VALÈNCIA. La esperada comparecencia del presidente de la Generalitat en funciones, Carlos Mazón, en la comisión de investigación sobre la Dana del Congreso no aclaró algunas de las cuestiones pendientes de revelar un año después de la tragedia. En especial, los detalles concretos respecto a la actividad y horarios del jefe del Consell el día de la catástrofe.
En este sentido, los diputados de las distintas formaciones de izquierdas pecaron a menudo de vehemencia en sus intervenciones hasta tal punto que, en muchos casos, impidieron que el compareciente pudiera responder. Una circunstancia que atascó la comisión con constantes interrupciones debido a las protestas de la bancada popular y a las llamadas de atención de la presidenta del órgano, la socialista Carmen Martínez.
Un hecho que provocó, precisamente, que muchas de las cuestiones planteadas quedaran sin respuesta y que, otras directamente no se abordaran. Así, pese a que el formato de la comisión, muy diferente a la celebrada en Les Corts la semana pasada, se asemeja a un careo judicial y resulta favorable para que sus señorías puedan recabar información, las intervenciones de la mayoría de parlamentarios de la bancada de izquierdas, especialmente los valencianos, se centraron en atacar y descalificar a Mazón, lo que contribuyó a que el tiempo se desvaneciera sin situar el foco en algunas cuestiones concretas que pudieran arrojar luz sobre las partes más oscuras del relato tejido por el presidente de la Generalitat a lo largo de estos meses.
De esta manera, aunque sí surgieron algunas revelaciones nuevas gracias a las preguntas de los distintos parlamentarios, la sensación que dejó la comisión fue de oportunidad perdida para la izquierda en una cita en la que, a diferencia de otras, el compareciente está obligado a decir la verdad. Es por ello que llamó la atención que, después de un año con incógnitas sobre la mesa repetidas hasta la saciedad, varios de los parlamentarios intervinientes no insistieran ni pusieran el foco de forma reiterada en las cuestiones a resolver, o estas aparecieran sólo de manera aislada.
Así, en la bancada de la izquierda, el diputado socialista Alejandro Soler fue el que estuvo más concreto con algunas de las preguntas, lo que permitió aclarar algunas de las cuestiones que seguían flotando en el ambiente. Por ejemplo, Mazón negó de plano que hubiera pasado por su casa la tarde del 29O tal y como se había especulado, además de puntualizar, a preguntas del parlamentario, que no se había cambiado de ropa sino que se había puesto un jersey que llevaba consigo porque "tenía frío".

- Montesinos, Mazón y Gil-Lázaro. Foto: EP/EDUARDO PARRA
El presidente en funciones aseguró no haber cruzado ningún mensaje de whatsapp con la consellera de Emergencias, Salomé Pradas, en ese día entre las 15 horas y las 18 horas, pero no podía recordar si lo había hecho antes. Soler le instó a que sacara el móvil y lo corroborara, algo a lo que Mazón se negó. También le inquirió el diputado socialista sobre lo que había bebido el presidente en la comida: "Agua y algo de vino", fue la respuesta, para preguntarle a continuación respecto a la hora concreta o aunque fuera aproximada en la que dejó a la periodista Maribel Vilaplana, con la que había comido, en el aparcamiento a la que la había acompañado. "Ya les he dicho que no puedo entrar en el minutaje concreto", comentó el presidente, quien también respondió no haber entrado en el aparcamiento ni estar acompañado por escoltas en aquellos momentos. Respecto a cuál fue su destino tras despedirse de la periodista, Mazón contestó que fue al Palau de la Generalitat, aunque sin poder precisar la hora.
El socialista Soler le preguntó concretamente en qué momento fue informado del envío del ES-Alert para avisar a la población. El presidente en funciones, que había rechazado tener ningún conocimiento sobre este mensaje en distintas entrevistas, sí dijo en esta cuestión que la consellera Pradas le informó en la llamada de las 19.43 horas, algo que sí había desvelado días atrás la exresponsable de Emergencias. También admitió tener conocimiento del problema en la presa de Forata en una llamada a las 18.16 horas con la consellera, a lo que el diputado socialista le espetó: "¿Y a usted no se le ocurrió salir corriendo al Cecopi?".
¿El móvil en la mochila?
Por su parte, la diputada de Compromís adscrita al Grupo Mixto, Àgueda Micó, preguntó de forma concreta porque no atendió las llamadas que le realizó Pradas a las 19.10 horas y las 19.36 horas del día de la tragedia, un momento este importante puesto que dicha comunicación podría tener que ver sobre el envío del ES-Alert, dado que, según admitió ayer Mazón, sí habló de esta cuestión cuando le devolvió la llamada a las 19.43 horas.
El presidente en funciones admitió desconocerlo y señaló que tal vez no oyó la llamada de las 19.10 horas. "No sé si es que estaba andando y tenía el móvil en la mochila en ese momento, no lo sé", explicó Mazón, y añadió: "No atender a una llamada de 20 y tantas que hice no significa estar incomunicado", dijo, para señalar, respecto a las 19.36 horas, que estaría al teléfono con otra llamada.
Ibáñez, González y Rufián, los más agresivos
En cuanto al parlamentario también de Compromís Alberto Ibañez, en este caso del grupo de Sumar, reprochó a Mazón, en un tenso intercambio, que se fuera a acompañar "de paseo" a Vilaplana al aparcamiento cuando la gente ya "estaba ahogando"; a lo que el presidente en funciones respondió: "Es que nadie sabía que la gente se estaba ahogando", para después afirmar que esto no se concretó "hasta las 5 de la madrugada del día siguiente". Unas palabras por las que el diputado se plantea acciones legales por "mentiras" al recordar que Mazón compareció ante los medios el día de la tragedia a las 00.30 horas para admitir que había "cuerpos sin vida".
Respecto al otro diputado de este grupo, el gandiense Nahuel González (EU), poco se puede extraer de los ocho minutos de su intervención, puesto que aplicó un monólogo de críticas y prácticamente no llegó a formularle ninguna pregunta concreta a Mazón, por lo que este apenas pudo intercalar una decena de palabras aisladas de protesta en todo ese tiempo.
Previsamente, el diputado de ERC Gabriel Rufián había protagonizado los momentos más tensos de la sesión, en la que llegó a tachar a Mazón de "inútil, miserable, homicida y psicópata". El parlamentario basó su intervención en dar voz a víctimas de la tragedia, con sus nombres, apellidos y fotos. "¿Tiene algo que decir a su familia?", fue su pregunta recurrente a Mazón, tras presentar a cada víctima.
"Toda la condolencia a todas las víctimas por igual", replicó el presidente valenciano, palabras que Rufián desdeñó, encarándose también con la bancada del PP. "¿Le pesan las muertes de esta gente?", preguntaba el portavoz de ERC. "Nos pesan a todos", respondía el interpelado, quejándose de la utilización de las víctimas. Así, cuando Mazón trataba de hilvanar más de dos frases para explicar su actuación, el diputado de ERC le cortaba: "No mienta". En varios momentos del interrogatorio cruzaron este tipo de reproches, con Rufián pidiendo que no le mintiera "a la cara" u ordenándole callar mientras el presidente le acusaba de decir falsedades.
¿Y el Gobierno de Sánchez qué?
El tono fue radicalmente distinto con las intervenciones de los diputados del PP y Vox. El diputado popular César Sánchez, que apenas se dirigió a Mazón y sí a la bancada de los partidos de izquierdas, acusó al Gobierno de Pedro Sánchez de intentar manipular y borrar la verdad sobre la dana con "mentiras" y con "bulos machistas", además de prácticar el "cálculo político" con la tragedia. La ley nacional de Protección Civil habilita la posibilidad al Gobierno de España de estar ahí y "no estuvo", "esa es la realidad", dijo, mientras denunció que los grupos de izquierda no buscaban "averiguar la verdad".
En el mismo sentido, se pronunció el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, quien probablemente es el que pareció entender mejor el formato de la comisión con una batería de preguntas directas y muy concretas formuladas de la manera más conveniente a su formación: es decir, para cargar tintas contra el Gobierno de España.