VALÈNCIA. El PP y Vox mantuvieron este viernes su primera reunión relacionada con el relevo de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat. Como ya ha venido informando este diario, los votos del partido de Santiago Abascal son necesarios en Les Corts para elegir a un nuevo jefe del Consell. La formación popular, que dirige Alberto Núñez Feijóo, ha evitado las elecciones por temor a que el resultado sea negativo, por lo que ha preferido iniciar la senda de un relevo en la cámara autonómica, algo que depende de los votos del partido ultraconservador. De aquellos polvos, estos lodos.
Así, pese a no haber existido convocatoria oficial, prueba del deseo de hermetismo en las conversaciones especialmente por parte del PP, un equipo negociador en el que se encontrarían el secretario general de Vox, Joan Garriga, y la vicesecretaria nacional Montserrat Lluis, estuvieron en València para un primer acercamiento presencial con el PPCV, que tendría en el control de las negociaciones al número dos del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, quien precisamente parece ser la apuesta de la formación popular para ser el próximo presidente de la Generalitat. En cualquier caso, según las fuentes oficiales, pocos avances se extrajeron de la reunión.
En un breve comunicado, Vox explicó que había trasladado a los populares "la necesidad" de que designaran candidato "para poder explorar con él su disposición a acordar las políticas que permitan continuar con la reconstrucción de Valencia y su defensa frente a las políticas destructivas de Pedro Sánchez", sin especificar cuáles.
Sobre esto, la formación que lidera Santiago Abascal lleva días insistiendo al PP en la importancia de que el recambio de Mazón rechace de forma explícita las políticas climáticas y las que, a su juicio, promueven la inmigración ilegal, además de sostener que lo importante en el marco de la negociación son las medidas, no las personas.
Unas premisas que, sin duda, podrían ser aceptadas por lo populares valencianos, dado que ya el propio Mazón las asumió públicamente en el discurso pronunciado en marzo para anunciar el pacto presupuestario, por lo que no parecería extraño que el probable nuevo aspirante, Juanfran Pérez Llorca, cediera a estas pretensiones para obtener los votos de Vox en Les Corts.
Ahora bien, en Génova temen que Abascal y los suyos decidan que, para sellar el pacto, deba ser el propio Feijóo en primera persona quien deba pronunciarse públicamente sobre estas cuestiones. Unas posiciones que Génova ha esquivado o incluso rechazado reiteradamente en los últimos meses.
En este sentido, Vox ha reiterado estos días a través de diversos dirigentes su desconfianza hacia el PP: "Nos han engañado otras veces", han señalado públicamente diversos portavoces de esta formación.
Unas afirmaciones que invitan a pensar que, aunque la intención de Vox pueda ser llegar a un acuerdo, podrían exigir la implicación directa de Feijóo a la hora de visibilizar los pactos. O lo que es lo mismo, que el líder de la formación popular se viera obligado a formalizar lo que ocurra en Valencia de manera concreta, pública y específica para, de esta manera, alinearse públicamente con determinadas políticas que pregona Vox.
- Llanos (Vox) y Pérez Llorca (PP), en Les Corts. Foto: CORTS/JOSÉ CUÉLLAR
Una estrategia que tendría sentido dentro del plan a largo plazo de Abascal, que tiene como objetivo debilitar a Feijóo y competir con el PP de forma directa en las elecciones generales. "Vox sabe a dónde quiere llegar: queremos la confrontación total", subrayó este jueves el secretario general del grupo parlamentario en el Congreso, José María Figaredo.
Con este escenario, el acercamiento entre ambas formaciones en la cuestión valenciana puede resultar real, pero existen demasiados factores todavía que generan dudas a la hora de dar por hecho un acuerdo para la investidura de un nuevo presidente de la Generalitat. Especialmente cuando desde Vox existen diferentes posibilidades para mejorar su posición frente a un PP cuyo único objetivo hasta ahora ha sido evitar las elecciones anticipadas en la Comunitat.
Es por ello que, desde la formación popular, se prodiga el discurso de la responsabilidad para señalar que Vox debe alcanzar un acuerdo para que no se llegue a las urnas, lo que a su juicio pondría a la Generalitat en una situación de parálisis. Esto es cierto, pero igualmente el PP podría haber evitado esta situación convocando elecciones anticipadas, si bien esa opción incomodaba a los populares por la incertidumbre de los resultados. En este contexto, Vox tiene un discurso fácil de defensa, dado que puede recalcar que la decisión de no acudir a las urnas ha sido del PP y no de su partido.
