Santamaría pide clemencia para las cúpulas del PPCV y Casado la concede

VALÈNCIA. La reunión celebrada entre el nuevo presidente del PP, Pablo Casado, y la que su rival en el congreso celebrado el pasado fin de semana, Soraya Sáenz de Santamaría, se produjo este miércoles con cierto aroma a un armisticio entre dos generales que han librado una dura batalla y que ahora deberían -en teoría- entenderse.

La ex vicepresidenta del Gobierno, según transmitió a los medios, puso sobre la mesa dos cuestiones principales. La primera fue dirigida a la protección de sus huestes tras el proceso: una especie de solicitud de clemencia que Casado se mostró de acuerdo en atender. De hecho, desde su entorno ya se había asegurado que no se producirían purgas internas tras este proceso. Al menos, como se suele decir en política, de momento.

Así, Sáenz de Santamaría pidió que se respetara en esta etapa a "todas las estructuras locales, provinciales y autonómicas" ya que habían trabajado "muy bien en el congreso, independientemente de si han apoyado a uno u a otro". Una petición que afecta de lleno a las direcciones territoriales que respaldaron con mayor intensidad a la exvicepresidenta y que, ahora, temen represalias por su posicionamiento.

Es el caso de Andalucía, Castilla y León y la Comunitat Valenciana. De hecho, en la organización que lidera Isabel Bonig se produjo un respaldo mayoritario del comité de dirección regional, pero también de las tres cúpulas provinciales del PPCV, lo que ha dejado una situación de intranquilidad en los dirigentes más significados en el proceso.

Según señaló Santamaría, en este punto hubo coincidencia plena entre ambos. Algo que no ocurrió en su segunda petición, basada en una representación de la exvicepresidenta dentro de la dirección "digna y proporcional" que debería rondar el 43%, el mismo número de apoyos que cosechó en el congreso.

Sin acuerdo en las cesiones para la dirección

Así, sobre este mismo asunto, se pronunció Casado más tarde, rechazando esas cifras propuestas por Santamaría y asegurando que le había ofrecido a la que ha sido su contrincante incorporar a miembros valiosos de su equipo pero sin poner "etiquetas". "No se puede pasar de la lista más votada a la proporcionalidad en apenas dos días", señaló el presidente del PP, quien aseguró su deseo de "contar con los mejores" y de llegar "a un acuerdo entre compañeros" y no negociar como si se tratara de "un pacto de investidura entre adversarios políticos".

En la medianoche de este miércoles, la oferta de Casado de incluir a dos exministros afines a Santamaría en la dirección como Fátima Báñez e Íñigo de la Serna era rechazada por el equipo negociador de la exvicepresidenta. No obstante, según fuentes populares, al parecer media docena de dirigentes que la apoyaron como Álvaro Nadal, Mari Mar Blanco, Iñaki Oyarzábal, Sofía Acedo, Yolanda Bel y Sergio Ramos, sí habían aceptado una oferta del equipo de Casado.

Hoyo, Sánchez y Carrasco, los favoritos valencianos para tener área en la dirección

Con estos mimbres, está previsto que en el Comité Ejecutivo Nacional de este jueves en Barcelona se faciliten los nombres de la nueva dirección del PP incluido el del secretario general, que tampoco ha trascendido todavía.

En cuanto a los valencianos en liza, las concesiones a los afines a Sáenz de Santamaría y también a María Dolores de Cospedal, estrechan el espacio. Aún así, sonaban como posibles incorporaciones a la cúpula la diputada nacional Belén Hoyo, una de las dirigentes clave de Casado en la Comunitat, así como los elegidos como vocales ya para el propio órgano: el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, y la portavoz del PP en la ciudad de Castellón, Begoña Carrasco.