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'Mammoth': qué ocurre cuando alguien congelado en 1979 es desvitrificado en 2024

Una serie de la BBC se plantea en clave de humor cómo sobreviviría un galán de los 70 en el siglo XXI, donde el racismo y la misoginia están mal vistos y predomina el respeto a los animales

  • Mammoth

VALÈNCIA. Hacerse viejo le resulta muy deprimente a todo el mundo, pero como dice la sabiduría popular, la alternativa es bastante peor. Eso no quita que el haber vivido en diferentes épocas nos empuje a opinar sobre ellas y, especialmente, a tomar la postura ventajista y tópica de considerar mejor el pasado que lo actual. 

Es algo a lo que he asistido desde que tengo uso de razón. Se lo he visto hacer a todo el mundo, menos a los que crecieron en la posguerra, cuyas conversaciones, de horas, siempre solían basar sobre el asco que daba todo y el maltrato que recibían en la escuela, por no mencionar las incoherencias de la fe preconciliar, aprendida a capones como mínimo. 

Ahora que me toca a mí peinar canas, la nostalgia del pasado no es que sea un fenómeno, es un tsunami. Encima la mía es una generación tan cretina que lleva echando de menos los ochenta desde 1998. Llevamos 28 años de revival de los 80, más del doble de lo que duró la década. Y yo ahí no digo nada, que me recuerdo con 13 y 14 años echando de menos los 80 y era el otoño después de los Juegos Olímpicos de Barcelona. 

Desgraciadamente, la propaganda política, que en esta era digital ha intoxicado todo tipo de comunicación pública, también tira de la nostalgia, pero con el truco cutre-salchichero de endulzar el pasado para que las mentes menos privilegiadas despejen la ecuación y caigan en la cuenta de que lo que antes no había eran inmigrantes, de modo que, tienen que deducir, si les apretamos las tuercas, todo volverá ser bonito; tan bonito como los 6.239 atracos a bancos que hubo en 1984 para poder picarse la vena con una jeringuilla infectada de SIDA y hepatitis C porque llevas diez años parado y tu padre, quince. 

  • 'Mammoth'

Con estas miasmas en las redes sociales, la nostalgia, que ya de por sí era cansina, ahora es asquerosa. Si le añadimos también los gritos de desesperación porque antes se podía ser racista y machista sin que nadie te lo afeara, pues el temita hiede. Pero nada de eso ha sido impedimento para que en Reino Unido se haya rodado una serie que, en sus aspiraciones, pretende ir al meollo de esta cuestión. Tratar de hacer reír recordando lo que antes se podía decir y lo que no, y cómo sería si alguien del pasado se encontrara con toda la que tenemos hoy montada. 

Se titula Mammoth y la BBC la emitió en abril del año pasado, sin que se conozca interés alguno en ella de las plataformas internacionales. Son solo tres capítulos, de los habituales 25 minutos británicos, pero, desgraciadamente, hay que decir que si no ha llegado igual es porque no es todo lo buena que cabría de esperar. 

La premisa, no obstante, es excelente. Un profesor de Educación Física sufre un accidente esquiando en 1979, cuando los 70 están a punto de acabar. Le cae un alud encima, pero en 2024, con el deshielo derivado del calentamiento global, su cuerpo, hibernado todo este tiempo, vuelve a la vida. 

Yo me lancé a por esta serie porque, viniendo de ese país, y con este planteamiento, estaba prácticamente seguro de que iba a ser un carnaval de humor ácido, corrosivo y contratendencia, todo lo punk que saben ser los británicos. Sin embargo, es un bluff. 

No puede empezar mejor, eso sí. Cuando el profesor recobra la vida y sale a conducir su coche anacrónico por las calles de Londres, están los mejores gags. El primero, brutal, ve un hombre llevando un bebé en brazos y le da un ataque de risa. Minutos después, está a punto de vomitar cuando ve a una mujer recoger los excrementos de su perro con la mano. En cuatro minutos, parece que te espera un festival, pero desgraciadamente ahí quedan las mejores ideas. 

  • 'Mammoth'

En la serie se producen desencuentros con la ingesta de bebidas alcohólicas, el ritmo que trae el protagonista de los 70 es compulsivo; sorpresas cuando ve que hay mujeres que están casadas entre ellas y recurren a la reproducción asistida para tener hijos, o un menosprecio absoluto a los límites de los alumnos en las clases de gimnasia. Pero, de nuevo, no lo consigue. Es predecible, no hay aristas, y aunque se ceban con los matices negativos del personaje, su machismo, promiscuidad, galantería cutre, etc… no hay mucha ambición ni imaginación en el choque de épocas que se pretende vender. 

Rascando un poco, vemos que el protagonista, Mike Bubbins, galés, es en la vida real profesor de Educación Física, exjugador de rugby, imitador de Elvis y monologuista, por lo que esta serie, escrita por él, es un homenaje a su obra y persona, lo que pasa es que, para mí, es un humorista tirando a del montón. 

Las situaciones que vemos en pantalla, por lo que cuentan, están sacadas de su experiencia como profesor obsesionado con la década de los setenta. Y la verdad es que las críticas que ha recibido en su país han sido bastante buenas y hay una segunda temporada de ocho capítulos encargada, así que igual no es raro que aparezca en alguna plataforma y se pueda ver en España. Y si no llega esta, lo podría hacer una versión estadounidense que parece que está en camino.  

  • 'Mammoth'

En el tercer capítulo está, posiblemente lo único salvable, cuando el protagonista se descarga una aplicación para ligar y empieza a tener citas. Tiene que aprender a seducir a las mujeres según los códigos modernos que, a escondidas, va apuntando en una libreta en un proceso de prueba y error. Tiene su punto, pero los chistes son muy rupestres. Encima, demasiado amables y, por qué no decirlo, a estas alturas de la vida, están un poco pasados de moda. Fingirse preocupado por el medioambiente para ligar es un gag que en 2013 tal vez, pero ahora nos pilla a todos calcinados, literal y figuradamente. Lo mismo con los chistes de veganos y demás. Aunque en realidad no son las temáticas, es el humor, que es simplón e infantil. 

Lo único bueno es que, leyendo críticas de los usuarios, dicen que no le llega a la suela a Life on Mars, de la que podría haber tomado algo de inspiración. En esta serie ocurre lo contrario, un policía de 2007 aparece treinta años antes y tendrá que adaptarse a costumbres que le resultan ajenas. La verdad es que no la he visto, pero voy a hacerlo. Parafraseando a otro infausto personaje de los años 70: No hay mal que por bien no venga. 

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