Comunitat Valenciana

Alberto Ibáñez: "El problema de la quita de la deuda no es si son 11.000 millones o 18.000: es que Mazón no la quiere"

Entrevista al diputado en el Congreso de Compromís y portavoz de Iniciativa del Poble Valencià

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez.
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VALÈNCIA. El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el anteproyecto de ley que permitirá la condonación de 83.252 millones de euros de deuda a las comunidades autónomas de régimen común que lo solicite. Una condonación formulada de manera injusta para la Comunitat Valenciana que, según los cálculos elaborados por el Ministerio de Hacienda, debería tener una quita de 11.210 millones. 

De hecho, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) han criticado el reparto configurado por el Gobierno de España y ha propuesto uno más "equitativo", que aumentaba la cantidad referente a la Comunitat Valenciana en torno a 7.000 millones, hasta los 18.444. 

Para abordar esta cuestión así como otros temas de actualidad de la política valenciana, Plaza entrevista al diputado de Compromís y portavoz de Iniciativa del Poble Valencià, Alberto Ibáñez. Cabe mencionar que el diputado presentó alegaciones a la propuesta del Ministerio de Hacienda para reclamar 7.000 millones de euros 'extra' que debería recibir la Comunitat Valenciana, jusificándolo en los efectos de la Dana. Una alegación que el Gobierno de España rechazó y que, una vez aprobado el anteproyecto de ley, se reformulará vía enmienda. 

P: Esta semana se ha hablado mucho sobre la quita de la deuda. ¿Qué pide Iniciativa?

R: El planteamiento de Iniciativa y de Compromís es que existe una deuda histórica fruto, muy mayoritariamente, de un sistema de financiación que es caduco e injusto. Eso es un planteamiento común en Compromís y defendido por Iniciativa, además de por el conjunto de los partidos valencianos.

Lo que ahora hay encima de la mesa es una condonación de la deuda parcial, que bajo nuestro punto de vista es insuficiente. Se ha calculado de una manera que no compartimos y por eso presentamos diferentes alegaciones para corregir esta cuestión y que ascendiera a los 18.200 millones, que se asimila más a lo que Fedea y otras organizaciones exigen. 

Pero, al mismo tiempo, no están dispuestos a votar en contra de la quita de la deuda propuesta por el Gobierno como medida de presión para conseguir los 7.000 millones extra.

Creo que hay que ser honesto en cualquier negociación. A mí no me habrán escuchado nunca en una negociación exagerar para poder conseguir. Creo que es una mala forma de negociar, muy antigua, y que termina generando frustración y decepción.

Lo que he indicado es una situación que creo que es muy entendible. Cualquier familia que tenga una sobrecarga de endeudamiento con el banco, si el banco le propone una quita parcial, aunque sea menos de lo que la familia considera justo, ¿acepta esa quita y sigue trabajando para que venga una quita mayor? O dice, mire, no, como no es la quita de la deuda que yo necesito o que yo creo que es justa, no me condone esto, voy a seguir pagando intereses mayores hasta que consiga lo que me corresponde. 

Compromís supo durante los ocho años de gobierno de la Generalitat el problema que suponía la deuda y tuvimos momentos de alta tensión en tesorería para poder pagar nóminas y a proveedores. Gobernamos mucho mejor que la derecha desde un punto de vista de la eficiencia, pero la base mayoritaria, que era el sistema de financiación injusto, lo sufrimos mucho. Soy incapaz de exigirle a Mazón que pague a las farmacias a tiempo y al mismo tiempo, cuando hay una oportunidad de bajar el servicio de la deuda, decir que no lo quiero.

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez. Foto: KIKE TABERNER


 
Por otro lado, ha justificado estos 7.000 millones por la Dana. ¿Cree que el argumento puede jugar en contra de cara a una posible aprobación de la enmienda teniendo en cuenta que la Generalitat no ha alcanzado esta cifra de gasto tras la catástrofe?

En el proceso de enmiendas no tenemos por qué presentar estrictamente las mismas alegaciones, podemos negociar de una manera más amplia. Pero el Ministerio de Hacienda había dicho que el acuerdo del Consejo de Política Fiscal y Financiera era intocable. Por tanto, las alegaciones que hicimos, para que el PSOE tuviera facilidad para aceptarlas, era respetar ese acuerdo y corregirlo con excepcionalidades. 

Una de estas, muy obvia, es la Dana. Ahí no está solamente la deuda que autorizó el Gobierno, sino que también es obvio que la economía valenciana ha empeorado de manera significativa. En cualquier caso, la propuesta de Compromís era que lo justo era llegar al 30% de la condonación de la deuda valenciana y no el 19% y eso no eran 11.200 millones, sino 18.200 millones y hemos puesto las alegaciones para que esa cifra se diese. En la negociación, nosotros no vamos a caer en ningún fetiche técnico de cómo se hace. Lo que queremos es conseguir esa cantidad, que es la justa y que es la que señalan todos los expertos.

¿Cree que la quita puede salir finalmente adelante?

A nadie se le escapa que la aritmética parlamentaria es muy complicada. Por tanto, las posiciones de máximos no benefician al acuerdo. Vengo de una casa donde entre todo y nada me han enseñado que hay que negociar, porque si no, te quedas sin nada. Mucho más cuando el presidente Mazón ha dicho que le da igual 11.000, 19.000 o 25.000.

Más allá de pelearnos entre nosotros por la cifra, la presión tendría que estar en el presidente de la Generalitat, que es el que dice que no necesita que le perdonen deuda y que prefiere estar sometido a la señora Ayuso y el señor Feijóo. A partir de ahí, estamos en un Congreso en el que no se sabe si los números van a dar hasta minuto y medio antes de la votación. Por tanto, creo que lo razonable es negociar, negociar y negociar, e intentar hacerlo sin hipérbole y de la manera más discreta posible.

Més Compromís sí quiere ahora forzar la máquina y posicionarse en contra si no se llega a la cifra deseada. ¿Como afecta al futuro de la coalición estas discrepancias?

Hay una parte común, que es que el conjunto de Compromís está a favor de que haya una condonación de la deuda histórica, y luego hay estrategias divergentes. La nuestra es cercana a la posición de CCOO y UGT, que pensamos que la cifra es insuficiente, pero la situación de la Generalitat es muy precaria y no se puede jugar con el comer de la gente. 

Luego hay otra estrategia, la de Més, que es que o nos dan lo que necesitamos o nada. Esto dibuja que hay estrategias diferentes en Compromís desde hace bastante tiempo. Hay una estrategia más de cultura de gobierno, más pactista y más consciente de la complejidad del conjunto de la administración y otra estrategia más de máximos. Yo votaré a favor de 19.000, 25.000 y 30.000 millones, cuánto más se consiga mejor. 

O de 11.000…

Exacto. 

¿Hacia dónde va Compromís a corto y medio plazo? Porque ha pasado la mitad de la legislatura y parece que ahora mismo están muy alejados de unificarse en una federación de partidos o en otra fórmula similar.

En el momento en el que una de las partes, en este caso Més, decide que cuando hay una discrepancia cada uno hace lo que considera mejor y no se respeta el statu quo, decide echar atrás los avances. Yo creo que, en el contexto político valenciano en el que estamos viendo lo que supone un gobierno de Mazón, la opción responsable es entender que hay que ofrecer a los valencianos una papeleta alternativa al bipartidismo y a la extrema derecha. Y tenemos que ensancharla y, por tanto, desbordar Compromís. Ese es el planteamiento que desde Iniciativa tenemos encima de la mesa. 

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez. Foto: KIKE TABERNER

¿No cree entonces que realmente se vaya a modificar la estructura o que puedan hablar de ello en Compromís?

Me gustaría. Ganaríamos salud y tiempo interno. Pero la prioridad está más en qué respuesta damos a la calle y de qué forma cooperamos con otras fuerzas, principalmente Izquierda Unida, pero también otros actores, que en cuestiones de organización interna. Creo que ganaríamos democracia interna y agilidad,  la conyuntura histórica obliga a ir más allá. Y puede que esto tambien nos permita tener mejores acuerdos, porque quizá esa estructura orgánica tiene que interpelar a otros partidos que hoy no están en esta coalición cuando el objetivo debería ser desbordarla. 

¿Cree que faltan liderazgos con visibilidad mediática en Compromís ahora mismo?

Creo que ayudaría electoralmente, pero no es la primera urgencia de la coalición. Lo que ahora debería ocuparnos es cuál es el proyecto alternativo a Carlos Mazón y a la extrema derecha. La conversación pública en la calle está en las deportaciones masivas, en la vulneración de derechos fundamentales para minorías, en que como todo va mal es mejor no pagar impuestos… Por tanto, creo que las izquierdas europeas necesitamos tener una alternativa que pueda convencer a mucha gente que no le va a bastar con el hecho de que viene la extrema derecha. 

Esa es una de las necesidades urgentes de Compromís, igual que reivindicar que hemos sido una fuerza de gobierno que ha hecho bien las cosas, que ha mejorado la vida de la gente y que es muchas veces ahora, cuando llegan los recortes, cuando la gente te dice que algo que hiciste le gustó y funcionaba. 

¿Cuál es la relación entre los diputados valencianos de distinto signo político de cara a abordar las problemáticas que más afectan a la Comunitat?

Existe relación personal con diferentes diputadas y diputados valencianos, pero creo que a veces nos fijamos mucho en un cierto lobby catalán o vasco y no es tan así. Fortalecer un lobby en Madrid transversal creo que es inteligente y que debería hacerse, pero esto no puede darse si quien gobierna la Generalitat no quiere ejercer de poder valenciano.

Eso lo hemos visto cuando desde Compromís hemos conseguido la transferencia del Cercanías o que el Ingreso Mínimo Vital sea para la Comunitat Valenciana y Mazón se ha negado. Hay una posición que Compromís tiene que asumir y es que el autogobierno le toca ejercerlo ahora a Carlos Mazón. Yo creo que este señor tiene que dimitir, pero mientras Mazón sea el presidente hay cosas que, si él dice que no, no pueden salir adelante. Si tú consigues cosas y tu gobierno autonómico las rechaza, tendrás que reflexionar que el problema lo tienes en el territorio y no en la relación con Madrid.

Debería existir una mejor interlocución valenciana en Madrid, es una tarea pendiente. Pero, ahora mismo, las pocas cosas que hemos podido conseguir, excepto el Corredor Mediterráneo, han sido boicoteadas por la Generalitat Valenciana. Por eso creo que se equivoca la izquierda o alguien en Compromís si cree que la principal tarea no es la oposición a la figura de Carlos Mazón. 

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez. Foto: KIKE TABERNER

¿Cree que podría negociar con los diputados valencianos del PSPV o del PP de cara a apretar en torno a la quita de la deuda? 

Por supuesto. Pero creo que aquí hay un elemento que es la falta de visibilidad respecto a lo que ocurre en Madrid en referencia a lo valenciano. Por ejemplo, yo pacté con Alberto Fabra el plan valenciano 2025-2030 de Cercanías, y luego el PSOE se sumó. También negociamos con gente del PP tumbar la ley del suelo, ellos por hacer daño a Pedro Sánchez y yo por defender el litoral valenciano. Creo que esta legislatura es justamente cuando más acuerdos amplios ha habido a favor de cosas valencianas.

Ahora bien, si no sabemos entender que tumbar la ley del suelo era poder valenciano en Madrid, ni entender que era agenda valenciana porque era una ley estatal… Creo que hay un problema de no saber explicar qué es aportar la perspectiva valenciana a la política en Madrid. Para mí la política valenciana no es solamente aquello que singularmente solamente puede afectar a una comarca específica del País Valencià. La política valenciana en Madrid también es regular el alquiler de habitaciones, por ejemplo. 

¿Qué pronóstico se da para los intentos de negociación sobre la quita? ¿Ha mantenido conversaciones al respecto?

Nosotros planteamos las enmiendas a través de los ministerios para que dijeran sí o no. Por tanto, le dimos la posibilidad a Diana Morant de ser ella como ministra de aceptar estas alegaciones y que el proyecto que saliera de su Consejo de Ministros fuera justo con el País Valencià. Morant decidió ser fiel a Moncloa y no a los intereses de los valencianos y valencianas.

Ahora bien, hay una segunda oportunidad. Nosotros vamos a hablar con todos los grupos parlamentarios, excepto Vox, para que esto pueda salir. El juego con el Partido Socialista vendrá, por un lado, por la fidelidad mal entendida a Moncloa; pero, por otro, con la posibilidad de que lo acepte porque los números no dan para mucho en el Congreso y, total, como Mazón va a rechazarlo…

Por eso a mí también me preocupa que el elemento principal de esta discusión sea que no es solo si son 11.200 millones o 18.000, sino que Mazón diría que no aunque fueran 18.000.  Es por ello que me llama la atención que aquella gente que visualiza más su valencianismo no confronte tanto con quién está diciendo que le dan igual los 18.000 millones que la discusión de si son 11.000 o 18.000. El problema principal de la quita de la deuda es que Mazón no la quiere, porque Feijóo y Ayuso le han dicho que no. El otro problema es que, aunque la quisiera, el Partido Socialista no ha sido capaz de demostrar la injusticia vivida por los valencianos. 

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez. Foto: KIKE TABERNER

¿Cree que en Madrid se entiende la gravedad real de la Dana y sus consecuencias o ya se ha olvidado?

Hay dos problemas, por ser justos. Por un lado, vivimos en una sociedad donde las noticias desparecen a una velocidad tremenda. Por otro, es evidente que el Partido Socialista en Madrid no ha incorporado que la Dana no es un hecho extraordinario, sino una consecuencia de la realidad climática del Mediterráneo que vamos a vivir reiteradamente las zonas de la cuenca mediterránea y por tanto tiene que hacer políticas para mitigar y luchar contra esto. 

Y el PSOE tampoco ha interiorizado el nivel de hartazgo, abandono y desidia de la gente de las comarcas afectadas que está canalizando la extrema derecha. No entiendo por qué Moncloa no es consciente de ello. No será porque Àgueda Micó y yo no somos pesados con este tema. El Partido Socialista no es consciente de la fractura emocional y política que supone la Dana, más allá de la parte económica y, por supuesto, de las 229 muertes. 

¿Piensa que Sánchez debería haber estado más presente en la zona Dana?

Sí. No comparto la exposición de los políticos en las catástrofes mientras están sucediendo. Pero, una vez esa catástrofe está estabilizada, no entiendo que no haya habido una mayor presencia del presidente del Gobierno dando la cara. Creo que es un error. No entiendo que Sánchez, que supo jugársela yendo en momentos muy duros a Cataluña a dar la cara y sostener a su gente, no haya venido aquí a dar la cara ni a sostener a la gente que se siente excluida. 

¿Por qué cree que los sondeos no dan una victoria clara a la izquierda pese a la Dana?

La principal autocrítica para ilusionar a alguien es asumir en el contexto en el que estamos trabajando ahora y es que no tiene nada que ver la política hoy que en el 2011 o en el 2015. Las izquierdas también tenemos un problema enorme de interlocución con la gente más joven. No nos sabemos mover en redes sociales, no sabemos dónde está la extrema derecha en esos canales. 

Antes decíamos que hace falta visibilidad de Compromís, pero toda viralidad no es buena para Compromís. Creer que la conversación pública que pasa por hablar de temas de antipolítica no da un voto a Compromís, se lo da a la extrema derecha. 

Los que estamos en Compromís hemos gobernado o llevamos muchos años aquí. Por tanto, no podemos ser percibidos como gente nueva. Tenemos que ofrecer otra cosa y, por tanto, creo que podemos hacer mucha autocrítica. No hemos sabido bien sostener la presión con el tema Oltra, no supimos explicarlo. No hemos sido capaces de recuperarnos de haber perdido la Generalitat, no entendiendo por qué si, dentro de lo que cabe, habíamos trabajado bien en una pandemia, habíamos hecho una reforma fiscal justa y habíamos mejorado la educación, la sanidad y los servicios sociales. Creo que ese shock nos ha costado mucho. 

Es evidente que las medidas socialdemócratas no han funcionado. Hay que ir a medidas mucho más de izquierdas, pero la realidad parlamentaria es la que es. 

  • El diputado de Compromís en el Congreso, Alberto Ibáñez. Foto: KIKE TABERNER

¿Desea que Oltra vuelva a la primera línea política y sea candidata para alguna institución en las próximas elecciones?

Yo no quería que Mónica Oltra se hubiese ido, y defendí que no se fuera. Creo que es evidente que es una mujer con un olfato político bestial que, en un momento donde no hay certezas, su visión y liderazgo ayudaría a tenerlas. Si quiere volver, donde quiera, yo estaré detrás apoyándola. 

¿Cree que Joan Baldoví debe repetir como candidato a la Generalitat?

Creo que es pronto para valorarlo.

¿Ve a Mazón candidato de nuevo a la Generalitat?

Sí.

¿O sea, cree que Feijóo no se atrevirá finalmente a retirarlo?

Hay veces que los partidos no es que se atrevan o no, sino que no tienen una alternativa que cohesione. Creo que, por desgracia, Mazón será candidato, lo que será una provocación más del PP al pueblo valenciano. Pero me da bastante igual, porque no conozco a nadie en el PP que se haya atrevido a desmarcarse públicamente.

No he escuchado a ninguno de ellos decir que era negligente y criminal que el presidente de la Generalitat estuviese comiendo mientras sabía que la gente se ahogaba. Por lo tanto, a mí no me sirve la organización al completo, cuya ideología primaba más proteger el puente turístico de Todos los Santos a confinar a la población. 

La ideología que gobierna el Palau de la Generalitat, entre suspender la actividad económica y el turismo durante Todos los Santos y proteger a la población, prefirió lo primero. Por tanto, cualquier persona de esa ideología va a volver a actuar igual cuando vuelva a pasar. Creo que lo peligroso de Mazón es su ideología, no su vida alegre. La izquierda se equivoca en centrarse en la moral alegre de presidente. Yo no entro en ello, me da igual. ¿Me parece hiriente? Sí, obvio. Pero salgamos de la conversación de barra de bar. 

Es su ideología la que mata. Al igual que pactó con Vox. Quizá Compromís tenía que haberse abstenido para que nunca gobernara Vox en esta país y no tuvimos ese debate. Algunos lo planteamos y se nos miró mal. Lo conflictivo, en cualquier caso, es que la ideología de ambos no protege a la mayoría.

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