VALÈNCIA. Almussafes se ha convertido en un problema político para el PSPV-PSOE tras la denuncia contra su alcalde, Toni González, por un supuesto caso de acoso laboral y sexual, que motivó su suspensión de militancia. El caso amenaza con reproducir un escenario ya conocido por los socialistas valencianos: la pérdida de un bastión municipal no en las urnas, sino a través de una fractura interna que podría derivar en un traspaso de militantes a Ens Uneix. 

El alcalde de Almussafes abandonó, a petición del PSPV, sus cargos orgánicos, incluida su responsabilidad en la ejecutiva autonómica. Aún así, optó por seguir al frente del Ayuntamiento como alcalde no adscrito. Esa decisión sitúa al partido ante un escenario complejo: González gobierna Almussafes desde hace tres legislaturas con mayoría absoluta y conserva, al menos por ahora, el respaldo de los ocho concejales que integran el grupo socialista.

El PSPV puede apartarlo orgánicamente, pero no puede forzar su salida institucional sin provocar una fractura interna. Es más, los concejales ya han trasladado que seguirán respaldando al alcalde y que, en caso de sanciones, optarían por abandonar el partido y pasar al grupo de no adscritos. Una salida en bloque que supondría la pérdida inmediata del Ayuntamiento para el PSPV. La alternativa —forzar un relevo en la alcaldía con otro edil socialista— no parece, a día de hoy, viable sin romper definitivamente al grupo.

El precedente de Ontinyent

El desarrollo del caso recuerda, en muchos aspectos, a lo ocurrido en Ontinyent con Jorge Rodríguez. Entonces, el PSPV optó por apartar a un dirigente investigado judicialmente que mantenía un fuerte respaldo local. La ruptura derivó en la creación de Ens Uneix y en la pérdida de la alcaldía. Rodríguez fue finalmente absuelto, pero nunca regresó al partido, con el que mantiene una relación claramente deteriorada.

En este contexto se entienden los contactos entre el entorno de Toni González y Ens Uneix. Si el equipo de gobierno de Almussafes acabara integrándose en ese espacio, el impacto sería relevante. No solo por la pérdida de una alcaldía histórica para el PSPV, sino porque Almussafes aporta un diputado provincial decisivo en la Diputación de Valencia. El efecto sería tanto institucional como estratégico para ambas formaciones.

Y Almussafes no es un caso aislado. Existen otros conflictos internos en el PSPV que podrían derivar en fugas hacia Ens Uneix. Tal y como contó Valencia Plaza, la alcaldesa socialista de Quart de Poblet, Cristina Mora, se enfrenta previsiblemente a unas primarias locales para optar a la candidatura a la alcaldía en 2027 sin el respaldo mayoritario de la militancia. En este contexto, diversas fuentes socialistas han apuntado a la posibilidad de que, si Mora perdiera esas primarias y con ello su posición como número uno del PSPV local, podría optar por abandonar el partido y sumarse a Ens Uneix y a la Unión Municipalista con un proyecto político propio. Lo que haría reproducir de nuevo el caso Ontinyent.