VALÈNCIA. El impacto del estallido de la crisis sanitaria en 2020 tuvo especial impacto tanto en los ingresos como en los gastos de los ayuntamientos. Pero en algunos más que en otros, claro está. De hecho, mientras en todos los grandes consistorios los ingresos por impuestos se desplomaron ese año, sólo el Ayuntamiento de València y el Ayuntamiento de Barcelona vieron entrar en sus arcas municipales más dinero por los tributos locales.
Es una de las conclusiones que se extraen del último informe elaborado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), publicado el pasado mes de noviembre, para evaluar las líneas fundamentales de los presupuestos en los principales ayuntamientos para este año 2022, y donde también se recoge un histórico sobre los últimos ejercicios en cuanto a diversos indicadores. Uno de ellos, la recaudación impositiva de cada municipio.
Así pues, de los 16 ayuntamientos recogidos en los gráficos de la AIReF, la gran mayoría vieron aparecer en sus cuentas un agujero fiscal importante. Consistorios como el de Madrid, Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria o la Palma, registraron caídas superiores al 10% de la recaudación por impuestos respecto a 2019. Otros como el de Gijón, Zaragoza, Córdoba, o L'Hospitalet también dejaron de ingresar más de un 5% ese ejercicio; y en varios casos, como el de Murcia, Alicante o Vigo, la contracción fue mucho más moderada, por debajo de ese 5%.
Sólo dos consiguieron no sólo mantener los ingresos por impuestos ese año, sino que recaudaron más que en 2019: el de València y el de Barcelona. Si bien, ciertamente, se trata de subidas muy contenidas -menos del 1% en el Cap i Casal y sobre el 1,5% en la ciudad condal-, son excepciones reseñables en un contexto de shock económico por las restricciones sanitarias así como de confinamiento férreo durante los primeros meses de la pandemia, durante la primavera de aquel año.
Cabe recordar que el consistorio aprobó a finales de 2019 -antes de la pandemia- una subida de impuestos aplicada precisamente durante el año 2020. La subida afectó al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), la tasa de alcantarillado inserta en la factura del agua, la tasa de terrazas, y el impuesto de circulación para grandes cilindradas.
Con motivo de la crisis pandémica, el gobierno municipal rechazó desarticular esta subida de los gravámenes municipales si bien eximió del pago de la tasa de terrazas, permitió aplazar facturas de agua, y en algunos casos, redujo la tasa de basuras. Unos apaños que, acompañados del parón de la actividad económica, y a la vista está, no hicieron menguar la recaudación anual, que creció ligeramente en torno al 0,5%.
En 2021, los datos de la AIReF son sólo previsiones -el informe se publicó antes de acabar el ejercicio-, pero auguran que buena parte de las corporaciones habrán visto incrementar el pasado año la recaudación respecto a 2020, con rebotes señalados en Madrid o Las Palmas, rondando el 10% de subida, y con otros más moderados como el de Sevilla o L'Hospitalet, por encima del 5%.
Barcelona, al incremento experimentado en 2020, habría añadido el año recién acabado otro 9%. Y València y Málaga serían las únicas que, según las proyecciones, habrían recaudado menos en 2021. La capital valenciana habría perdido casi un 5% de sus ingresos fiscales respecto al 'año del coronavirus' pese a no haber tocado los tipos impositivos.
Otra de las cosas en las que se fija la AIReF es el gasto de las corporaciones locales. Así, indica que desde 2019, los grandes ayuntamientos y diputaciones han incrementado casi un 20% el gasto computable. Concretamente las estimaciones del año 2021 son las que han desbocado el gasto en el conjunto de grandes corporaciones.
Así pues, la Diputación de Sevilla prevé haber disparado el gasto un 213%, y los ayuntamientos de Alicante, Córdoba, Vigo y la Diputación de Gipuzkoa, entre el 15% y el 25%. El resto de corporaciones se encuentran entre el 5% y el 15%, horquilla en la que estaría València, rozando el 10% en el incremento del gasto en 2021.
En términos generales, la AIReF señala que "el efecto del gasto adicional derivado de la COVID-19 no es significativo". Sí que ha influido en este aumento del gasto el desbloqueo de los ahorros municipales aprobado por el Gobierno, que ha permitido a los ejecutivos locales disponer de un dinero que tenían en el banco de años anteriores. "Si se depura este efecto -de los ahorros locales- el crecimiento del gasto sería de la mitad", asegura el informe.
La tendencia en los últimos años, con la reducción de los ingresos y el aumento de los gastos, es a minorar progresivamente los superávits municipales año a año. Así, la AIReF alerta de que desde 2018, el superávit de los grandes ayuntamientos "se ha reducido más de un 80%". Paradigmático es el caso de Madrid: en 2018 tenía un superávit de más de 1.000 millones, y para 2022 se prevé que apenas supere los 100 millones.
Otros ayuntamientos como los de Bilbao o Valladolid han pasado de tener superávit a entrar en déficit. El caso de València también es notable en la caída -de 133 millones en 2018 a los 23 que se prevén este año- pero mantiene la cifra positiva. En Alicante, los 44 millones de superávit de 2018 se han convertido en 0 para 2022; y en la Diputación de Valencia se ha pasado de 49 a 11.