VALÈNCIA. Un año después de la Dana que golpeó Torrent, el Ayuntamiento ha iniciado los derribos de las viviendas declaradas en “ruina inminente” tras la catástrofe. Los primeros trabajos se centran en los números 1, 3, 5 y 7 de la calle Maestro Fortea y en el número 2 de la carretera Mas del Jutge, en el barrio del Xenillet, una de las zonas más afectadas por la riada, situada en la confluencia de los barrancos de l’Horteta y del Poyo.

El consistorio adopta la medida por motivos de seguridad pública ante el riesgo de colapso estructural de los edificios. Ya en noviembre del año pasado —apenas un mes después de la catástrofe—, el Ayuntamiento ordenó el desalojo y el cierre de los edificios tras los informes técnicos que advertían de la erosión en la cimentación y en los muros de contención.

La operación es compleja por el número de viviendas que albergan los inmuebles, por lo que las tareas preliminares son fundamentales para minimizar riesgos. La Unidad Aérea de la Policía Local ha sobrevolado la zona con drones equipados con cámaras térmicas para comprobar que no hubiera nadie en el interior. Durante la mañana, los dispositivos emitieron avisos de seguridad en castellano y en otros idiomas, como árabe, para garantizar que todos los vecinos y transeúntes fueran informados.

Vecinos aún sin alternativa estable

Los vecinos desalojados se encuentran actualmente en diferentes situaciones: algunos viven en viviendas de alquiler costeadas por la Generalitat o EVha; otros han sido acogidos por familiares o se alojan temporalmente en pisos facilitados por entidades como Casa Caridad. Desde el consistorio aseguran que se mantiene “un seguimiento constante para garantizar la protección y el bienestar de las familias afectadas”.

La alcaldesa, Amparo Folgado, recordaba recientemente a Valencia Plaza que el Ayuntamiento “trabaja caso a caso para ofrecer una solución habitacional” a las personas afectadas. Subraya que se trata de un proceso “muy complejo”, dado que el Xenillet “tiene sus propias características”, con una población con menos recursos y mayores necesidades. En este sentido, el consistorio continúa negociando con la Generalitat y la Sareb para ampliar las opciones de realojo.

Una demolición de más de medio millón de euros

El presupuesto total de los trabajos asciende a 526.024 euros, incluyendo la demolición, la gestión de residuos y la dirección y coordinación de obra. Las actuaciones se ejecutarán de forma escalonada y en coordinación con las obras hidráulicas que se desarrollan en el entorno.

Paso previo a las obras de los barrancos

El derribo de estos edificios permitirá avanzar en las obras de mejora de los barrancos del Poyo y l’Horteta, donde confluyen. El objetivo es estabilizar el talud y reconstruir el colector norte de aguas residuales, destruido por la riada, que canaliza las aguas industriales del polígono Mas del Jutge hasta la EDAR de Torrent.

Según los informes técnicos, la presencia de los edificios impedía ejecutar los trabajos con seguridad bajo su cimentación, por lo que el derribo era condición indispensable para continuar con la reconstrucción del talud y las infraestructuras hidráulicas afectadas.

45 viviendas derribadas en verano

Durante el verano, el Ayuntamiento ya demolió 45 viviendas afectadas por la DANA, priorizando aquellas que suponían un mayor riesgo para la seguridad pública.
Entonces, los vecinos de las calles Albacete y Murcia denunciaron la falta de información sobre los plazos, las compensaciones y los realojos. Desde el consistorio se explicó que los retrasos se debían a la negativa del Gobierno central a autorizar el uso de fondos estatales —destinados a infraestructuras públicas— para indemnizar viviendas privadas.