Hace ya tiempo que el furor por los superalimentos dejó de ser cosa de neuróticas californianas. Esta tendencia empezó a popularizarse en España con las bayas de Goji del Himalaya para extenderse después a un sinfín de productos exóticos con insólitas propiedades nutricionales. La quinoa, las setas reishi, el té matcha y el kale (que no deja de ser una berza) han entrado en nuestras vidas como una gran promesa de belleza y longevidad. Lo próximo será el agua alcalina, pero cada cosa a su tiempo…
Uno de estos “nuevos” alimentos milagrosos es el açaí, una sabrosa baya originaria del norte de Sudamérica a la que se atribuyen potentes propiedades anticancerígenas, adelgazantes y antioxidantes. Es especialmente recomendable para los problemas digestivos y cutáneos, así como para bajar el colesterol. También para los deportistas, porque resulta que el açaí te pone las pilas más que el café (doy fe). Este fruto formó parte esencial durante siglos de la dieta de los indígenas del Amazonas, lo que explica la proliferación de las bebidas, refrescos y licores de açaí en Brasil.
En la tierra natal de Gisele Bündchen los “açaí bar” se ven por todas partes. En Valencia, por el momento, ya tenemos el primero. Se llama Almalibre y es un pequeño local del barrio del Carmen de Valencia que en apenas unos meses ha logrado situarse en la cima de varios conocidos rankings de consumidores (ocupa el lugar número 2 entre los más de 2.000 referencias de Valencia en Tripadvisor).