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Sona la Dipu improvisa un cartel con presencia femenina para sortear una nueva crisis interna

El certamen incluyó tres bandas al cartel ya presentado tras las críticas internas, siendo uno de los objetivos iniciales de la edición aumentar la presencia femenina

23/08/2018 - 

VALÈNCIA. La nueva edición de Sona la Dipu, que inició anoche su tanda de conciertos con la primera semifinal, se presentaba este año con un objetivo “clave”: fomentar la participación femenina. La mirada ‘violeta’ se incluía como eje transversal, llevándola por bandera en sus primeras acciones y comunicaciones. Así, en el mes de marzo organizaban un mesa redonda bajo el lema ‘El patriarcado musical’ y se anunciaba el jurado “más paritario de todas las ediciones”, con la presencia de tres mujeres (María Carbonell, Amalia Garrigós y Marta Moreira) y dos hombres (Quique Medina y Kiko Tur). Hasta aquí todo correcto. Sin embargo, estas primeras intenciones no se vieron plasmadas a la hora de contratar a las bandas que funcionarían de cabeza de cartel durante las distintas fases del certamen. ¿El resultado? La selección de doce grupos de consolidada carrera entre los que, sin embargo, no había representación femenina. Con todo, la presentación del cartel provocaba así más de un arqueo de ceja... que tuvo consecuencias en los despachos de la Diputación.

Primero, un poco de contexto. Con una década de historia, Sona la Dipu generaba en 2017 la figura de director musical con el fichaje de Quique Borrás, que ocupa un cargo de nueva creación con el objetivo de reforzar durante todo el año el proyecto provincial. En el caso del concurso, la estructura se mantiene con similar forma, aunque con alguna modificación como la reducción del número de ganadores a uno, por ejemplo. Este año, sin embargo, su desarrollo ha sido mucho más atropellado de lo esperado. Si habitualmente los primeros conciertos tenían lugar en los meses de mayo o junio, alargándose durante todo el verano, esta edición se celebra de manera ‘exprés’, concentrada en un solo mes. “Este año nos hemos retrasado”, confesó Borrás durante la presentación del cartel. “Hemos pasado momentos en los que no sabíamos si íbamos a tener algún artista de cabeza de cartel importante. Creo que lo hemos resuelto con bastante dignidad”.

Esta cuestión no es baladí, pues los retrasos en la gestión también han afectado en la comunicación con los propios participantes del programa. Tal y como explicó este diario, fue durante la propia rueda de prensa que los miembros del jurado conocieron la identidad de las bandas que completaban Sona la Dipu, así como el calendario de conciertos, a los que deben asistir para calificar a cada una de ellas. El cartel fue presentado a finales de julio por el propio Borrás; Quique Medina, en representación del jurado; la diputada de Igualdad y Juventud, Isabel García; y el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, un acto en el que no fueron pocos los que se percataron de la falta de presencia femenina. Esto choca directamente con esos primeros objetivos marcados meses antes, una cuestión que pronto provocó el malestar en el jurado, que elevó a la dirección del certamen la cuestión.

Con el cartel -aparentemente- definitivo publicitado y la presentación oficial ejecutada, una y otra parte se citaron en una reunión urgente para tratar este tema. La condición quedó clara: la necesaria inclusión de bandas con mujeres. Si bien la composición se daba por cerrada, la segunda semana de agosto la Diputación comunicaba a través de una nota de prensa la inclusión extraordinaria de tres nuevos grupos, una improvisación con la que sortear la crisis interna. Las bandas elegidas son las populares Mueveloreinaque recientemente actuaron en València, en el contexto del Orgull 2018; Badlandsliderado por la voz de May Ibáñez, y Sense Sal. Con estos tres nombres se elevan a una quincena los cabezas de cartel, bandas “con un claro protagonismo de las mujeres, en la apuesta por reforzar e incentivar la participación femenina en el certamen”, explicaba la administración provincial a través de un comunicado.

Foto: Liberto Peyró.

“En la línea de incentivar la presencia femenina en el programa musical de la Diputació, el área de Igualdad y Juventud que dirige Isabel García ha promovido, junto al jurado más igualitario de la historia del certamen, esta inclusión en el cartel de los conciertos de grupos con un importante protagonismo de voces y artistas femeninas”, continuaba el texto. Aunque la Diputación se apunta el tanto de la inclusión de nuevas bandas, lo cierto es que es resultado de una polémica interna que todavía no está apagada. Si la rectificación in extremis ha salvado la no presencia femenina, lo cierto es que se siente como un parche, una solución de última hora alejada de la firmeza con la que la Diputación presentó esta nueva Sona la Dipu de color ‘violeta’. Por supuesto, esta inclusión extraordinaria ha tenido consecuencias en la propia comunicación, al no haber estado incluidas las bandas en la puesta de largo del certamen y obligando a modificar elementos como, por ejemplo, la cartelería original. 

Este es uno de los puntos calientes en el seno del certamen, que este año ha sorteado más de un problema en la gestión del mismo. Con todo, la primera semifinal de Sona la Dipu se celebró ayer en la localidad de Ontinyent, concierto que contó con La Habitación Roja y La Pegatina como cabezas de cartel, a los que se sumarán en los próximos conciertos La Raíz, Desacato, Orozco, Sidecars, Varry Brava, Mago de Oz, Siniestro Total, Zoo y Rayden. Por su parte, los grupos que optan al premio de Sona la Dipu son Fuego Amigo, Kill The President!, L’Home Brut, Linqae, Los Invaders, Mr. Perfumme, NUC, Periferia Norte, The Seafood Special, Tin Robots, Twise y Yo Diablo.

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