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Una dureza o una uña encarnada no tratada puede provocar patologías más graves

22/02/2019 - 

VALÈNCIA. “Ante una patología del pie se puede ver modificada la marcha sobrecargando otras zonas del cuerpo”, señala la responsable de Podología del Hospital IMED Valencia.

Igual que la cara es el espejo del alma muchos dolores y patologías del resto del cuerpo, incluso psicológicas, pueden ser el reflejo de nuestros pies. Aunque no se camine mucho, una persona va a dar cuatro veces la vuelta al mundo andando a lo largo de su vida.

La responsable de Podología del Hospital IMED Valencia, Noelia Garrigós, nos ha visitado en los estudios de Plaza Radio y nos ha explicado cómo debemos escuchar a nuestros pies cuando se quejan y nos ha dado algunos consejos para mejorar su salud.

El dolor es el mecanismo de defensa de nuestro cuerpo que nos avisa que algo no funciona bien. “Una cosa tan simple como un callo o una uña encarnada puede provocar patologías en cadera, rodilla o cualquier otra parte del cuerpo. Cuando duele el pie se cambia la forma de andar y se cargan zonas del cuerpo que no están acostumbradas a ese peso”, señala Noelia Garrigós.

Por este motivo, es tan importante acudir a un especialista cuando se nota algún tipo de dolor. En el Servicio de Podología del Hospital IMED Valencia se atiende todo lo que abarca la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las dolencias de los pies. Una de los aspectos más demandados es la quiropodia en la que se tratan las afecciones de las uñas y de la piel como callosidades, durezas... Otra parte fundamental es la ortopodología y la biomecánica encargada, entre otras cosas, del estudio de la pisada y la confección de soportes plantares individualizados que mejoran la distribución de los apoyos. También se analizan patologías del pie muy dolorosas como metatarsalias o espolón así como infecciones por hongos o papilomas. La prevención de lesiones en pacientes de riesgo, como es el caso de los diabéticos, o el abordaje quirúrgico de deformidades congénitas y adquiridas, como el juanete, son otras patologías que se tratan continuamente en la consulta del hospital.

El pie es un engranaje muy complejo de huesos, articulaciones y tendones y dependiendo de la etapa en que se diagnostique una lesión su recuperación tendrá una mayor o menor complejidad. No es lo mismo detectar una fascitis plantar a los dos meses de producirse, cuando se pueden aplicar tratamientos antinflamatorios o determinados ejercicios, que a los dos años, que la patología se puede haber cronificado.

Hay patologías y deformaciones que son propias de la edad. Es muy habitual que los niños tengan un problema en los pies. Es muy importante saber cuándo se puede considerar normal o, si es necesario, poner algún tipo de remedio. Noelia Garrigós destaca la importancia de que los niños que sufren alguna patología se realicen revisiones cada seis meses o un año para controlar si la evolución es la correcta.

Hace unos años era muy frecuente que a los niños que le diagnosticaban alguna patología les prescribieran el uso de plantillas o zapatos ortopédicos. “Ahora se conoce mucho mejor el pie y se debe observar la evolución. No es aconsejable prescribir plantillas de forma generalizada porque puede ser perjudicial para el desarrollo del niño”.

La responsable de Podología del Hospital IMED Valencia ha resaltado la importancia de un buen calzado para prevenir lesiones. “Un pie nunca se debe adaptar al zapato, sino que es el zapato el que debe adaptarse al pie desde un primer momento. Los dedos en martillo o los juanetes pueden ser consecuencia de una mala elección”, añade Noelia Garrigós quien comenta que uno de los casos más frecuentes son los dedos en garra como consecuencia de llevar zapatos de tacón y en punta durante años. “El pie coge la forma del zapato y, además, tiene mucha memoria”.

El calzado, además, debe estar confeccionado con un material transpirable, como el cuero, tener una horma que se adapte a nuestro pie, con una parte delantera flexible y una trasera que sea dura para que contenga el talón. En verano hay que evitar abusar de las chanclas y optar por un calzado con mayor sujeción. Asimismo, los deportistas deben escoger muy bien el calzado según el deporte que se vaya a realizar. Además, no todos los pies están preparados para realizar cualquier tipo de deporte. Antes de comenzar a hacer ejercicio hay que consultar a un podólogo para prevenir posibles lesiones.

Otro de los consejos que nos ha ofrecido Noelia Garrigós es que los pies deben estar siempre limpios y secos, las uñas deben cortarse rectas limando ligeramente las esquinas y se deben evitar los esmaltes.

El andar por la arena de la playa fortalece y mejora la musculatura de los pies pero hay que elegir una zona llana porque el desnivel provocaría que una cadera trabajara a una altura diferente.

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