VALÈNCIA. El alcantarillado es el "talón de Aquiles" de la reconstrucción. La Dana del 29 de octubre dañó colectores, colapsó estaciones de bombeo y anegó kilómetros de red subterránea en municipios de l'Horta Sud, la Ribera y el interior valenciano. Un año después, muchas de esas canalizaciones siguen pendientes de una reconstrucción integral y los sistemas, aunque están operativos, funcionan con un nivel de estrés que delata la magnitud de la afección.
En estas zonas, los últimos episodios de lluvias han puesto a prueba unos sistemas de drenaje que aún no han recuperado su capacidad total. "El 90% del alcantarillado en Benetússer está afectado", reconocía la alcaldesa, Eva Sanz, en una entrevista reciente con este diario y subrayaba que la renovación de la red era la parte más costosa de los trabajos. Su diagnóstico resume el sentir de buena parte de los municipios de la 'zona cero': cada chaparrón devuelve a la superficie el recuerdo de aquella catástrofe.
Aunque en los últimos meses se han ejecutado obras de emergencia, la reparación integral exige una planificación más profunda. Para hacer frente a esa situación, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) aprobó este jueves una inyección de 437,86 millones de euros en subvenciones directas a ayuntamientos y empresas del ciclo del agua. La resolución, firmada por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y a la que ha tenido acceso Valencia Plaza, detalla las actuaciones de reparación y adecuación del abastecimiento, saneamiento y depuración dañados por la Dana, al mismo tiempo que marca un plazo de 48 meses para su ejecución.

- Limpieza del alcantarillado en Aldaia, afectado por la Dana. - Foto: KIKE TABERNER
La envergadura de los proyectos, que en muchos casos implica literalmente "levantar" calles enteras, obliga a una programación por fases: primero la recuperación del servicio, después la reconstrucción de los daños estructurales y finalmente la modernización de los sistemas eléctricos, digitales y de control. Las ayudas se enmarcan en el Plan de Respuesta Inmediata, Reconstrucción y Relanzamiento aprobado por el Gobierno central tras la riada.
Además, representan la mayor inversión estatal en infraestructuras hidráulicas de la Comunitat Valenciana en décadas. Entre los municipios beneficiarios, destacan Catarroja, Alzira, Utiel, Carlet, Massanassa o Sedaví, a los que también se suman las infraestructuras supramunicipales gestionadas por la Epsar y empresas como Aguas de Valencia (Global Omnium) o Aqualia.
Catarroja, epicentro de la inversión
Catarroja destaca por el volumen de recursos económicos asignados. El municipio, uno de los puntos más afectados por la Dana en l'Horta Sud, concentra la inversión más elevada de la resolución. Su red de saneamiento, que ya arrastraba deficiencias antes de la tormenta, colapsó en varios tramos del casco urbano. El documento oficial señala la reconstrucción completa del sistema de alcantarillado y la adecuación de las estaciones de bombeo y depuración, con un presupuesto que supera con creces el del resto de municipios: en total, recibe 71 millones de euros.
A la reparación de la red, se suman actuaciones complementarias en el abastecimiento de agua potable y en la instalación de sistemas de telecontrol y sensorización, con el objetivo de dotar al municipio de un modelo hidráulico más resiliente frente a futuras lluvias torrenciales. La intervención, coordinada por Egevasa, incluye la reposición de válvulas, cuadros eléctricos y conducciones dañadas en la avenida Rambleta y el entorno del Puerto de Catarroja.
Un mapa de obras
Después de Catarroja, el municipio que más fondos recibe del Miteco es Paiporta, con 52 millones de euros. En esta zona, las obras se centrarán en la mejora del alcantarillado en la parte baja del casco urbano, donde los retornos de aguas fecales fueron frecuentes tras la Dana. Le sigue Utiel, con 33 millones de euros, donde la Dana rompió colectores que cruzaban cauces naturales, lo que dejó sin servicio a barrios enteros. El plan financiará su reposición mediante conducciones soterradas, además de la rehabilitación de los depósitos y estaciones de bombeo que abastecen la zona.
También Algemesí, en la Ribera Alta, percibe una buena asignación económica del Gobierno central. En conjunto, tendrá 28 millones de euros para actuar sobre los colectores que atraviesan zonas urbanas con mayor riesgo de inundación. El plan también alcanza a otras localidades como Alzira (2 millones de euros); Carlet (3 millones de euros) o Polinyà del Xúquer (450.977 euros), donde la riada anegó estaciones de bombeo y depuradoras municipales.

- Trabajos de limpieza del alcantarillado afectado por la Dana en Benetússer. -
- Foto: AYUNTAMIENTO DE BENETÚSSER
Otros municipios beneficiarios son Massanassa, que recibe 10 millones de euros y Sedaví, que contará con 6 millones de euros. Se trata de zonas que afrontan proyectos similares, con obras de reconstrucción en redes de abastecimiento y puntos críticos de inundación. Hacia el interior, la inversión se reparte en municipios de la comarca de la Hoya de Buñol, como Buñol, Chiva o Godelleta, y la Plana de Utiel-Requena, entre las que figuran Requena, Camporrobles o Sinarcas.
Por su parte, la Entitat Pública de Sanejament d'Aigües Residuals (Epsar) actuará como agente clave en varias infraestructuras supramunicipales. Entre ellas, la depuradora metropolitana de Pinedo, que presta servicio a València y su área sur, así como las líneas de impulsión y colectores comarcales que conectan los municipios de l'Horta y la Ribera. Estas intervenciones, de carácter estratégico, absorberán buena parte de los fondos imputados a la aplicación presupuestaria del Estado.
Infraestructuras supramunicipales y empresas del agua
La resolución del Miteco distingue dos tipos de beneficiarios: las entidades locales y las personas jurídicas con ánimo de lucro que gestionan el ciclo del agua bajo concesión administrativa. Entre estas últimas figuran empresas como Aguas de Valencia (Global Omnium), Aqualia, Hidraqua o la Empresa Mixta Metropolitana de Aguas. Sus proyectos, distribuidos por toda la Comunitat, incluyen la reparación de redes urbanas, estaciones de tratamiento y conducciones en alta.
La financiación cubre hasta el 100% del coste de las actuaciones, incluyendo gastos técnicos, maquinaria, materiales, energía e incluso costes indirectos -hasta un 4%- derivados de la gestión. El IVA también será subvencionable, siempre que no sea deducible. El pago se realizará por anticipado, sin necesidad de aval ni garantía, y las entidades deberán justificar anualmente el avance de las obras ante la Secretaría de Estado de Medio Ambiente.
El Gobierno prevé un sistema de control estricto: cada beneficiario deberá presentar un informe anual con indicadores de impacto (kilómetros de red reparada, metros cúbicos de agua suministrada, etc.) y una auditoría de cuentas que certifique los gastos. El incumplimiento total o parcial de los objetivos podrá suponer la devolución proporcional de las ayudas.
Una reconstrucción a largo plazo
La magnitud del proyecto evidencia la dimensión del desastre. El propio texto de la resolución recuerda que la Dana del 29 de octubre fue "la peor del siglo", con precipitaciones históricas y un despliegue de emergencia que movilizó a miles de efectivos. Los 437,8 millones aprobados pretenden transformar el modelo hidráulico hacia un sistema más resistente.
De hecho, el Miteco justifica la ayuda no solo como una medida de reparación, sino como parte de un objetivo estratégico: alcanzar el buen estado de las masas de agua, garantizar la seguridad hídrica y promover un uso sostenible de los recursos frente al cambio climático.

- Alcantarillado afectado por la Dana. - Foto: AYUNTAMIENTO DE VALÈNCIA
En muchos municipios, las redes de alcantarillado datan de los años sesenta o setenta, construidas para otro régimen de lluvias. Las nuevas actuaciones, que incluyen digitalización, telecontrol y sensorización de caudales, suponen un salto tecnológico que permitirá detectar fugas, anticipar inundaciones y gestionar en tiempo real el sistema.
Cabe recordar que el Real Decreto-ley que ampara estas subvenciones no se limita a la reconstrucción. Su tercera fase, prevista para los próximos años, apunta a la transformación de la infraestructura hidráulica en clave climática. Eso implica combinar el saneamiento con medidas de drenaje urbano sostenible, la reutilización de aguas regeneradas y la restauración de cauces naturales. La lección que deja la Dana es clara: no basta con reparar, hay que prepararse.