VALÈNCIA. Desde que empezó el año las cifras de fallecimientos por covid en la Comunitat Valenciana han ascendido a números escalofriantes y, desde el pasado martes, todos los días se ha superado el centenar de muertes en una incidencia donde los más mayores son los más afectados. El pasado martes se sumaban 106 fallecimientos -33 de ellos en residencias-, 112 el miércoles -35 en centros de mayores-, mientras que este jueves volvían a darse 109 -12 en residencias-. Ochenta personas muertas en residencias en solo tres días. Enero se cerraba con 1.857 fallecimientos, de los cuáles 442 fueron en residencias de mayores.
Este jueves, cuando el 25% de los fallecidos por covid en España eran de la Comunitat Valenciana -109 de 432-, el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, revelaba que la incidencia de la covid entre los ancianos de más de 65 años de las residencias desciende más rápido que el de los mayores de la misma edad que no viven en estos centros -que aún no están vacunados- y señalaba que "el efecto es claro y probablemente sea la vacuna".
A la vista de estas cifras y datos, no acaba de entenderse por qué a día de hoy todavía quedan más de 6.000 personas residentes en centros de mayores que no han accedido a la primera dosis de la vacuna cuando están llegando nuevas dosis a los departamentos de salud. En este sentido, desde la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios de Atención a la Dependencia de la Comunidad Valenciana (Aerte) llevan días mostrando su malestar por el envío de vacunas a personal sanitario sin haber llevado a cabo la vacunación completa de todos los centros.
Y es que el protocolo de vacunación de covid-19 de la dirección general de Salud Pública establece un orden de vacunación bien claro para la primera fase de vacunación: en primer lugar, personas mayores y/o con discapacidad que viven en residencias y personal sanitario y sociosanitario que las cuida. En segundo lugar, el personal sanitario de primera línea de atención a enfermos de covid; en tercer lugar, el resto de personal sanitario y sociosanitario y, por último, dentro de esta primera fase, las personas con gran dependencia no institucionalizadas.
Una prioridad marcada por la tasa de mortalidad que sufren las personas mayores de 80 años, que se sitúa en torno al 20%, la mayor de todos los grupos de edad. La instrucción no se respetó del todo durante las primeras semanas, especialmente en los centro sanitarios, en los que no se respetó el orden de los grupos 2 y 3, además de los casos graves conocidos, como las vacunaciones de políticos o la del líder de CCOO-PV, conocida este jueves.
Desde Aerte se preguntan por qué desde el departamento de Ana Barceló se toman decisiones como enviar 600 dosis de Moderna a hospitales privados cuando todavía no se ha terminado con el proceso en los centros residenciales, además de seguir administrando primeras dosis en hospitales públicos como el de La Ribera. Y es que, aunque desde Sanidad señalan que no se van a destinar vacunas de Moderna a los centros de mayores por cuestión de logística, desde la Conselleria se comunicó a Aerte que destinarían a sus centros 1.000 vacunas de esta marca durante esta semana y, la propia patronal ha podido confirmar que algunas residencias se han vacunado con las mismas.
En este sentido, desde la patronal se preguntan por qué no han destinado las vacunas que se han recibido en los últimos días para terminar en el área socio-sanitaria como marca el protocolo. Desde Sanidad indican que es por los contagios en estos centros, pero, según indica el último protocolo de brotes activos actualizado al mes de enero, se puede seguir vacunando en residencias con casos activos aunque no hayan cerrado el brote epidemiológicamente si llevan más de 14 días sin nuevos casos.
También en residencias con brote activo si después de hacer el estudio PCR a todos los residentes y trabajadores solo ha identificado casos en trabajadores o en menos del 20% de los residentes y en el caso de residencias con más del 20% de residentes positivos se podrá realizar la vacunación a los residentes y trabajadores si se puede garantizar una adecuada sectorización de los mayores en aislamiento o cuarentena tanto respecto de los espacios como de los trabajadores que los atienden.
Desde la conselleria aseguraron que esperan tener vacunadas a todas las residencias para el 14 de febrero pero, observando las cifras de mortalidad, a los representantes de Aerte les resulta insuficiente para atender a todas las personas pendientes de recibir la primera dosis. "La situación epidemiológica de la Comunitat Valenciana es la más grave de toda España según los distintos indicadores del Ministerio de Sanidad, lo que hace aún más necesario acelerar el proceso de vacunación ya que se somete a un riesgo elevadísimo a las personas más vulnerables al virus, las mayores de 80 años", señala Jose María Toro, presidente de Aerte.
"Seguimos preocupados porque, a pesar de que se están poniendo primeras dosis en residencias esta semana, el ritmo es muy lento y necesitamos que las 6.500 personas que están pendientes de esas primeras dosis la reciban. Sería preferible poner la vacuna de Pfizer ya que inmuniza 15 días antes que la de Moderna y que, si es necesario, se atrasen las segundas dosis en sanitarios del prioridad 3 que la han recibido, para garantizar la protección a las personas más vulnerables", insisten desde Aerte.
Miguel Jordá, presidente del Consejo Valenciano de Personas Mayores, comparte la preocupación del presidente de la patronal de residencias: "Es desesperante", lamenta. "El colectivo de personas mayores tiene un nivel de muertes elevado. Nos reunimos la pasada semana con representantes de la Conselleria de Sanidad y no hay un calendario de vacunación. Miramos con perplejidad la falta de vacunas en residencias, y nos preocupa la gente mayor que además de la edad acumula patologías. Nos da la sensación de que el calendario se dilata y esto debe tener un carácter prioritario porque supone debatirse entre la vida y la muerte", concluye.