Tercero de Medicina

Hubo un arzobispo andaluz que llegó a la edad de 125 años. Siempre acostumbraba a beber media botella de Jerez en cada comida; excepto en los días en que no se encontraba bien de salud, en los que doblaba la ración.

Caldo de gallina.

Tónico, estimulante natural. El que mejor se presta para la preparación de vinos medicinales. En la farmacopea se le conoce bajo el nombre técnico de Vinum Xericum, y se ha preferido su alcohol sobre otros para la preparación de medicamentos, debido a que contiene naturalmente gran proporción de acido tártrico, algo que hace disolver con facilidad los productos medicinales. Empleado frecuentemente para tomar ciertas medicinas, ya sea disolviéndolas en el vino y haciéndolas asi menos ingratas al paladar o tomando el Jerez inmediatamente después.

Un vaso a las doce.

En el diario inglés The Times -fecha 25 de enero de 1892- se relata que durante la gran epidemia (1666-1667) que diezmó la ciudad de Londres en el Reinado de Carlos II, solo quedó un médico en la capital que logró escapar del terrible azote: el Dr. Hodges. En sus memorias, indicaba que lo atribuía al consumo diario de unas copitas de Sherris-Sack, lo que le sirvió como preventivo contra la enfermedad.

Doce vasos a la una.

Dice Mr. Geo C. Howell (New York) en su libro 'Beverages de Luxe': "El estudio hecho de las defunciones de los vinateros de Jerez y sus capataces demuestra que un 10% fallecen antes de los 70 años y un 90% viven hasta los 70 o más, llegando un 15% de ellos a la bien madura edad de 90 años".

Leche para los viejos.

Soy viticultor y elaborador de vinos naturales: sin aditivos. No tengo internet. ¿Radical?

@misteriosanlucar