VALÈNCIA. Acoger una macrocausa como la de la Dana, con pocos precedentes en la historia reciente española, es todo un reto para unos juzgados pequeños como los de Catarroja. Con casi 40 partes personadas en una investigación que indaga el fallecimiento de 229 personas, la atención mediática es máxima, especialmente en declaraciones de altos cargos y responsables políticos relacionados con la gestión de la Dana. Por eso, el juzgado que instruye el caso, el número 3 de Catarroja, ha solicitado más medios materiales.

En una diligencia de ordenación emitida este viernes, a la que ha tenido acceso este diario, la letrada de la administración de justicia ha reclamado a la Conselleria de Justicia "el mobiliario necesario para las próximas testificales señaladas, en previsión de la elevada asistencia". También reclama "cinco nuevos micrófonos" para la sala de vistas en las que se celebran las sesiones de la instrucción, que la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha devuelto a la Ciudad de la Justicia de Catarroja.

La sala de vistas que acoge las sesiones de esta instrucción es la más grande del complejo judicial pero aún así es muy limitado. Esta era una de las quejas vertidas por los abogados después de la primera sesión allí, que acogió la declaración testifical de uno de los bomberos que participó en el operativo de salvamento durante el día de la Dana. Con apenas una veintena de asientos, teniendo en cuenta el espacio para el público, hubo letrados que calificaron el espacio de "minúsculo" y señalaron la falta de medios como micrófonos y mesas para apoyar papeles, tabletas u ordenadores.

Todo ello pese a que esa sesió  no era de las más mediáticas. Pero este viernes tendrá lugar una testifical de gran relevancia para la causa, la del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, una de las figuras clave en la gestión de la catástrofe por parte del organismo de cuenca. De ahí que una de las acusaciones personadas, la Asociación de Damnificados de l'Horta Sud solicitara al juzgado más mobiliario para atender las necesidades de los letrados ante la testifical, que se espera multitudinaria. Ahora, el juzgado atiende esa petición y la traslada a la Dirección General de Justicia.

El juzgado de Instrucción 3 de Catarroja se había trasladado a la amplia y conectada Ciudad de la Justicia de Valencia por los destrozos que la catástrofe había provocado en la sede judicial del municipio de l'Horta Sud. Pero una vez reconstruida, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) acordó el retorno a su lugar original. La decisión, que desoía la petición de la Junta de Jueces de Catarroja favorable a mantener el juzgado en Valencia, sostenía que "no existían razones objetivas" que impidieran el regreso.

Así, se acabaron las facilidades que permitía el desarrollo de la instrucción desde una de las salas importantes del complejo valenciano, la Sala Tirant. No fueron pocos los abogados que veían en el cambio un importante estorbo, incluídas las defensas de ambos investigados -no hay que olvidar que, en muchos casos, los letrados acuden desde Madrid para seguir las sesiones, cuando no lo hacen de manera telemática-.