VALÈNCIA. Las plazas públicas de aparcamiento para no residentes disminuyen en la ciudad de València al tiempo que se incrementan las plazas disuasorias, pero el servicio de metro y tranvía, lejos de mejorar, empeora. Y eso sí, el impulso de la bicicleta se confirma. Son conclusiones del último informe de la Sindicatura de Comptes sobre movilidad metropolitana.
Según el documento, entre 2015 y 2019 una persona del área metropolitana de València habría visto dificultado el acceso directo a zonas céntricas de la ciudad al haberse intentado disuadir el acceso con vehículo privado y no haber mejorado, al mismo tiempo, el servicio de transporte público.
El organismo de fiscalización explica respecto a la capital del Túria que en el mencionado período "el número de plazas de aparcamiento ha disminuido", una "señal" de la "apuesta por buscar alternativas al vehículo privado" por parte del Ayuntamiento de València desde que alcanzara el gobierno municipal la coalición de izquierdas en 2015.
Así, según los indicadores que recoge la Sindicatura a partir de datos del Ayuntamiento, el apartado de número de plazas de aparcamiento público para no residentes -la zona azul y la zona naranja- muestra que se redujo de las 5.780 plazas a las 5.361. Si bien es cierto que han incrementado de manera significativa el número de plazas disuasorias a las afueras de la urbe para "favorecer la intermodalidad", de 1.672 a 3.530.
Pero estas acciones no parecieron haber ido acompañadas de una política contundente y efectiva, al menos que dieran resultados en aquel período en esa búsqueda de alternativas al coche y de favorecer la intermodalidad. Sin ir más lejos, si se atienden a las cifras sobre el servicio del metro y el tranvía, que gestiona Metrovalencia, dependiente de la Generalitat Valenciana, más que favorecer la alternativa al vehículo privado, se dificultó al haber empeorado casi todos los indicadores en aquellos cuatro años
Por ejemplo, "el número de unidades de metro y de tranvía se ha reducido de 124 a 106" y "la velocidad media del tranvía no ha cambiado pero la del metro ha disminuido de 38 a 33 km/h". Pero no sólo eso, sino que la Sindicatura de Comptes constata un batacazo en el indicador quizá más importante para los usuarios: el tiempo de espera se duplicó en Metrovalencia. Así, el organismo es contundente al indicar que "los tiempos medios de paso han aumentado tanto en el tranvía (de 10 a 20 minutos) como en el metro (de 7 a 15 minutos)".
Este descenso de la calidad del servicio de metro no se compensó entre 2015 y 2019, sin embargo, con una mejora sustancial del autobús urbano de la ciudad, la EMT, que depende del Ayuntamiento: el tiempo de paso medio no varió de los 9 minutos, pero los autobuses sí fueron un 18,5% más llenos. A la postre, en los cuatros años la flota total apenas aumentó en un vehículo -de 486 a 487-, si bien se incrementó de manera notable el peso de los vehículos híbridos entre los de baja contaminación, pasando de dos a 165, en detrimento de los de gas.
Hay que destacar, en descargo de la empresa municipal, que en 2019 adjudicó un contrato para la compra de 169 autobuses híbridos que han ido llegando de manera paulatina para suplir a otros vehículos antiguos e intentar aumentar la flota de vehículos, hechos que se han producido después del período analizado por la Sindicatura.
También la Sindicatura analiza la movilidad en bicicleta, una de las clases de transporte que el consistorio, y en concreto el área de Movilidad Sostenible que dirige Giuseppe Grezzi, más se ha esforzado en impulsar con la ampliación de la red de carriles bici, que en 2020 llegó a una longitud total de 164 kilómetros de carriles segregados (casi un 20% más que en 2015) y a 32 de ciclocalles (+6,7%). También se incrementaron muy considerablemente los soportes públicos de 11.800 a 17.000 aproximadamente.
Así pues, las políticas municipales sí parece que hayan surtido efecto, pues los usuarios de la red de carriles bici ha experimentado un crecimiento notable, tal como reflejan los datos recabados en diferentes arterias principales de la ciudad. Mientras que en Blasco Ibáñez se vivió en entre 2015 y 2020 una subida de 1.300 a 1.500 bicicletas diarias aproximadamente; en otras vías la subida fue mucho más acusada. Por ejemplo, en Guillem de Castro, que entre 2017 y 2020 aumentaron las bicicletas diarias un 72% -de 2.000 a 3.500-; en la calle Xàtiva, un 76% -de 2.600 a 4.600-; y en la calle Colón, un 38% -de 2.600 a 3.600-.
En cuanto a la flota de coches de la ciudad, la Sindicatura registró un pequeño descenso del 0,7% -de 351.00 a 348.000 aproximadamente-, pese a los datos que recoge el consistorio anualmente, donde se muestra un claro ascenso todos los años en los vehículos privados registrados en la ciudad. En el área metropolitana, por su parte, se aumentó de 916.000 vehículos a 939.000 (+2,4%). Destaca, eso sí, el aumento de los puntos de carga eléctrica en València, que pasó de cero a 14.