GRUPO PLAZA

jornada realizada por valencia plaza en colaboración con Acciona, Importaco y ValenciaPort

Sostenibilidad, la pieza angular de la competitividad empresarial

15/03/2023 - 

VALÈNCIA. El futuro de las empresas pasa por introducir la sostenibilidad en su plan estratégico, lo que conlleva una transformación del negocio alineada con los objetivos marcados en la agenda 2030. Una apuesta por nuevos sistemas de producción y la creación de nuevos productos más sostenibles para responder a esa mayor concienciación social ante la escasez de recursos naturales, pero también como parte de la nueva manera de entender el desarrollo económico y social, donde es fundamental potenciar la economía circular y poner a las personas en el centro. Sostenibilidad entendida en sus tres vertientes (social, económico y ambiental) y con el necesario equilibrio entre competitividad y sostenibilidad empresarial para hacer viable ese proceso de transformación. Un nuevo marco que hace que la sostenibilidad se convierta en un factor clave para la competitividad empresarial y la solvencia en el tiempo de las empresas. De ahí que Valencia Plaza en colaboración con Acciona, Importaco y ValenciaPort haya organizado una jornada informativa entorno a la sostenibilidad. Un evento que reunió en el Salón Zeus del Hotel Balneario Las Arenas a más de setenta personas y que estuvo dividido en dos mesas, una centrada en la gestión sostenible para ciudades con futuro, y otra centrada en la Sostenibilidad como palanca de cambio en la mejora continua de la empresa. 

Una jornada que fue inaugurada por Júlia Company, directora general del IVACE, quien destacó la importancia de la colaboración público-privada para abrazar ese cambio: “la sostenibilidad, que desde la administración entendemos que debe ser social, económica y medioambiental, es uno de los ejes de la Comunitat Valenciana y es esencial que las empresas se involucren para esa transformación”. Un discurso introductorio en el que recordó la importancia de la simbiosis industrial y el fomento de la economía circular para subrayar que “el pacto de la sostenibilidad es de todo el mundo, de todos los sectores, pero sabemos que la administración debe ser el motor”. 

Un discurso que introdujo la primera mesa redonda: Gestión sostenible para ciudades con futuro, en la que participaron Federico Torres, jefe de Transición Ecológica de la Autoridad Portuaria de València; José Manuel Alcayna, consejero de Lãberit; Begoña Pastor, responsable de marco regulatorio y relaciones estratégicas de Ângela Impact Economy y Carlos Seguí, investigador del ITE y experto en CEL’s. Un primer debate moderado por Javier Alfonso, director de Valencia Plaza, en el que se analizó el reto de las ciudades a cambiar su modelo para hacerlo más sostenible. 

Gestión sostenible para ciudades con futuro

La sostenibilidad ambiental es esencial para favorecer esa transición ecológica en la que el puerto de Valencia tiene trazada una hoja de ruta muy clara: ser cero emisiones en 2030, adelantándose en veinte años a la fecha fijada en el Pacto Verde Europeo (2050). Una estrategia y política en materia de descarbonización que abarca la sostenibilidad desde el punto de vista medioambiental, pero que no debe ser la única. Así lo recordó Federico Torres, jefe de Transición Ecológica de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV): “En 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible que abarcan la sostenibilidad en su conjunto y esto es importante recordarlo porque a veces se nos olvida y nos limitamos a ver la sostenibilidad desde el punto de vista medioambiental pero también engloba otros aspectos sociales y económicos”. 

Un futuro en el que la tecnología juega un papel esencial para hacer más eficiente las ciudades, en ese concepto de Smart City ideado para crear ciudades sostenibles económica, social y medioambientalmente. Una tecnología que ya está disponible pero hay que saber emplearla, tal y como expuso José Manuel Alcayna, consejero de Lãberit: “Ahora tenemos mucha tecnología y debemos ponernos a ese nivel para aprovecharla y concretarla en ideas. También para ir un paso más allá y usar tecnologías como el blockchain, que pueden hacer más eficientes algunos servicios, como las rutas de camiones de la basura”. Una fase de concreción de ideas en la que “la relación público-privada es esencial para poner en práctica esas ideas”. 

Una tecnología que no debe verse como una amenaza sino como una herramienta esencial para el cambio, como resaltó Federico Torres: “Es cierto que la tecnología plantea un cambio de paradigma y habrá puestos que desaparezcan, pero otros se crearán; de ahí que sea fundamental que se empiece a formar en esas líneas".

El concepto de sostenibilidad transversal lo puso sobre la mesa Begoña Pastor, responsable de marco regulatorio y relaciones estratégicas de Ângela Impact Economy, quien incidió en la importancia de ver la sostenibilidad como un todo que afecta desde las finanzas hasta a las viviendas. Un cambio de enfoque en el que "las sinergias son fundamentales y tienen que ayudarnos a ver la facilidad en el cambio de modelo económico”. De hecho, en su opinión, la empresa debe ponerse “retos alcanzables” y hacer una transición paulatina pues “no se pasa de no ser sostenible a ser sostenible”. 

Un cambio de modelo que no debe quedarse en el anuncio, tal y como señaló José Manuel Alcayna al destacar que “la sostenibilidad se ha puesto de moda pero hay que buscar esa base sólida y no quedarse en el marketing”. Lo mismo destacó Begoña Pastor, quien señaló la importancia del denominado Twin Transition, que hace referencia a la transición gemela para que la tecnología y los datos impulsen los objetivos de sostenibilidad en la empresa. “A las empresas les falta mucho para poder gestionar sus datos en términos de sostenibilidad, pero también los datos no financieros, aspectos en los que la Unión Europea está haciendo mucho hincapié”. De ahí que vuelva a insistir en que “hay que buscar las sinergias y la tecnología es la vía para conseguir los datos”.

Un reto en el que los institutos tecnológicos se alzan como una pieza clave, tal y como incidió Carlos Seguí, investigador del ITE y experto en CEL’s: “Los institutos tecnológicos estamos comprometidos con la transición a un modelo más sostenible así como enfocados a resolver los retos presentes y futuros”. Unos retos en los que la energía ocupa un lugar significativo y donde las comunidades energéticas pueden ser una buena solución para “la generación de ciudades inclusivas y sociales". Y en ese marco la tecnología juega un papel esencial y los recursos existen, pero en su opinión “falta la viabilidad económica para hacer un proyecto sostenible en todos los ámbitos”.

En ese concepto de viabilidad José Manuel Alcayna destacó la importancia de escalar el uso de la tecnología para hacerla más eficiente: “Es importante reflexionar en cómo escalar esa tecnología que ya conocemos, utilizarla bien y ese es el foco que hay que poner para cambiar el modelo”. Un buen uso de la innovación que requiere primero de un análisis. “Hay que saber qué aspectos de la sostenibilidad tratar para establecer un plan y decidir qué hay que aplicar antes”, apuntó Begoña Pastor.  

Viabilidad económica y administrativa pues la burocracia y las legislaciones dificultan en muchos casos la materialización de un proyecto o su proceso lo alarga en el tiempo. Así lo manifestó Federico Torres, quien compartió que “tardamos dos años en lograr una licencia para modificar el plan eólico y tener energía eólica en el puerto”. De ahí que considere que “la tecnología está bien, pero hay que plantear un marco administrativo que ayude a ese cambio” y puso de ejemplo el hidrógeno verde y su alto coste. 


Por ello, como apuntó Begoña Pastor, es esencial “reorientar el capital a la sostenibilidad porque, si logramos atraer ese capital, seremos capaces de reorientarlo al bienestar, que es lo que realmente tiene que ver con la sostenibilidad”. Palabras secundadas por Carlos Seguí, quien puso de ejemplo los nuevos proyectos de la Comunitat Valenciana, como la gigafactoría de Sagunto, y expresó que “la sostenibilidad lleva asociada el concepto de rentabilidad”. 

Una aplicación de la innovación para esa transición de modelo que quizá puede haber tenido su techo, tal y como planteaba José Manuel Alcayna: “Hay que pensar si las ciudades están llegando a su máximo y, según eso, fomentar modelos o cambiarlos pues, quizá, es más conveniente apoyar proyectos que van destinados a esa España vaciada”. 

Lo que está claro es que “la sostenibilidad tiene infinitas oportunidades económicas”, como expresaba Federico Torres, que la “globalización ha hecho que las empresas y los ciudadanos valoren la proximidad”, como recordaba José Manuel Alcayna, que “las empresas que sean más sostenibles tendrán mas opciones de cara a un futuro” como decía Begoña Pastor o que “los institutos tecnológicos son una herramienta para resolver los retos” como instituía Carlos Seguí. Pero, como todos señalaron en algún punto de su discurso: "ser sostenible es rentable”. 

Sostenibilidad como palanca de cambio

La segunda de las mesas redondas giró entorno a la sostenibilidad y su tracción para mejorar la competitividad de una empresa. Un debate en el que participaron Amaya Fernández, CEO de Irisem; Irene Moreno, directora de Relaciones Externas y Responsabilidad Corporativa de Importaco; Paco Alós, director de RSC y Sostenibilidad de Caixa Popular y Eloy Ruiz, director de Calidad, Sostenibilidad y Mejora Continua de Andreu World. 

Una mesa que comenzó con una pregunta a modo de reflexión: ¿qué significa para ti la sostenibilidad empresarial? Y cuyas respuestas reflejaron como la palabra va ligada a términos como bienestar o felicidad y que esa transición genera también un impacto pues toda acción genera un impacto en las personas, en el planeta y en la economía. En este sentido se pronunció Amaya Fernández, CEO de Irisem, pues recordó la importancia de que las empresas “sean conscientes del impacto que generan a corto plazo para ser capaces de mirar a largo plazo”. 

Y es que, como expresó Paco Alós, director de RSC y Sostenibilidad de Caixa Popular, “la sostenibilidad es algo de las personas” lo que implica que son las personas quienes deben propiciar ese cambio y a las que hay que escuchar para generar un impacto positivo: “hay que partir de la base de que las empresas deben generar beneficios y la pregunta es como lo hacemos y qué impacto tenemos, de ahí que sea esencial escuchar a los grupos de interés”. Así, escuchando a las personas “es como podemos mejorar en aquello que hacemos y en lo que impactamos”. 

Asimismo, destacó que “la sostenibildiad debe estar en el modelo de negocio porque es un factor de competitividad que hará que, las empresas que no lo incorporen, pondrán su fecha de caducidad”. Palabras dirigidas especialmente a las pequeñas empresas y pymes pues “las grandes empresas ya están pidiendo ese factor y, si no nos ponemos al día van a buscar a otras empresas”. 

Eloy Ruiz, director de Calidad, Sostenibilidad y Mejora Continua de Andreu World, lo tiene muy claro: “la sostenibilidad es seguir aportando bienestar a las personas”. Y, en el caso de su empresa seguir respetando el medioambiente, de ahí que su empresa, Andreu World, haya promovido una cultura de producción responsable con el entorno que le permite fabricar sus productos solo con maderas procedentes de bosques certificados y reforestados de cultivo propio que cuentan con la certificación FSC® (Forest Steward- ship Council). 

Para Irene Moreno, directora de Relaciones Externas y Responsabilidad Corporativa de Importaco la “sostenibilidad es una revolución” y “una sopa de letras”. Y es que, como recordó, “las empresas estamos viendo que la sostenibilidad es una sopa de letras con rankings, certificaciones, leyes, sellos… y, más allá de toda esa regularización, se trata de volver a los origines y volver a conectar con los grupos de interés”. Además, recordó que “el ritmo que llevamos de consumo es complejo y es necesario que haya un convencimiento social para cambiar esa dinámica; el consumidor debe cambiar su concienciación”. 

Ahora bien, para poder abrazar ese cambio de modelo es esencial introducir la innovación dentro de las empresas, pero también cambiar el modo de pensar que se ha instalado desde la globalización. Es la línea que dibujó Amaya Fernández al insistir en que “es necesario cambiar paradigmas y reinventar procesos, pero también que las empresas se marquen objetivos prácticos y alcanzables para que sean realistas”. 

Una visión compartida por Paco Alós, quien cree que la sostenibilidad “hace ver los procesos desde un punto de vista diferente” y que al introducir ese nuevo paradigma para mejorar la felicidad “abres nuevas ventanas para aplicar la innovación, introduciendo nuevos paradigmas que crean nuevos vectores que introducen conceptos nuevos”. Como ejemplo puso Caixa Popular Dona, que se gestó gracias a ese cambio de paradigma y para el cual el banco se sirvió de la innovación. 

En el sector del diseño la innovación es esencial. Así lo detalló Eloy Ruiz, quién expuso que “el diseño es fundamental en la sostenibilidad porque afecta desde distintos ámbitos” y señaló que desde su empresa lo han tenido claro desde el principio, apostando por nuevos materiales más sostenibles. De hecho, expresó que “todas las colecciones de asientos y mesas de su catálogo están fabricadas en economía circular y trabajamos con materiales más sostenibles, como Plásticos 100% reciclados Pure ECO®, un polímero de origen natural y el tejido circular ONE® obtenido a partir de hilo fabricado con plásticos procedentes de botellas PET y residuos textiles”.  

Un cambio que nace de las personas, como apuntó Irene Moreno: “Las personas podemos hacer que ese cambio sea posible y sea a largo plazo” pero señaló que ese proceso debe hacer “con colaboración”. Además, subrayó que en el ámbito de las empresas se comienza por el reporting pero “ese cambio va calando en las distintas estrategias que tiene la compañía, unos cambios de procesos y planteamientos que “llevan a una transformación interna y conlleva a una parte cultural a un cambio de modelo”.

En cuanto a los desafíos que conlleva esta transición, el económico o la incertidumbre son los que más se escucharon entre los ponentes. Así, Amaya Fernández subrayó que “es esencial concretar la idea aterrizarla para ver cómo es posible rentabilizar esa idea de sostenibilidad porque, de lo contrario, no sale adelante”. Y es que, en su opinión, “la pata económica es importante para la viabilidad de la empresa”. Por su parte, Carlos Alós hizo alusión a la incertidumbre, vista desde el punto de vista jurídico y económico pues “los cambios de las leyes y normas se están produciendo muy rápido y afectan a la seguridad para realizar la inversión”. No solo eso, la incertidumbre de la importancia que va a dar la sociedad a esos cambios hace que “las empresas deban ser capaces de que los precios no se eleven en exceso para lograr esa rentabilidad”. 

Ese equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad también lo puso sobre la mesa Eloy Ruiz, quien además destacó la importancia de liderar esa transformación para hacer realidad ese cambio de paradigma. “Es importante hacer muchos más esfuerzos para que el resto de empresas se sume a esta estrategia, debemos hacer de tractor para que otras empresas se suman a esta idea de generar un impacto positivo”. 

Ahora bien, como apuntó Irene Moreno, “la tecnología debe ayudar, a través de los datos, a hacer mas eficientes y neutros los puestos de trabajo y las empresas” pero también a medir el impacto de las estrategias de sostenibilidad, uno de los principales retos que tienen las compañías. “Cuantificar el impacto de las estrategias de sostenibilidad en la empresa es difícil; se requiere de tecnología, de sistemas de recaudación de datos…”. No solo eso, pues como apuntó Carlos Alós, “no hay sistemas de datos homologados ni la forma de tomarlos” aunque sí detalló que “es vital hacerlo”. 

Irene Montero explicó que en Importaco emplean un ranking ESG para medir la sostenibilidad desde sus tres ramas, social, ambiental y gobernanza y lo hacen a través de herramientas “que no están homologadas pero nos ayudan, a través de las KPI, a construir la empresa desde la sostenibilidad”. Datos que se tornan en acciones y en resultados, como apuntaba Eloy Ruiz al señalar que “al mejorar la gestión de los residuos estás ayudando al medioambiente y, en consecuencia, a la empresa”. 

Una mesa de debate en la que las empresas compartieron las buenas prácticas que han implementado para promover la sostenibilidad y la mejora continua. En el caso de Irisem el empleo de nuevos materiales mas sostenibles y reciclados, lo que ha llevado a la empresa “a invertir en maquinaria y adaptar los equipos para que sean mas eficientes”. Una línea seguida por Andreu World pues “desde hace años alcanzamos la huella de carbono neutra y empleamos energías renovables”. Un foco en el consumo energético que también se ha producido en Importaco. “En 2018 lanzamos nuestra apuesta por la eficiencia energética: un compromiso para reducir el consumo en nuestros centros de producción y promover el uso de energías renovables y desde entonces hemos reducido un 20% y este año lo vamos a reducir en un 20% más”.

Una jornada que fue clausurada por Elisa Valía, concejala del Ciclo Integral del Agua del Ajuntament de València y presidenta de la EMSHI, quién enfatizó la importancia de que la sociedad en su conjunto colabore en esa transición energética y apuntó hacia un cambio en el modelo de gobernanza. "Es importante cambiar el modelo de gobernanza pues la administración debe asumir su rol de tractora para cambiar el modelo y hacerlo ahora que la ciudadanía esta cambiando los hábitos de consumo. Pero hay que hacerlo desde la reflexión porque el objetivo no es la transformación digital sino definir los objetivos y ver qué datos interesan para que eso se traduzca en un bienestar de la ciudadanía". 

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