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solución al tráfico urbano

Servicios de movilidad más allá del ‘carsharing’

2/01/2017 - 

VALENCIA. “20 minutos de media para encontrar aparcamiento en las grandes ciudades y ello después de estar dando vueltas a la manzana como un bobo, arrancando y frenando. Ese interminable dar vueltas equivale al 30% del tráfico urbano, el mismo porcentaje en polución, con el agravante de que el 32% de las multas de tráfico son sólo por aparcamiento, 2.000 millones de euros en España todos los años”. El argumentario que esgrime Carlos Jiménez, CEO de Valeet, sirve para muchas de las soluciones de movilidad que están lanzando las startups al abrigo del fenómeno del carsharing (uso temporal de vehículos) y el carpooling (uso y gastos compartidos).

Carlos Jiménez, CEO de Valeet

Recientemente, el CEO de Car2go Europe GmbH, Thomas Beerman, hacía unas declaraciones augurando un futuro más que prometedor al carsharing. Según sus cálculos, en menos de una década, el número de usuarios se habrá quintuplicado, pasando de los 7,9 millones actuales en todo el mundo a 36,7 millones en 2025. Amparándose en datos del Banco Mundial, el CEO anuncia también que “la movilidad basada en coches privados ya ha llegado a su límite, teniendo como resultado atascos, falta de espacio de aparcamiento y contaminación”.

El problema es, pues, el mismo, pero con grandes players ya establecidos en solucionar el tráfico rodado, la pugna parece trasladarse ahora al problema del aparcamiento y la incomodidad de la conducción. Es en esos micronichos aún no cubiertos, donde intentan abrirse paso algunas nuevas startups. El objetivo: dar con una solución integral que acabe, de manera definitiva, con los inconvenientes del uso del coche en las grandes ciudades.

El Uber de los aparcacoches

“Inicialmente, los coches se aparcarán solos en garajes para, más adelante, conducirse solos para recoger a los clientes”, vaticinaba hace poco la consultora global para el crecimiento empresarial Frost & Sullivan. Pero mientras llega el coche autónomo, algunos tratan de anticiparse aprovechando la conectividad móvil asociada al vehículo. Es el caso de Valeet, un servicio de aparcamiento a demanda que acaba de salir en Madrid al precio de 5€ la hora. “Cuando quiero ir a algún sitio, cojo la aplicación, pongo la dirección a la que me dirijo y, cuando llego al punto de destino, hay un conductor esperándome. Se monta en mi coche y hace que desaparezca. Cuando quiero regresar, le doy de nuevo al botón para que me lo traigan de vuelta. Mientras, el coche, al que yo sigo el rastro en todo momento, ha estado en un parking privado, vigilado y cubierto con un seguro a todo riesgo”. Así es como explica el servicio Carlos Jiménez. La aplicación incluye funciones adicionales, como lavar el vehículo o llenar el depósito, pero la idea es alargar la lista conforme vayan ganando mercado.

Durante una estancia en Silicon Valley, el CEO de Valeet coincidió con Carlos Rodríguez, el CEO de Wazypark, una comunidad de usuarios que, a través de su app, se avisan entre ellos cuando dejan un hueco disponible para aparcar. Es lo que llaman el concepto de crowdparking. A ello han añadido en su web un completo comparador de precios para los principales servicios relacionados con el coche: las gasolineras, parking de pago o seguros. Introducen también funciones como alerta gratuita de multas o un tasador de vehículos.

Alejandro Vigaray, CEO de Llollo

Similar al servicio de Valeet, es el de Llollo, otra startup que dispone de chóferes propios y uniformados que se encargan de recoger el coche y devolverlo a la hora y el lugar indicados. La diferencia principal es que Llollo restringe su ámbito de actuación a las terminales de trenes y aeropuertos, estando presentes, por el momento, en Barajas y Atocha (Madrid) y El Prat y la estación de Sants (Barcelona). Tras dos años y medio en el mercado, Llollo ha terminado especializándose en el parking de larga estancia. Sus agentes autorizados, identificables por vestir una camiseta color fucsia, trasladan los vehículos a otros parking privados, propiedad de Llollo, más alejados y a un precio mucho más económico. Ellos hablan de ahorros de hasta el 70%.

El cuanto al modelo de negocio, su CEO, Alejandro Vigaray Plaza, lo definía como “una empresa de software como servicio (SAAS) que conecta a un usuario con un valet o agente cualificado para que éste aparque el coche por él. Es una mezcla de varios modelos de negocio que aúna la gestión de un parking y los servicios a demanda”.

El coche con chófer

Pero la solución de movilidad que ha cosechado más éxitos este año ha sido la de Cabify. La empresa, que nació en Madrid en 2011, la fundó Juan de Antonio, CEO, para ofrecer un servicio de vehículos con chófer para cada ocasión. Hasta la fecha, ha conseguido reunir 140 millones de dólares en distintas rondas de inversión y está presente en 10 países y 25 ciudades de España, Portugal y, especialmente, Latinoamérica.

(Foto: Cabify)

Aunque empezó como un servicio Premium, que algunos definieron como “coches de lujo con taxímetro low cost”, con el tiempo han ido acercándose al ciudadano medio. Para éste, en caso de necesidad, resulta más interesante la oferta de Cabify, con precios cerrados desde el principio, independientemente de la densidad del tráfico o de la ruta que elija el conductor, que el servicio del taxi, el colectivo que ha acogido con mayor recelo su presenta. Y aunque Juan de Antonio insista, cada vez que tiene ocasión, en subrayar que ellos no pretenden ‘comerse’ a los taxis, sino “que las calles no estén llenas de vehículos privados y lograr que las ciudades sean habitables”, lo cierto es que, en caso de restricciones, suelen recibir un tratamiento similar.

Más calurosa fue la acogida del sector del taxi a la llegada de Micocar, una startup que se presenta como “tu taxi, siempre con descuentos”. Antes de salir al mercado, hicieron una investigación que concluía, entre otras cosas, que el 90% de los pasajeros utilizaría más el taxi si fuese más barato. Por su parte, un 40% de los taxistas decían añorar mejores aplicaciones que aumentasen el número de carreras en las horas del menor trabajo. Esta fue la solución que procuró Micocar.

(Foto: Micocar)

Existen muchas otras soluciones tecnológicas que promueven el uso racional del coche. De lo que nadie habla es de eliminarlo porque, de momento, parece una quimera. De lo que se trata es de analizar cómo se han hecho las cosas hasta ahora, de repensar el sector y quedarse sólo con lo que de verdad importa sin pagar por ello un elevado coste en calidad de vida.

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