VALÈNCIA. Este miércoles tendrá lugar en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València el funeral de Estado por las víctimas de la Dana. Una cita oficial que, aunque anunciada meses atrás, tendrá lugar con motivo del primer aniversario de la catástrofe.
Así, pese a que el acto está pensado para que los familiares sean el epicentro de la jornada conmemorativa, el evento estará repleto de las más altas autoridades, empezando por los reyes de España.
Uno de los reencuentros más llamativos que provocará el funeral es el del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, con el jefe del Consell, Carlos Mazón. No se prevé que haya una reunión previa o posterior entre ambos, dado que esto no ha ocurrido desde los primeros días tras la tragedia, una anomalía institucional sonrojante tras una catástrofe con 229 víctimas mortales.
Así, atendiendo a las agendas oficiales, la última vez que Mazón y Sánchez se encontraron fue en la Conferencia de Presidentes autonómicos celebrada el 6 de junio en Barcelona, una cita en la que, al margen del saludo inicial y de las intervenciones en la sesión, no se produjo una reunión bilateral.
Acudiendo al calendario, la anterior ocasión en la que se vieron las caras ya fue el año pasado, concretamente en otra conferencia del mismo tipo, celebrada en Santander el 13 de diciembre, sin que se trasladara un encuentro privado entre ambos dirigentes.

- Mazón y Sánchez en el Cecopi el 31 de octubre, dos días después de la Dana. Foto: EP/JORGE GIL
Las dos siguientes ocasiones en las que Mazón y Sánchez compartieron espacio fueron en Valencia. La primera, el 3 de noviembre, en la polémica visita de los reyes de España a Paiporta, todavía llena de barro y desesperación cinco días después de la riada, y de la que el presidente del Gobierno fue sacado antes por su equipo de seguridad al ver comprometida su integridad física. La segunda, dos días después de la Dana, el 31 de octubre, cuando Sánchez acudió a la reunión del Cecopi para conocer los detalles de la situación y las necesidades de la Generalitat.
Hasta aquí toda la coincidencia física entre el presidente del Gobierno y el jefe del Consell durante un año. Más allá de ese primer encuentro en el Cecopi 48 horas después de la tragedia, no ha existido una reunión de trabajo y coordinación entre ambos responsables políticos.
El porqué este encuentro no se ha producido y permanece esta relación anómala entre los máximos dirigentes de las dos administraciones que mejor deben entenderse para la reconstrucción tras la Dana sólo puede entenderse bajo el tacticismo político.
Mazón ha criticado públicamente que, pocas horas después de la Dana, los socialistas pagaron campañas de publicidad en redes sociales para culparle y desgastarle; mientras desde el PSPV recuerdan que incluso tendieron inicialmente la mano para aprobar los presupuestos, pero se encontraron a un presidente de la Generalitat que pretendía no reconocer ningún error, no pedir perdón y trasladar la culpa al Gobierno de España y sus órganos dependientes (Aemet y CHJ), pese a ser la Generalitat la que ostenta las competencias de Emergencias.
En este sentido, Mazón acusó, no sin cierta razón, y así lo señaló en cada una de las visitas de Sánchez, de "deslealtad institucional" al presidente del Gobierno por pisar Valencia y no programar ningún encuentro con el presidente de la Generalitat para coordinar, asumir peticiones o, al menos, comenzar a deshelar la relación.
Tampoco se reunieron de inmediato -tardaron dos meses- el vicepresidente para la Recuperación, Francisco José Gan Pampols, y el entonces comisionado para la Dana nombrado por el Gobierno, José María Ángel. De la misma manera, el Consell ha reclamado insistentemente sin éxito la constitución de una comisión mixta entre ambas administraciones para la reconstrucción y el propio Mazón ha remitido varias cartas a Sánchez que no han sido respondidas.
Desde la otra orilla, la formación socialista, especialmente a través de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, viene defendiendo todas las actuaciones acometidas desde el Gobierno central tras la Dana, además de la presencia constante de ministros de todos los ámbitos relacionados con la recuperación. Ahora bien, todo apunta a que en un momento determinado, desde el PSOE se tomó la decisión de aplicar una especie de cordón sanitario sobre el presidente de la Generalitat por su gestión de la Dana y prácticamente dejar de reconocerlo como tal aunque siga en el cargo. Ejemplo de ello es, aparte de la distancia aplicada por Sánchez, que Diana Morant insista constantemente en la dimisión inmediata de Mazón y que tachara de "provocación" que pudiera acudir a la Procesión Cívica del 9 d'Octubre. Otra prueba de esta actitud coordinada es que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, invitara al presidente de la Generalitat a que no fuera al funeral de Estado de este miércoles.
Ahora bien, que Mazón deba plantearse su dimisión por su papel -y las versiones ofrecidas sobre el mismo- el día de la Dana, no significa que la forma de proceder de Pedro Sánchez respecto a lo acaecido en Valencia haya sido ni mucho menos ejemplar en este tiempo, especialmente en lo relacionado con sus visitas sobre el terreno y la colaboración instutucional para afrontar la reconstrucción.
Tras lo acontecido en Paiporta, tardó casi tres meses en pisar de nuevo la Comunitat: lo hizo el 23 de enero, para una reunión interministerial con alcaldes y agentes sociales en la delegación del Gobierno y una visita a unidades del Ejército desplegadas por la Dana, sin concertar una cita con el presidente de la Generalitat. Este movimiento se produjo apenas una semana antes de que Sánchez regresara, en este caso en su papel de secretario general del PSOE, para bendecir la reelección de la ministra Diana Morant como líder de los socialistas valencianos.
El siguiente y último gesto presencial del presidente del Gobierno tuvo lugar el 22 de mayo, cuando lideró una reunión con varias de las principales asociaciones de víctimas de la Dana también en la delegación del Gobierno, previa visita a una empresa afectada en Riba-roja. Un balance muy pobre para una de las mayores catástrofes de la historia de España que ha dejado 229 víctimas mortales.