En el barrio del Botànic hay un nuevo espacio en el que invertir en hedonismo: The Espanista. Bodega, librería, catas, laterío, clases de idiomas y más
Daniel Martínez es el fundador de The Espanista, la novedad hedonista del barrio del Botànic. «Somos un espacio gastronómico con un toque cultural. En la tienda tenemos un apartado de librería, que va a ser gastronómica y de libros alternativos de autores y editoriales independientes». En la calle Borrull número 11, a solo 250 metros del mercado de Rojas Clemente, se encuentra el local de esta iniciativa que junta literatura, laterío y bodega —algo que por lo general, va de la mano—.
Antes de aterrizar en Extramurs, el proyecto estaba en el mercado de Mosen Sorell, pero quiso el destino que el planeta entero se detuviera por una pandemia y el turismo, pues eso, nuevos tiempos para el turismo.
«Tenemos una zona de cervezas artesanas, casi todas nacionales, aunque estamos introduciendo referencias extranjeras, como las cervezas japonesas Hitachino Nest Beer, también hay IPAs alemanas. En la medida de lo posible nos enfocaremos en las cervezas regionales. La vinoteca tiene de todo, mucho de Andalucía y Galicia. La selección apuesta por bodegas pequeñas e innovadoras, con diseños chulos, aunque tengo mi parte de clásicos». Además de la bodega y la librería, hay una pequeña cocina con barra a modo de zona de degustación de tapas gourmet y estantes repletos de latas de conserva, salsas, mermeladas y el kit esencial para montar el aperitivo en casa.
Antes de ser The Espanista, Daniel era Business Manager en el exterior para una de las principales cadenas de retail españolas. Durante 12 años estuvo viviendo en China, Estados Unidos e India hasta que regresó a València. «La idea de The Espanista empezó porque yo había vivido mucho tiempo fuera de España y al regresar necesitaba conectarme socialmente. Cree un grupo de Meetup en el que juntaba clases de español y tapas. Tuvo mucho éxito y empecé a hacer más actividades en torno a la gastronomía y el idioma. Al tiempo pensé que era interesante crear mi espacio propio en vez de tener que pedir permiso a lo locales para montar las actividades y de ahí salió The Espanista. Con el COVID cerramos la anterior tienda en Mosen Sorell y abrimos esta, más reducida y con menos foco en los eventos. Lo que fue una excusa para crear un ecosistema social y activarme socialmente se ha convertido en un proyecto empresarial».
Paro los próximos meses están planeando distintas actividades culturales, catas, eventos para grupos reducidos y ofertas de vermut (Lodeiros, en barril). «Ahora con el COVID la idea es orientarnos a un público local, en un barrio que es más barrio. Este local está teniendo muy buena acogida».
Muchas de las conservas que hay en la tienda están ahí porque en su día Daniel las probó en un lugar u otro del país. «Cuando volví del extranjero estuve viajando por todo el país, conocía mucho el extranjero y muy poco España. En mis viajes lo primero que hacía era buscar la tienda gourmet, lo que he ido probando es lo que tengo».