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UNA VERDAD INCÓMODA  / OPINIÓN

Será Sánchez el que eduque a tus hijos, no tú

20/11/2020 - 

Todo régimen totalitario necesita un sistema educativo totalitario. En todo régimen dictatorial que se precie, uno de los pilares fundamentales para su supervivencia a través de las generaciones es la implantación de un sistema educativo pobre, carente de objetivos, homogeneizador en la limitación de conocimientos y la distorsión de la realidad. La educación es la base sobre la que se asienta el futuro de las naciones y por ello es, precisamente -que no casualmente-, uno de los primeros objetos de las “reformas” que abren las puertas al caballo de Troya que es el socialismo que viene, la mayoría de veces, disfrazado de socialdemocracia moderada.

El Partido Socialista Obrero Español ya no necesita vestirse son suntuarias pieles que escondan su verdadera naturaleza. Nació siendo un partido radical y, tras unos primeros años en los que necesitaba obtener imagen de redentor -o como opción menos mala- frente al comunismo, ha vuelto a su origen. Nació en 1879 como marxista, “tapó sus vergüenzas” ante el gran público en su congreso extraordinario de 1979 y ahora,  cuarenta años después y con una imagen blanqueada a costa de un entramado millonario que aglutina algunos de los principales medios de comunicación y una red clientelar infinita, ha vuelto a sus orígenes. Ya no necesitan esconderse. La coartada del pacto con el Partido Comunista -ahora Unidas Podemos- y una pandemia que legitima -de forma falsaria- cualquier medida contraria al catálogo de derechos y libertades de los españoles (“por su propio bien”), le ha posibilitado el volver a ser el partido oscuro y absolutista que pueda representar fielmente los valores que inspiraron su nacimiento. Y recuerden lo dicho en la primera línea de este texto: “todo régimen totalitario necesita un sistema educativo totalitario.”

La “Ley Celaá” es, claramente, esa herramienta necesaria para el sustento del régimen socialista al que España, si los ciudadanos no lo remediamos, está abocada. El artículo 27.3 de la Constitución se resquebraja ante el empuje incansable de la ignominiosa alianza de traidores a la Carta Magna reflejada en la mayoría parlamentaria que encumbró a Pedro Sánchez a ser elegido Presidente de un país en el que no cree. Será Sánchez el que eduque a tus hijos, y no tú. Será Sánchez el que implante los valores marxistas que marcarán el desarrollo de la personalidad de tus hijos. Será Sánchez el que impida a los niños con necesidades especiales recibir una educación adecuada a sus circunstancias y a la cual tienen derecho. Será Sánchez el que elimine del sistema educativo la cultura del esfuerzo, tan necesaria para el futuro del individuo como de la Nación. Y será Sánchez el que, alimentando a la bestia nazionalista que le ha llevado al poder, arrincone el español (segunda lengua más hablada del mundo) en la educación del país que lo vio nacer y que lo exportó por todo el mundo y, con él, borrará de un plumazo una parte esencial de la Historia de España.

Y si la escuela concertada ofrecía una alternativa a la imposición socialista sobre la educación pública, llegó Sánchez para reducir a cenizas la libertad de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos. “Patada” a la Constitución. Otra más. Porque el hecho de que seamos libres es incompatible para el totalitarismo inherente al marxismo que hoy gobierna España. La libre elección educativa en materia moral y lingüística no entra dentro de los planes de la ominosa caterva de separatistas aspirantes a tiranos que deciden por ti con respecto a tus hijos.

La modificación de la Ley Orgánica de Educación, además de lo evidente, tiene como fin último la destrucción de la principal institución de las sociedades occidentales libres: la familia. Pretenden acabar con la máxima, respetada en los estados de derecho, de que “se enseña en el colegio, pero se educa en casa”. El espíritu de la Ley Celaá busca educar, pero no enseñar. La distinción entre “lo bueno” y “lo malo”, también fundamental en nuestra cultura, se diluirá y dejará vía libre a la imposición de los dogmas relativistas que sirven de base a los atentados a nuestros derechos y libertades.

La pandemia del virus chino no ha modificado la agenda totalitaria del PSOE, solo la ha acelerado. Lo que inició Zapatero, lo culminará Sánchez. El control absoluto de la Fiscalía y su politización, conseguido. El reparto equitativo de la pobreza, en proceso. La creación de una generación de jóvenes que obtendrán títulos académicos sin abrir un libro, en desarrollo. La eliminación de toda prensa libre que denuncie públicamente los ataques del Gobierno a sus ciudadanos, casi culminado. El control de los máximos órganos constitucionales, en breve. Si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces, probablemente sea un pato, reza el dicho. Pues si se eliminan libertades individuales, se arruina al ciudadano, se politiza la Justicia y se persigue al disidente, entonces, probablemente sea comunismo.

Y recuerde que para que ellos puedan ganar, nos necesitan pobres, nos necesitan ignorantes y, ante todo, nos necesitan sometidos.

Ésta es una verdad incómoda, pero alguien tenía que decirlo.

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