas de futuro del PSPV. Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia desde el pasado mes de agosto, tras la incorporación de Joan Calabuig al Gobierno valenciano, esta mujer ha tomado las riendas del grupo municipal socialista con una ambición: que los ciudadanos reconozcan la gestión que realiza su partido y que lo aúpen a la alcaldía en las elecciones de 2019. Integrante de una nueva hornada de políticos cuya referencia es José Luis Rodríguez Zapatero, Gómez se define como socialista, joven y mujer. Cabanyalera de corazón y de convicción exhibe dos ideas de manera reiterativa: que Valencia se abra al mar y que la socialdemocracia no traicione a una clase trabajadora que, en otros países, ha llevado su desencanto y su voto a la extrema derecha.

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Se apuntó pronto al Partido Socialista, con 18 años recién cumplidos. Llegó de manera natural al partido, imbuida por el ambiente familiar —un hogar de clase trabajadora con un padre afiliado a la UGT— y un espíritu de rebeldía contra la injusticia que empezó a desperezarse con la imagen de las manifestaciones contra la guerra de Irak. 

Gómez es hoy uno de los pocos referentes jóvenes del PSPV, un partido que sufre para atraer a los votantes menores de 45 años. La edil socialista responde a uno de los patrones clásicos de los cuadros del partido. Es licenciada en Derecho y ADE por la Universitat de València y, como muchos otros dirigentes políticos valencianos, pasó por el Consell de la Joventut de la Comunitat Valenciana, donde fue presidenta, antes de acceder a un cargo público. Ella se define a sí misma como una política de la 'Generación ZP' en referencia al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. La cuestión no es menor en el PSOE, porque implica que carece de la vinculación emocional de otras generaciones con la España del cambio de Felipe González. Por contra, la pulsión política de Gómez tiene sus raíces en la España de libertades y derechos sociales de Zapatero.

«Yo me afilié al PSOE porque Zapatero era el presidente de los jóvenes y puso en marcha la renta de emancipación y nuevas becas», asegura esta mujer, que considera vital que el partido hable de lo que hoy preocupa a los jóvenes: «la salida laboral y las expectativas de trabajo». «La gente joven hemos entrado en un estado de ansiedad porque no tenemos oportunidad de demostrar a la sociedad lo que podemos aportar. Y tenemos que hablar de esas cuestiones», sentencia.

Sin embargo, la oportunidad de saltar a primera línea política le llegó de la mano del anterior portavoz municipal, Joan Calabuig, quién le ofreció llevar la acusación del grupo socialista en el caso Nóos y, más tarde, incorporarse a la candidatura municipal de 2015. «He seguido su trayectoria y confío en ella», dijo entonces Calabuig para explicar porqué le había ofrecido el número dos de la lista. «Es brillante y está acostumbrada a la resolución de conflictos», explicó el cabeza de lista del PSPV.

La concejala tiene, además de convicciones, una mezcla poco frecuente en el partido de frescura y arrojo para enfrentarse a tareas difíciles. Por eso no es de extrañar que el secretario general del PSPV, Ximo Puig, consciente de la necesidad de rodearse de jóvenes, la eligiese en su campaña de primarias a la Generalitat para presentar su candidatura. «Si quieres cambiar de verdad este País Valenciano, tienes que ser el pueblo», le espetó la joven a un sonriente Puig. 

Pero Sandra Gómez no siempre ha acertado con sus apuestas. En 2012 se volcó, como responsable de las Juventudes Socialistas del País Valenciano, con la candidatura de Carme Chacón a la secretaría general del PSOE. «Será para mí un orgullo, algún día, decir a mis hijos o a mis nietos que representé a la primera mujer secretaria general del PSOE. Carme Chacón, una tiarrona», dijo Gómez. Se equivocó. La candidata vinculada a los Gobiernos de Zapatero perdió frente a un hombre de cultura felipista como Alfredo Pérez Rubalcaba

Aun así, para la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia, el partido sigue siendo un instrumento para cambiar la vida de la gente. «El liderazgo ha de ir ligado al proyecto político», manifiesta la socialista, que se muestra incómoda con la situación que vive el PSOE, inmerso desde hace dos años en un pulso de liderazgos entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. «Hace falta generosidad», dice Sandra Gómez, que no oculta su escepticismo ante la idea de que alguno de los dos pueda ser la solución a la crisis que atraviesan los socialistas.

Su perfil, todavía en construcción, va con los nuevos tiempos. Gómez cree que donde gobiernan las mujeres «la acción política es diferente porque es más justa, más igualitaria y hay más democracia».

Amante de los animales y aficionada a deportes como el baloncesto, Sandra Gómez gusta de la lectura de autores como José Saramago o Stéphan Hessel. Sus detractores creen que todavía está verde para convertirse en una referencia dentro del PSPV y que necesita más tiempo para vestir su discurso sobre el modelo de ciudad al que aspira para Valencia. Por ahora, ha salido indemne de su paso por el caso Nóos y la concejalía de Protección Ciudadana —un área de hombres—. Por delante tiene el reto de demostrar que es capaz de ganarse el partido en Valencia y de recuperar el terreno perdido ante Compromís.

 * Esta artículo se publicó originalmente en el número 26 (XII/2016) de la revista Plaza.

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