VALÈNCIA. Los pactos entre el Partido Popular y el Partido Socialista se ven como una posibilidad impensable, no solo por las ideologías contrarias que representan ambas formaciones, sino por las estrictas directrices que prohíben aliarse con la oposición. Estas normas internas parecen quedar en un segundo plano en Sueca, donde el actual alcalde, Dimas Vázquez (PSPV), logró hacerse con la administración local gracias al apoyo del PP y Ciudadanos, una situación peculiar que casi ocasiona su expulsión.
Hay que remontarse a las últimas elecciones municipales de 2019 para entender el tenso e impredecible panorama político de la capital de la Ribera Baja. Compromís fue la fuerza más votada, llevándose un total de ocho concejales y quedándose así lejos de los 11 que necesitaba para alcanzar la mayoría absoluta.
El PSPV, que había obtenido seis ediles, aprovechó esta situación para hacerse con la administración local, desbancando a la entonces alcaldesa de Sueca y actual consellera de Educación, Raquel Tamarit, al frente del consistorio. Tan solo pudo conseguirlo con los votos a favor del PP (que se había llevado tres regidores) y Cs (dos), un hecho que rápidamente activó la alerta de la dirección provincial del PSPV-PSOE.
Esta ya había advertido que habría repercusiones si algún concejal pactaba con la derecha o recibía sus votos para llegar a la alcaldía en lugar de promover un gobierno de coalición que replicase el Pacte del Botànic, por lo que abrió un expediente de expulsión a Dimas Vázquez que finalmente quedó paralizado.
De hecho, en 2020 el alcalde dio competencias a todos los regidores de la oposición excepto a Compromís. A pesar de que insistió en que les había trasladado su voluntad de invitarlos a formar parte del proyecto de participación, desde Compromís afirmaron que esa conversación nunca había tenido lugar y las críticas fueron en aumento; algo que el PSPV local no comprende puesto que en 2015, cuando Compromís fue la fuerza más votada, optó por llegar a un acuerdo con el grupo independiente Gispm (ahora Sueca per Davant) y los socialistas permanecieron en la oposición.
Con toda esta vorágine política a las espaldas, marcada por un fuerte desentendimiento entre Compromís y PSPV que dificulta la cordialidad para futuras alianzas, será fundamental para las candidaturas arrastrar la máxima capacidad de votos posible y así acercarse a la mayoría necesaria.
En concreto, ocho opciones se postulan como candidatas este 28 de mayo. Dimas Vázquez por el PSPV, Vicent Baldoví por Compromís, Carolina Torres por el Partido Popular, Juan Vicente Miquel por Vox, Julián Sáez por Sueca per Davant, Celia Beltrán por Ciudadanos, Pau Codina por Unió Democràtica del Poble y Carlos Ramírez por Contigo Somos Democracia.
Así, Vázquez repite pese a la reprimenda de su partido en los anteriores comicios. Y no es la única figura que ha desencadenado una crisis interna en la formación que representa. En su caso, fue Carolina Torres quien dividió a los populares en Sueca. Mientras que Torres contó con el visto bueno de la dirección provincial, el nombre de José Luis Ribera también resonaba como posible alcaldable. Finalmente, Ribera quedó en un segundo plano y decidió dimitir como presidente de la gestora del PP, cargo que adquirió la candidata.
Del total de partidos que concurren a las elecciones municipales, algunos son de reciente creación. Contigo Somos Democracia, formación presidida a escala nacional por el valenciano José Enrique Aguar, se presenta por primera vez en Sueca. Carlos Ramírez, ex edil del PP, encabeza la lista de esta nueva agrupación.
Por otro lado, el Grup Independent de Sueca, Perelló y Mareny (Gispm) ha decidido renovarse bajo el nombre Sueca per Davant para acercarse más a la ciudadanía. Desde su fundación, siempre ha obtenido representación y ostentó la alcaldía en 2011 con Salvador Campillo como primer edil. Fue entonces cuando aceleró la salida de El Bloc, que en 2007 llegó a la alcaldía de la mano de Joan Baldoví, actual candidato a la presidencia de la Generalitat por Compromís y diputado nacional.
De esta manera, las ocho fuerzas políticas competirán por recabar la máxima cantidad de votos frente a un escenario en el que nadie alcanzaría la mayoría absoluta. Si Vicent Baldoví logra mantener los resultados de Compromís, comenzará un periodo de negociaciones que será clave para entrar o no al equipo de gobierno, y en el que la sombra del pasado prueba que los pactos tienen total libertad.