VALENCIA. La necesidad de apostar por una única estrategia territorial y coordinada de innovación como la mejor forma (por no decir la única posible) de mejorar el modelo productivo valenciano está hoy ampliamente aceptada.
Como también hay un amplio consenso en para qué lo queremos: mejorar la competitividad de nuestro sector productivo, mejorar la calidad de la mano de obra que necesiten nuestras empresas y consecuentemente los salarios, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los valencianos gracias al empuje de nuestros sectores productivos cualesquiera que acaben siendo en las próximas décadas. Es tal la unanimidad que el Consell acaba de presentar sus bases para la transformación del modelo productivo.
Por lo tanto, si hay alguna discusión posible, no es si necesitamos dicha estrategia y coordinación (el qué) ni lo que conseguiríamos (para qué), sino cómo se lleva a cabo este proceso.
A los no iniciados les puede parecer una discusión escolástica, pero el cómo se van a articular las políticas de innovación a través de la futura Agència Valenciana de la Innovació (AVI) es, sin duda, el elemento más importante para fundamentar su éxito o su fracaso.
Para tal fin, el profesor García Reche, cumpliendo con el encargo trasladado por el president de la Generalitat, ha presentado una propuesta de Agència en forma de borrador de ley. En ella observamos un diagnóstico y un discurso unívoco: hace falta coordinación y estrategia. Por lo tanto, nos vamos a dotar con un organismo que coordine y planifique. Idea genial por muy básica que parezca, ya que a veces no es la idea en sí lo que importa, sino ponerla en práctica, y hasta ahora no habíamos llegado ni siquiera a ese punto en la Comunidad Valenciana.
Estamos entusiasmados con esta decisión. Entusiasmados al escuchar que por fin se priorizará la innovación en la Comunidad Valenciana (aunque hasta que no lo veamos plasmado en los presupuestos de la Generalitat no podremos creerlo). Sin embargo nos encontramos con una Ley que no dice exactamente eso. Lo que se nos dijo (y se airea en diversos foros) es una cosa, y lo que dice la Ley, negro sobre blanco, es otra que difiere bastante y nos hace pensar en malos augurios.
Esto nos lleva a lamentamos que algunas cosas no hayan cambiado en la política valenciana. Porque no entendemos que se tomen decisiones con engaños, obviando a los agentes implicados o manteniendo procesos burocratizantes obtusos que dan impresión de transparencia pero que no lo son en absoluto.
"seguimos esperando a que García Reche nos reciba para explicarle por qué no nos gusta su borrador de ley"
Al inicio del proceso, los representantes de trabajadores de los Institutos Tecnológicos advertimos al señor García Reche que las cosas no se hacían así. Y seguimos esperando a que nos reciba para explicarle por qué no nos gusta su borrador de ley.
Porque la propuesta de la AVI no versa sólo de coordinar y planificar. Versa de crear una nueva superestructura alimentada con dinero público. Un ente paralelo que podría duplicar lo que ya hacen otras entidades (especialmente el IVACE y hasta el IVF). En definitiva, más burocracia y más gasto público en estructuras que detraerían inversiones del ya de por sí exiguo presupuesto en innovación.
Si el señor García Reche nos hubiera recibido, habría escuchado que esta AVI que se plantea se acabará convirtiendo en un ente que se solape o entrometa en las funciones de otros órganos ya existentes, volviendo a cometer errores del pasado al aumentar la estructura burocrática y desaprovechando una oportunidad única para hacer algo que todos los actores implicados reconocemos que se necesita: Coordinación y Estrategia.
Porque si la AVI nace para coordinar, ¿qué sentido tiene que pueda dar financiación, conceder ayudas o tener patrimonio? Ni mucho menos que genere una estructura con altos cargos que puedan recibir salarios incluso más elevados que los de la escalera salarial de la función pública, ¡si hasta se atribuyen la posibilidad de cobrar incentivos! ¿Desconoce el promotor de esta redacción la situación salarial de los principales centros de innovación? ¿Desconoce la escasez de ayudas para I+D+i y la poca inversión que se hace en comparación a nuestro entorno? ¿Realmente cree necesario montar una estructura burocrática y pagar altos salarios, en vez de invertir más dinero en el terreno? ¿Por qué no hemos visto la memoria económica que debería acompañar a esta Ley?
Defendemos que el modelo a seguir es una estructura mínima y eficaz, basada en personal funcionario y expertos, que coordine al resto de agencias ya existentes para que estas sigan gestionando y ejecutando.
"no compartimos las funciones con las que se dota a la AVI en esta ley, pero es que tampoco compartimos su estructura"
Está claro que no compartimos las funciones con las que se dota a la AVI en esta ley, pero es que tampoco compartimos su estructura. Es desmedida y poco funcional. No tiene sentido replicar un Consejo de Dirección a imagen y semejanza de los existentes en los múltiples Observatorios y Consejos Consultivos que ya existen.
Además, hemos comprobado que esta composición en ocasiones es ineficaz para garantizar el control y la transparencia porque finalmente son consejos que acaban delegando el control y la toma de decisiones en una única persona: el director (vicepresidente ejecutivo en este caso). Véase el esquema de composición de los Consejos Rectores en los Institutos Tecnológicos para ver que se replica un modelo no exento de riesgos visto lo sucedido recientemente: aparenta control, transparencia y pluralidad pero en la práctica dota al director de poderes plenipotenciarios.
Como pudimos leer en Valencia Plaza, da la sensación que la AVI responde más a una lucha de poder en el seno del Consell que en presentar el modelo que realmente necesita nuestro sector productivo.
Los trabajadores de los institutos tecnológicos creemos firmemente en la necesidad de dotarnos de una AVI que acometa las reformas que necesita el Sistema Valenciano de Innovación (SVI); por eso pensamos que no podemos permitirnos el lujo de malgastar esta oportunidad. Es por este motivo que manifestamos nuestra total oposición al desarrollo de funciones y organigrama que detalla la presente ley tal y como está redactada y así se lo hemos trasladado a todo el arco parlamentario de Les Corts Valencianes.
Somos conscientes que tiene mucho menos glamour dirigir una AVI que no gestione millones de euros. Pero no creemos que ese sea el problema ni el motivo de esta cuestión, ¿verdad?.
* Andreu Romero e Ignacio Portillo. Comisión Permanente de la Asamblea de Representantes de los Trabajadores de los Institutos Tecnológicos