VALÈNCIA. Más frecuencias de transporte público y autobuses lanzaderas que conectarán con parkings disuasorios son algunas de las propuestas que prevé poner en marcha el Ayuntamiento de València para hacer frente a la alta demanda y desplazamientos que generará el nuevo pabellón Arena durante la celebración de eventos. Un nuevo espacio en la ciudad, cuya previsión es que esté listo en 2022, y que aspira a convertirse en un motor de eventos deportivos y culturales en el cap i casal.
Promovido por la sociedad Licampa 1617, del empresario Juan Roig, el proyecto cuenta con un presupuesto de 220 millones de euros e incluye, además del pabellón, una sala multiusos anexa de 1.200 metros cuadrados, un aparcamiento de 1.300 plazas, infraestructuras complementarias como un parque público con zonas verdes, así como zonas de restauración, terrazas y zonas VIP. Ubicado en las calles Ángel Villena, Bomber Ramon Duart y Antonio Ferrandis de València, se levantará sobre una parcela de 21.500 metros cuadrados y contará con una superficie total construida de, aproximadamente, 47.000 metros cuadrados.
Un recinto que contempla un aforo de hasta un máximo de 15.600 espectadores durante la celebración de partidos de baloncesto y de 18.600 en conciertos, dos tipos de eventos que moverán un volumen importante de desplazamientos y de personas y para los que el consistorio valenciano ya ha previsto un Plan de Movilidad. El objetivo ha sido establecer un diagnóstico y un balance entre la oferta de transporte y la demanda esperada, con el fin de cumplir y estar en consonancia con los objetivos y requerimientos que establece la Ley de Movilidad de la Comunitat Valenciana.
En el documento, redactado por el consistorio valenciano, se estudia el volumen de viajes en todos los modos -transporte público, automóvil, bicicleta-, así como los accesos peatonales que generará el pabellón deportivo cuando se celebren los espectáculos más importantes. Pero, además, propone una serie de actuaciones para canalizar adecuadamente todos los desplazamientos, de forma que sean cómodos y generen las mínimas molestias.
Para encontrar el equilibrio perfecto, el documento apunta a la mejora de las frecuencias en la futura línea 10 de Metrovalencia, que ya estará finalizada; el incremento de dos líneas nocturnas de la EMT para atender la demanda generada tras la finalización de los eventos y buses lanzadera que conecten el pabellón con los principales aparcamientos disuasorios de la ciudad de València. Todo ello, para garantizar que, al menos, se atiende al 50% de la necesidad de transporte asociada al nuevo emplazamiento.
En concreto, se plantean dos escenarios: los partidos de baloncesto y los conciertos que vaya albergar el recinto, una diferencia por el aforo previsto en cada uno de los eventos. Y es que mientras que para ver al Valencia Basket prevé una necesidad de transporte público para 7.775 personas, en el caso de un evento cultural fija la cobertura para 9.250 personas.
No obstante, en ambos casos el Plan de Movilidad propone modificar la frecuencia de las líneas N7 y N9 de la EMT a 20 minutos tras la finalización del evento tanto en sábado como en día laboral. La línea N7 conectará, además, el pabellón con el aparcamiento disuasorio València Font de Sant Lluís y con el centro de la ciudad, punto de conexión con la mayoría de los servicios nocturnos de la EMT, mientras que la línea N9 reforzará la conexión con los distritos de Algirós, Camins al Grau y Poblats Marítims, todos ellos con un alto número de abonados al baloncesto.
Asimismo, plantea la necesidad de fomentar todavía más el uso de los aparcamientos disuasorios previstos en la ciudad de València a través de dos líneas lanzadera (L): la L1 Cementerio General – Faitanar que conectará el pabellón y la estación de Metrovalencia de Faitanar, con una parada previa en el cementerio general; y la L2 Universidades que conectará el pabellón con el aparcamiento de las universidades, con una parada previa en el cementerio del Cabañal para aprovechar al máximo la capacidad de aparcamiento de la zona.
Adicionalmente, también se propone la conexión del pabellón con la estación del AVE Joaquín Sorolla y la estación de autobuses para unir el recinto con la red interurbana de transporte en ferrocarril y bus, dando también servicio a dos zonas de la ciudad con un gran número de abonados.
Por otro lado, el entorno más próximo al acceso al pabellón, dentro de la parcela, se reurbanizará manteniendo las anchuras actuales, incluso ampliándolas hasta las fachadas del nuevo pabellón. Además de crear un gran paso de peatones en la calle Ángel Villena, entre la zona ajardinada anexa y Valencia Arena, este tramo en días de partido o evento de grandes dimensiones tendrá el acceso restringido a vehículos, aumentando la seguridad de la zona.
Asimismo, el plan propone que en los alrededores del pabellón se dispondrá de aparcamientos para bicicletas en las zonas más próximas a los accesos para favorecer su uso y seguridad de los usuarios de estos modos de transporte. El número de plazas previsto a implantar dentro de los aparcamientos es de 740 superando ampliamente el requerimiento que marca la ley. En una primera fase se instalarán adicionalmente en superficie en distintos puntos de la parcela parking para 50 bicicletas en aparcamientos fijos. No obstante, en caso de ser mayor la demanda, se instalarán otras 50 plazas en aparcamientos móviles que se desplegarán los días de partido o eventos especiales en función de la demanda estimada.
Un plan que, tras la información pública expuesta entre el día 20 de diciembre de 2019 y el 24 de enero de 2020, ya ha sido aprobado por la Directora General de Obras Públicas, Roser Obrer, un tramite indispensable para que que el pabellón sea una realidad. Y es que la Ley de Movilidad establece este paso como previo al otorgamiento de la licencia o aprobación del proyecto, según publicaba este martes el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).