La startup ofrece una experiencia gastronómica sin saber el restaurante hasta llegar al destino e incluyendo el trayecto de ida y vuelta a casa
VALÈNCIA. Estamos en el sofá de casa esperando, inquietos, a que llegue la hora.
— ¿Dónde vamos a cenar?
— Ni idea.
— ¿Pero no me estás haciendo tú este regalo?
— Sí, pero ni idea.
— ¿Cómo no vas a saberlo?
— De verdad que no sé nada. De hecho, ni siquiera me lo imagino.
Son las nueve de la noche, bajamos al patio después de recibir un mensaje. Nuestro Cabify está en la puerta. Subimos, el conductor nos da la bienvenida, coge el GPS y lo guarda en la guantera, no sea que a alguien le dé por intuir hacia dónde nos dirigimos.
— Venga, ¿a dónde vamos?
— Si me ofrecéis un buen trato os lo digo, bromea el conductor.
Nos adentramos en València mientras miramos por la ventanilla. Lo hacemos como si nunca hubiéramos visto esas calles por las que, en realidad, hemos pasado centenares de veces. Una decena de restaurantes queda a nuestro paso hasta que el coche se detiene, el conductor nos mira y nos sonríe. Llegamos a nuestro destino. Esta solo es la primera parte de la experiencia de la startup valenciana Uncovercity, fundada por Miguel Gil Martí y Teresa Doménech, dos emprendedores que defienden que salir a cenar debe ser una sorpresa.
Uncovercity ofrece experiencias gastronómicas en las que no es posible saber el destino hasta que no se llega al local. Esta incluye ida y vuelta en Cabify —como partner de movilidad— y la cena en un restaurante o lugar singular. La startup ofrece varias posibilidades en su página web, desde 35 euros por persona, pero todas incluyen el transporte y un menú cerrado para que nada quede en manos del comensal. En València, restaurantes como Vertical, Anyora, Clectic, 2 Estaciones o La Salita han participado en el proyecto aunque colaboran con más de una treintena.
Esta propuesta les ha valido para ganar los Startup Europe Awards en 2018 en el área de gastronomía o participar en la aceleradora del Basque Culinary Center, el centro de educación e innovación gastronómico más importante de España, promovido por chefs de prestigio como Juan Mari Arzak o Martín Berasategui. Pero ¿de dónde surge esta idea? «La gente prefiere vivir una experiencia que simplemente cenar alrededor de un mantel», explica Miguel Gil, CEO de Uncovercity. Una sensación más generalizada de lo que muchos se piensan y extrapolada a muchos ámbitos. De hecho, no debe de ser casualidad que las startups de ‘planes secretos’ hayan entrado con tan buen pie en el mercado del ocio.
Uno de sus referentes fue Wayna, la empresa acelerada en Lanzadera especializada en organizar viajes sorpresa con vuelo y hotel incluido por 150 euros y del que no se sabe el destino hasta pocos días antes. Una idea que decidieron extrapolar al ámbito de la gastronomía y, de momento, con gran fortuna. «A los dos nos encanta, y entendimos que teníamos que crear algo que unificara la movilidad, los restaurantes y las personas y, si era posible, incluir el factor sorpresa», explica Teresa Domenech.
Los dos recuerdan aquella tarde en el coworking Wayco en el que Uncovercity empezó a gestarse. Acababan de dar por concluida su andadura con B-Side City, una agenda en forma de app que ofrecía planes a la medida de los usuarios. Un proyecto que no cuajó y del que meses después de su puesta en marcha decidieron bajar la persiana. Eso sí, aprovechando toda la experiencia y relaciones que habían adquirido en el ámbito de la gastronomía.
«Cerramos B-Side City y, medio en broma medio en serio, nos dábamos 48 horas para que se nos ocurriera algo que tuviera sentido, que no fuera una huida hacia delante. Crear algo de esas brasas que quedaban y ver cómo se podía renacer. En ese momento justo acababa de llegar Cabify a València y entonces llegó la idea», explica Miguel. Decidieron que la primera misión era verificar que alguien quería utilizar su producto. Simplemente con la idea, empezaron a preguntar. «A la gente le hacía gracia el concepto y nos dio una buena sensación».
Doce meses después, más de 500 personas han pasado por Uncovercity, que ha calado entre sus clientes como una fórmula regalo para disfrutar con sus seres más queridos de una experiencia gastronómica diferente. Para Miguel no solo ofrecen experiencias, sino que además son unos gestores de tiempo. «Evitamos que la gente tenga que tomar decisiones, comparar, realizar una reserva, coger el coche, circular por la ciudad y luego aparcar», asegura. «Con esto vimos que todo empezaba a cobrar sentido, a lo que se añadió el potencial de eliminar el destino».
Pero no solo permiten hacer una mejor gestión del tiempo, sino que al final también se encargan de filtrar entre la oferta. Aunque el argumento está manido es una realidad: vivimos en la era de la sobreinformación. Visitas y visitas a Tripadivisor que nos aconsejan si debemos ir o no al restaurante que habíamos pensado. Nuevos restaurantes y nuevas propuestas o no saber el precio que nos costará, una cuestión que en muchas ocasiones nos hace volver a los locales de siempre para no correr demasiado riesgo, como que no le guste a nuestro acompañante o se nos salga de presupuesto. Esto se evita desde Uncovercity ya que son precios cerrados de 35, 55 o 75 euros por persona, con toda la experiencia incluida.
Desde los restaurantes han aceptado entusiasmados la fórmula por lo innovador de la propuesta. «Al principio muchos nos recibían con el cuchillo entre los dientes porque pensaban que éramos otra app de descuentos. Pero cuando te dejan dar la explicación entonces les gusta», apunta Miguel. «A los restaurantes también les interesa innovar y les encanta que la gente llegue de otra manera. Les entusiasma observar a los clientes de Uncovercity porque los ven como desubicados. Incluso restaurantes que se llenan han confiado en el proyecto y nos guardan alguna mesa», asegura Teresa.
Tienen claro que el tipo de usuario que elige Uncovercity es una persona intrépida, que está abierta a nuevas experiencias culinarias y las expectativas creadas por la startup son altas. Es evidente que, con estas pretensiones, cualquier restaurante puede entrar en su selección. «Empezamos a trabajar con los restaurantes más top para que nos validaran desde arriba. De hecho, no todos los restaurantes encajan, no todos tienen un concepto, un tipo de decoración, una forma de llegar. Tienen que aportar algo de valor añadido. Es un mix entre gastronomía, localización y decoración», asegura Teresa.
Aunque hasta ahora su proceso interno era muy manual se encuentran en fase de automatizarlo. Para empezar, ya tienen una nueva app donde los clientes podrán recibir las notificaciones sobre cuándo reciben el Cabify y cuándo les tiene que recoger.
Su misión, de cara al futuro, es transformar al restaurante de colaborador a cliente, gracias a la tecnología. «Queremos que si un restaurante tiene un problema de cancelación o una mala noche sea capaz de cruzar reservas con gente que está solicitando el servicio y que puedan ser respondidas en 45 minutos», explica señalando que esto será en una segunda versión de la app. «No cambiará la esencia de Uncovercity y juntaremos los parámetros de oferta y demanda», explica.
Con la propuesta ya aterrizada, ahora han decidido dar un paso más y ligar el producto al turismo, aterrizando en las recepciones de los hoteles como punto de venta offline. Su nueva fórmula será UncoverINN. «Muchas veces los clientes de los hoteles preguntan sitios para comer y cenar y además solicitan que les pidan un taxi. Nosotros cubriremos ese ciclo. Tan solo crearemos un panel personalizado para los hoteles, para que se puedan identificar en el proceso y les pagaremos una comisión», explica Miguel.
La intención es, en este formato, abrir la experiencia a las comidas y acortar los tiempos de respuesta para que los clientes puedan comprar el servicio de una día para otro. De hecho, Miguel incluso apunta a su próxima meta: intentar llevar su fórmula sorpresa para la gastronomía al alojamiento. «Que tú elijas unos parámetros fáciles y básicos, como la ubicación del hotel, que te recojan en el aeropuerto o en la estación del AVE y que no sepas dónde vas a dormir hasta que no llegas a la puerta. Eliminaríamos todos esos mismos pasos que hacemos con la gastronomía con el mismo ingrediente, que es la confianza y el ahorro de tiempo», reconoce.
Además, también están explorando otras propuestas dentro de la parte de experiencias gastronómicas, como el trabajar con empresas. «De una gestión puedes tener diez o quince experiencias que las compañías regalan como incentivo a sus trabajadores», explica Teresa. Además, están pendientes de poner en marcha Uncover Top!, donde llevarán a los comensales a restaurantes de Estrella Michelin, o Uncover WTF!, donde aspiran a realizar experiencias gastronómicas deslocalizadas de restaurantes con el fin de sorprender aún más a los comensales.
Lo que es evidente es que ambición no les falta. Este verano iniciarán el testeo de su producto gastronómico en Madrid y en septiembre empezarán a estudiar cómo llevarlo a Barcelona. Con estas ciudades esperan multiplicar por tres sus cifras, teniendo en cuenta que la oferta de València, en cierto modo, es limitada. Además, este verano pretenden integrar Uber en la plataforma como un nuevo partner de movilidad, además de Cabify.
Las historias para los fundadores de la plataforma son infinitas. En primer lugar la suya propia, el haber creado un producto de la nada y ahora estar hablando de él, de su inicio, de su transformación y de su evolución. «Toda esta historia se crea en una página en blanco», apunta Teresa. Pero a estas se suman todas las historias creadas por los clientes que han reservado su Uncovercity, que muchas veces recogen en el apartado de observaciones.
«En alguna ocasión nos han puesto que se trataba de un regalo especial, porque estaban pasando una mala época. También se han dado pedidas de mano o incluso nos han sugerido que si el destino era sorpresa por qué no cenar con alguien desconocido», ríen. Uncovercity es una nueva vuelta de tuerca a la decisión de salir de cena y de innovar en un sector, a priori, tan tradicional como la hostelería.
* Artículo del número de agosto de la revista Plaza