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Lanza un programa para reflotar los negocios y sumarlos a su red de franquiciados

Sweet Hoteles, la cadena que busca dar una segunda vida a alojamientos asfixiados 

13/10/2020 - 

VALÈNCIA. El sector turístico ha sido uno de los más azotados por esta pandemia. Las cuarentenas impuestas en muchos países y el miedo al contagio han frenado la llegada de muchos viajeros a España este verano, época crucial para el sector. Una nueva coyuntura que ha puesto en jaque a muchos negocios que se ven asfixiados y sin una salida clara. Las cuentas no les salen a muchos y han tenido que recurrir a los préstamos del ICO, que ahora tienen que devolver sin apenas ingresos. Una complicada situación que tiene en vilo a muchos empresarios, que se enfrentan a la difícil disyuntiva sobre la continuidad de sus establecimientos. 

Con el objetivo de dar una 'segunda oportunidad' a alojamientos independientes, la cadena valenciana Sweet Hoteles ha lanzado un programa que busca mejorar la salud financiera y reforzar la imagen de negocios hoteleros pequeños a corto plazo. “Queremos impulsar y acompañar al hotelero, ahora más que nunca, para que salga de la crisis que pueda estar viviendo”, explica Sergio Navarro, cofundador de la cadena. "Ya lo hemos hemos conseguido con otros franquiciados y ahora la ayuda es más necesaria que nunca", recalca.

Y es que no es la primera vez que lo hacen. En el ADN de esta compañía está 'salvar' y reflotar alojamientos con dificultades. Ya lo hicieron en el pasado, en el año 2014, en un momento en el que detectaron en el mercado una necesidad de profesionalización y de virar hacia una mayor digitalización. "El primer establecimiento que abrimos fue el Sweet Continental en la calle Correos de València. Por aquel entonces, el hotel tenía una tasa de ocupación muy baja y conseguimos reflotarlo en seis meses", explica Luis Fernández, otro de los cofundadores de la firma hotelera. 

Otro caso de éxito a sus espaldas fue el hotel Renasa, ubicado en la entrada a València desde la la salida a Barcelona. "Acababan de hacer reforma, pero tenían una ocupación muy baja y no habían actualizado procesos", rememora. Tras entrar en el paraguas de Sweet, su situación es ahora bien distinta. Y es que la cadena no solo les facilita herramientas, sino que audita los alojamientos para conseguir un equilibrio financiero. "Ponemos en marcha ciertas herramientas y, con ello, fuimos capaces de darle un giro de 180 grados. Nos centramos en estudiar todas las áreas del negocio", puntualiza, para recordar que los primeros meses fueron "una locura" por los cambios. "Pero les valió la pena", señalan. 

Por aquel entonces percibieron en el mercado una falta de profesionalización de pequeños alojamientos. El mundo evolucionaba muy rápido hacia los sistemas digitales y muchos propietarios se habían quedado fuera de juego con sistemas totalmente caducos y sin digitalización. Ahora, las cosas han cambiado y detectan una necesidad de supervivencia ante el impacto del coronavirus. "Ahora todo el mundo piensa en cerrar o ver cómo sobrevivir. Nadie está lanzando un mensaje de ayuda para ser compañeros de viaje", asegura Fernández. "Una ayuda no invasiva, sino que lo que queremos es escuchar y hablar. Hay que escuchar al mercado e invertir en nuevos franquiciados", subraya.

Nuevos franquiciados

Así, con el nuevo programa se pretende volcar toda su experiencia en el sector en ayudar a hoteleros independientes, de todo el panorama nacional, y que cuenten con recursos limitados. "La unión hace la fuerza. Estando unidos ponemos en marcha fórmulas conjuntas que nos hacen perdurar en el tiempo", explica Navarro. "Queremos impulsar y acompañar al hotelero, ahora más que nunca, para que salgan de la crisis, como ya hemos conseguido con otros franquiciados durante todos estos años", puntualiza.

Y es que el trabajo que desarrollan es, según insisten, sin "imposiciones". El procedimiento es sencillo, la cadena facilita a los alojamientos las herramientas necesarias para reflotar los negocios y estos se adhieren como franquiciados de Sweet Hoteles, pero sin perder su esencia e identidad. De este modo, el objetivo del nuevo programa Sweet Care es bidireccional. Por un lado, mejorar la salud financiera de los nuevos franquiciados, ofreciendo una gestión centralizada de cada una de sus áreas y un equipo de profesionales especializados que conocen el sector. Y, por otro lado, formar parte del grupo de manera que logren un mayor impacto de marca, mayor  competitividad y la digitalización de sus negocios.

En un momento inicial se realiza una auditoría y análisis del estado actual de cada negocio, con el fin de identificar los puntos críticos y realizar un diagnóstico completo que permitirá al hotelero tomar decisiones a corto, medio y largo plazo. En un segundo paso, realizan un cambio de imagen, diseño y ejecución de una página web acorde a los tiempos y la digitalización de la gestión de reservas. "A partir de ahí ponemos todo en marcha", resaltan. Además, los franquiciados cuentan con el apoyo de todos los proveedores oficiales, equipo de venta, representación comercial y apoyo administrativo de Sweet Hoteles. 

"Somos compañeros de viaje. No imponemos"

El objetivo es hacer un contrato a largo plazo, de cinco años mínimo. Se trata, en definitiva de "dar un impulso a hoteles independientes que se han quedado obsoletos en su fuerza de venta, no saben trabajar su estructura de costes, ni analizar cuáles son sus sus activos de valor", apostilla Navarro. "Lo que hacemos son proyecciones para ver costes fijos y variables. Quitarles muchos dolores de cabeza, porque hay mucho empresario perdido y modelo caduco. Por eso, escuchamos las necesidades de las personas, porque venimos a ayudar y siempre tomaremos medidas para que ese negocio funcione bien. Al final, nosotros vivimos de reflotar estos hoteles", añade.

De hecho, cada proyecto se hace en función de las necesidades de cada hotel. No necesariamente todos acaban absorbidos por la cadena Sweet. "No queremos ser invasivos en ningún momento, ni llegar a tu establecimiento y cambiarlo todo metiendo nuestra decoración. Queremos mantener la marca y la esencia de ese establecimiento. No somos una franquicia al uso, somos flexibles y siempre hemos intentado respetar esa singularidad y personalidad de cada establecimiento. Nuestra diferencia es que no somos tajantes, sino que nos adaptamos a las necesidades del cliente", resalta Fernández.

¿Sus señas de identidad? Hallar hoteles bien ubicados y ofrecer unos servicios que buscan generar experiencias. "Eso es Sweet Hoteles. Al final, somos compañeros de viaje, no venimos a imponer nada, porque el negocio no deja de ser tuyo. Venimos a ayudar", insiste Navarro. "El sector no está en su mejor momento y podremos ayudar a muchas familias que viven de estos hoteles independientes", concluyen.

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