VALENCIA. Sanidad ahorró cuatro millones de euros durante 2016 con la recuperación parcial de las resonancias para varios hospitales públicos. Así lo aseguraba este martes la consellera del departamento, Carmen Montón, respecto al servicio que presta Eresa a través de Erescanner Salud y que está virando al modelo C.
El Modelo C implica que aunque el servicio se preste con maquinaria y técnicos de Erescanner Salud, el radiólogo que informa es personal del Servicio Valenciano de Salud y no de la empresa contratista, como ocurre en el Modelo A.
Durante 2016 varios departamentos pasaron a este modelo. La Plana (Castellón), General de Alicante, General de Elche y Clínico (Valencia) a partir de octubre. Estas nuevas áreas se sumaron a las de Gandia, Sagunto y General de Castellón, que se incorporaron a principios de año al Modelo C, y La Fe, Orihuela y Alcoy, que ya estaban introduciéndolo antes de junio de 2015.
Su introducción en los hospitales es gradual, ya que hay que formar a los radiólogos de la sanidad pública para este tipo de pruebas, ya que al menos desde el año 2000 no han tenido que participar en ellas puesto que el servicio está externalizado. Es lo que la consellera de Sanidad, Carmen Montón, ha calificado en más de una ocasión como "secuestro del conocimiento" de esta tecnología.
El plan, que se está llevando a cabo en coordinación con la Sociedad de Radiología de la Comunitat Valenciana, tiene como objetivo que la red sanitaria pública esté preparada, una vez finalice en contrato de resonancias vigente en 2018, para asumir esta prestación. El doctor José Vilar Semper, jefe del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Doctor Peset, fue designado encargado de liderar la comisión de trabajo con este fin.
El Hospital General de Valencia - gestionado por un Consorcio participado entre Generalitat y Diputación de Valencia- es el que más cerca está de finalizar el contrato, realizado al margen del resto de hospitales. La dirección del Consorcio que gestiona el centro hospitalario comunicó antes de terminar el año a la empresa controlada por la familia Saus la denuncia del contrato de resonancias magnéticas, que vence el 8 de enero de 2018, a los que, según aseguran, seguirá el de TAC, que vence en el mes de julio. En 2016, el Consorcio Hospital General tenía previsto pagar 4,99 millones de euros a Eresa por las resonancias, al que se suma el de medicina nuclear con un presupuesto de 3,47 millones, y el de TAC, presupuestado en 3,96 millones en 2016. En total, 12,42 millones de euros.
Según fuentes conocedoras de las cifras presentadas a la Conselleria de Hacienda, la reversión de estos dos servicios ahorrará 3 millones de euros a las arcas del consorcio. En este presupuesto no solo entran las pruebas que se realizan en el mismo hospital, sino también las que se dirigen al centro del compañía en Campanar, derivadas en gran medida desde los centros ambulatorios.
Montón también señalaba el ahorro de 220 millones en gastos de funcionamiento gracias a la "eficiencia en la gestión" en 2016 referida al área terapéutica y asistencial.Según explicó, 54 de ellos han sido destinados a la recuperación de derechos, las ayudas a copago y a la recuperación de la universalidad de la asistencia sanitaria. Más de 40 al crecimiento de la dotación de personal para el refuerzo de verano y la recuperación de derechos laborales.
Otros ahorros se atribuyeron a la compra centralizada de medicamentos, que ha supuesto una bajada de costes de 7,8 millones de euros en 2016, y que se complementa con una previsión de ahorro para 2017 de alrededor de 23 millones de euros más. También señaló un ahorro de cuatro millones de euros en resonancias magnéticas.
