VALÈNCIA. El antiguo cine Metropol, el número 9 de la calle Hernán Cortés de València, está abocado a convertirse en hotel pese a la voluntad del Ayuntamiento de València de protegerlo. Los servicios jurídicos del consistorio han dejado claro que no se puede demorar más la tramitación de la licencia para un hostal solicitada por Metrolevante ahora hace cinco años. La disputa entre la propiedad y la administración parece, por tanto, que acabará decantándose por la primera.
El edificio actualmente no está protegido y eso ha dificultado la pretensión de salvarlo impulsada por plataformas como la Fundación Goerlich -el arquitecto del edificio original construido en 1932- o Salvem el Metropol. Han pasado ya tres años y se ha sucedido un amplio debate sobre la necesidad de salvaguardar el edificio, o por lo menos su fachada, o algunos de sus elementos.
El pasado mandato, tras la petición de licencia para el hostal, un informe de arquitectos contratados por el Ayuntamiento de València dictaminó que el edificio carecía de valor patrimonial alguno. Y también desde la propia concejalía de Urbanismo, entonces dirigida por Vicent Sarrià, se defendía esta postura. Por su parte, el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrmonio Cultural presentó su propio informe rechazando esta máxima y la Conselleria de Memoria Democrática, que dirige la consellera Rosa Pérez, mostró su disposición de proteger el inmueble como edificio histórico por su importancia durante la Segunda República.
Ante ello, la concejalía de Cultura de València solicitó tres informes: a la Real Academia de Bellas Artes, al Consell Valencià de Cultura y a la Universitat de València, publicado este último por Valencia Plaza. El primero concluyó que el edificio no tiene "suficiente interés para ser protegido", mientras que los dos segundos abogaron por la protección. Estudios todos ellos que ha trasladado a la administración autonómica para continuar el proceso de protección. Sin embargo, la Conselleria de Memoria Democrática todavía no ha dado ningún paso efectivo en este sentido.
Ante la disparidad de los informes, la concejalía de Actividades que dirige Lucía Beamud solicitó a los servicios jurídicos que emitieran sus consideraciones sobre si era posible, jurídicamente, paralizar la licencia pedida por los promotores, teniendo en cuenta las opiniones emitidas por los diferentes organismos culturales. La conclusión de la Asesoría Jurídica del Ayuntamiento, recoge que no hay "ninguna causa que justifique en estos momentos la paralización de la tramitación de la licencia de obras solicitada" y subraya que la competencia para la protección del inmueble en el caso de que no se reúnan los valores culturales suficientes corresponde a la Generalitat Valenciana, tal como publicó Levante-EMV.
A juicio de las fuentes municipales consultadas, próximas a la concejalía de Beamud, "el Ayuntamiento de València ha explorado y agotado todas las vías posibles para reunir la documentación que permitiera una preservación del edificio, pero no ha sido posible demostrar su valor patrimonial". De ahí que hayan hecho una "ultimísima" llamada a la Generalitat Valenciana por si tiene a bien iniciar la protección del edificio en la línea de lo que señala la Asesoría Jurídica, si bien es cierto que la Conselleria ya dijo en su momento que no veía el valor patrimonial suficiente.
La voluntad de protección después de que la propiedad presentara el proyecto para convertir el edificio en un hostal derivó en la demora en la tramitación de los permisos de obra solicitados. Algo que no gustó nada a la propiedad, que llegó el año pasado a enviar una carta muy dura a la concejalía de Actividades. En el escrito, y con una gran muestra de hastío y hartazgo, los propietarios criticaban el "sinnúmero de dilaciones injustificadas y arbitrariedades" que el consistorio habría estado cometiendo contra la iniciativa.
Asimismo, advertían de que su "paciencia y resistencia económica tocan a su fin" y recordaban que en febrero de 2020 se presentó una reclamación por inactividad con motivo del silencio administrativo. "Hasta tal punto alcanza la paralización de este expediente que ni tan siquiera se ha dado traslado al mismo para el informe preceptivo de los servicios municipales de extinción de incendios y sanidad", decía, para incidir en que los arquitectos que han estudiado el edificio no se habían mostrado favorables y su protección.
"Ninguno de estos tropiezos [...] ha sido suficiente para que el ayuntamiento abdicase de su denodado intento de hostigamiento a la propiedad", aseveraba, para considerar más tarde "innecesarias e ilegales" todas las actuaciones realizadas por el consistorio para "dilatar el procedimiento" sobre la petición de la licencia.
En este sentido, la propiedad acusaba al Ayuntamiento de haber cometido posible "desviación de poder" dado que, "a pesar de la ausencia de valores justificativos para la protección del inmueble, la corporación ha mantenido su empecinamiento usado el argumento técnico de la reserva de plazas de aparcamiento, sin otro propósito más que abrir paso a una eventual protección".
El último proyecto presentado el pasado ejercicio, adelantado por este diario, busca convertir el edificio en un céntrico hostal y contempla un total de 4.230 metros cuadrados con 54 habitaciones. Actualmente el antiguo cine consta de un sótano, la planta baja y cuatro plantas superiores, además de un ático y una planta de trasteros bajo cubierta. La nueva edificación que proyectan los propietarios mantiene las plantas superiores y cuenta con un semisótano y dos plantas de sótano para el aparcamiento, según la memoria general del proyecto, que data de abril de 2020.
El hostal tendrá dos zonas diferenciadas. Por un lado, el bloque principal recayente a la calle, que contendrá los espacios propio de un hotel. En planta baja se encontrará el vestíbulo y las zonas comunes además de la cafetería en doble altura con salida diáfana al patio de manzana trasero. En este bloque se contemplan 39 habitaciones distribuidas a razón de ocho por cada una de las cuatro plantas, además de otras siete en el ático. Se incluyen dos ascensores y escaleras principales.
En el semisótano y sótanos se ubicarán los servicios higiénicos e instalaciones operativas (almacén, vestuarios, lavandería, cuadro general, grupo de incendios, cuarto de bombeo, etcétera). Los dos sótanos se dedicarán expresamente al aparcamiento, que ofrecerá en total 30 plazas para usuarios del servicio, y al que se accederá mediante un montacoches desde Hernán Cortés. La otra sección corresponde a la zona del patio de manzana. Allí se plantea ubicar otro pequeño complejo edificatorio, con 15 habitaciones más entre planta baja y sótano.