La nave de los locos
Los barbudos
El mal de no afeitarse está más extendido de lo que imaginaba. El jefe del Estado es barbudo como también lo es el presidente esfinge. Pero hay más. Si Rafael Ferrando y Bruno Broseta, dos hombres a los que se les presuponía una trayectoria intachable, se han dejado de rasurar, es que todo está irremediablemente perdido