VALÈNCIA. La presión del turismo sobre el mercado inmobiliario de Canet d’en Berenguer ha llevado al consistorio a tomar una decisión drástica: la suspensión de la concesión de licencias turísticas y los cambios de uso de viviendas para alquiler vacacional. La moratoria, aprobada en el Pleno municipal del pasado 5 de diciembre, busca frenar el "desmadre" del sector, evitar la proliferación de alojamientos de baja calidad y estudiar un nuevo modelo urbanístico que garantice un crecimiento sostenible en el municipio.
En ese sentido, el alcalde, Pere Antoni, defiende la medida como un mecanismo de protección tanto para los residentes como para los turistas. "No podemos permitir que se alquilen zulos como si fueran apartamentos turísticos, ni que la especulación se apodere del municipio. Nuestra prioridad es garantizar una oferta de calidad", señala en declaraciones a Valencia Plaza.
Esta suspensión tendrá una duración estimada de un mes, aunque, según Antoni, la intención del Ayuntamiento de Canet es no levantar la medida hasta que exista una normativa clara que impida la explotación descontrolada del parque inmobiliario. Por otra parte, el alcalde matiza que el crecimiento de población no se ha producido de golpe en un solo año, sino que ha sido un proceso progresivo, acentuado desde la pandemia por Covid-19.

- El alcalde de Canet, Pere Antoni, durante la presentación del Residencial Gran Canet, en una imagen de archivo. - Foto: KIKE TABERNER
Según explica Antoni, muchos de los nuevos empadronamientos corresponden a residentes que ya vivían en Canet pero que no estaban inscritos en el padrón. "Aquí ha vivido siempre mucha más gente de la que reflejan los datos oficiales. Ahora, por diversos factores como el acceso a servicios médicos, han decidido empadronarse", concreta.
A este fenómeno, se suma la fuerte demanda de vivienda provocada por la gigafactoría Volkswagen en Sagunt, lo que ha dispardo los precios del mercado. "El problema es que la oferta es escasa y la demanda cada vez mayor. Si no actuamos, Canet corre el riesgo de convertirse en un lugar donde solo puedan permitirse vivir quienes tengan un alto poder adquisitivo", advierte Antoni.
Viviendas "camufladas"
Uno de los principales motivos detrás de la suspensión de licencias turísticas es el intento de frenar un fenómeno que el alcalde de Canet describe como un "fraude encubierto en la conversión de inmuebles". En otras palabras, muchas viviendas están siendo adquiridas bajo la apariencia de residenciales, pero, en la práctica, funcionan como apartamentos turísticos sin cumplir la normativa específica.
"Nos encontramos con edificios enteros que se han vendido como viviendas, pero en realidad están operando como apartamentos turísticos. Los compradores creen que han adquirido una residencia y luego descubren que tienen que cumplir con una normativa distinta. Esto genera problemas tanto para los propietarios como para el Ayuntamiento, que debe gestionar una situación irregular", señala Antoni.
La clave de este fraude radica en el uso del suelo y la normativa urbanística. Según el alcalde de Canet, algunos promotores explotan vacíos legales para transformar espacios comerciales o terciarios en alojamientos turísticos sin las condiciones adecuadas. "Se están habilitando locales sin ventilación o garajes como viviendas, que no cumplen los estándares mínimos", añade.

- Playa de Canet d'en Berenguer
Hacia un turismo sostenible y regulado
Lejos de tratarse de una medida para frenar el turismo, la suspensión de licencias busca garantizar que Canet continúe siendo un destino atractivo sin caer en los errores de otros municipios saturados. "El objetivo es que, quien venga a Canet, tenga una experiencia de calidad y que no acabe en una vivienda sin luz natural o sin ventilación porque alguien ha decidido convertir su garaje en un apartamento", sentencia Antoni.
Durante este periodo, el consistorio evaluará cambios en la normativa urbanística para encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la protección del acceso a la vivienda. Por el momento, la moratoria afectará a todas las nuevas licencias excepto a los hoteles, que operarán con normalidad. Mientras tanto, Canet d’en Berenguer sigue debatiendo su futuro entre el éxito turístico y la necesidad de preservar tanto la identidad local como la calidad de vida para sus residentes.