València formaliza su candidatura para ser sede del Mundial de 2030 sin el 'OK' de Meriton

VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València dio luz verde este viernes a la resolución para confirmar su interés en convertirse en una de las sedes para el Mundial de fútbol previsto para el año 2030, en el seno de la candidatura presentada por España, Portugal y Marruecos. El gobierno municipal, dirigido por María José Catalá, aprobó el acuerdo para "ratificar los compromisos" adquiridos por el Ayuntamiento ya a finales de 2022 y "presentar" así la candidatura de la ciudad para el campeonato, pese a la incertidumbre sobre el futuro del Nou Mestalla y pese a que el Valencia CF rechazó su adhesión por este motivo

Entre otras cosas, el acuerdo supone "dar impulso a las actuaciones" para cumplir con los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento para con el Mundial "e iniciar la planificación y programación temporal de las necesidades presupuestarias futuras, [...] así como aquellos otros trámites que sean necesarios". Además, establece que "para el caso de surgir cuestiones jurídicamente cuestionables, se pondrán inmediatamente en conocimiento de la FIFA, a fin de adoptar las salvaguardas oportunas para ejecutar el acuerdo con todas las garantías legales".

La ratificación de los compromisos de la ciudad, eso sí, pasa, tal como figura en el acuerdo aprobado en la Junta de Gobierno Local este viernes, por la suscripción de dos documentos a los que obliga la FIFA para aquellos interesados en ser candidatos oficiales. La concejala de Deportes, Rocío Gil, quedó facultada para firmar esta suerte de contratos: el acuerdo de ciudad sede (host city agreement) y la declaración de la ciudad sede (host city declaration).

Por ello, esta misma semana el Ayuntamiento de València encargó a un despacho especializado un informe jurídico sobre los documentos planteados por la organización deportiva. Y precisamente sobre ellos señala que, a su juicio, incluye varias cláusulas de legalidad "cuestionable", si bien "resulta prematuro determinar su carácter abusivo" y procede esperar "a un momento posterior del desarrollo del contrato y las circunstancias concretas de su ejecución" para poder determinarlo.

Cambios sin derecho a réplica ni indemnización

Se refiere, por ejemplo a "numerosas" cláusulas que otorgan a la FIFA la "posibilidad de modificar de manera unilateral el contenido de las obligaciones adquiridas por el Ayuntamiento de Valencia" y que regulan aspectos sobre los que la FIFA "posee discrecionalidad" para modificarlos "en cualquier momento". Como por ejemplo sobre el desarrollo de la competición, "pudiendo modificar cualquier determinación sin previo aviso y debiendo el Ayuntamiento de València aceptarlo sin protesta".

Pero la cosa va más allá porque la FIFA "se atribuye la posibilidad de modificar a su arbitrio las obligaciones y responsabilidades asumidas por el Ayuntamiento de Valencia" y también puede "imponerle obligaciones adicionales o liberarle de algunas responsabilidades". Cambios que podrán ser comunicados al Ayuntamiento pero que "no [le] darán derecho" ni a resolver el contrato si está en desacuerdo ni "a reclamar indemnización de daños y perjuicios, a pesar de tener que soportar en exclusiva los costes".

Por otra parte, los acuerdos planteados por la FIFA y que el Ayuntamiento va a firmar le atribuyen al consistorio "obligaciones adicionales" que van más allá de la organización de los partidos, como la colaboración con la celebración del Centenario en Sudamérica, y otras "muchas" tareas de "índole administrativa u organizativa" como la coordinación con otras autoridades, colaboradores del evento, la Federación de Fútbol o las autoridades del estadio -en este caso, supuestamente, el Nou Mestalla-.

Derechos limitados y exención fiscal

Y a cambio, asegura el dictamen jurídico, los derechos del Ayuntamiento "no son absolutos" sino que están "limitados por el control reservado de la FIFA". Por ejemplo, en cuanto a los eventos que puede organizar la ciudad, que deberán ser aprobados por el organismo deportivo. También la FIFA fijará las condiciones de producción de cartelería y controlará "cualquier contenido" sobre la ciudad en su web "e incluso en la página web de la propia ciudad".

Y en materia económica, el dictamen destaca que el Ayuntamiento "no podrá imponer las tasas, impuestos o gravámenes derivados de la competición" o la ejecución de los contratos ni a la FIFA ni a entidades de apoyo o las federaciones de fútbol. Y "en caso de imponerse, correrán a cargo del Ayuntamiento de Valencia y pueden dar lugar a indemnización si a consecuencia de la imposición alguna de estas entidades incurriera en responsabilidad civil".

Falta el Valencia CF

El Ayuntamiento ha autorizado la adhesión de la ciudad a la candidatura española y el Consell lo hizo el pasado miércoles. Sin embargo, falta la rúbrica del Valencia CF, que anunció esta semana que no se adherirá a los contratos con la FIFA. La documentación se debía presentar este viernes, como se había instado desde la RFEF, pero el club rechazó hacerlo por la "inseguridad jurídica" en torno al Nou Mestalla.

El club presentó al Ayuntamiento de València un último proyecto para el nuevo coliseo que contempla un aforo inicial de 66.005 mil espectadores que podría llegar hasta 70.016, una mejor cubierta y una reducción general de su presupuesto al haber menos fachada y menos plazas de aparcamiento. Todo ello valorado en 119 millones de euros, a los que habría que sumar el beneficio de la constructora y sus gastos así como los impuestos.

Sin embargo, la decisión municipal de encargar una auditoría externa sobre el proyecto hizo que el club anunciara que se 'descolgara' de la firma, en un movimiento que se ha interpretado como un "chantaje" a la ciudad para que las autoridades políticas accedan a firmar un convenio urbanístico que beneficie a Peter Lim si no quieren que se esfume la opción de acoger el Mundial de 2030.