Educación

Las cátedras de empresa, clave en la colaboración entre universidades y empresas para la generación y transferencia de conocimiento

Desayuno informativo organizado por Valencia Plaza

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VALÈNCIA. Las Cátedras de empresa son un claro ejemplo de cómo la universidad y el sector empresarial pueden colaborar estrechamente para cumplir con una tarea esencial: la generación y transferencia de conocimiento. Un esfuerzo conjunto que busca promover la innovación al tiempo que se conserva y promociona el talento de los estudiantes con el objetivo de que las ideas de que surgen en las universidades logren una aplicación en el entorno empresarial.

 

Con el objetivo de analizar todas las aristas relacionados con la colaboración entre empresas y universidades a través de las cátedras de empresa, así como dar a conocer cuáles son las principales funciones que suelen llevar a cabo este tipo de órganos, Valencia Plaza organizó un desayuno bajo el título ‘Cátedras de Empresa: Conservando Talento y Creando Conocimiento’.

 

En este encuentro participaron Rafael Sebastián, Director General de Ciencia e Investigación. Secretaría de Universidades de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo; Santiago Escobar, Director de la Cátedra de Ciberseguridad INCIBE-UPV; Tatiana García Segura, Directora de la Cátedra Becsa-UPV; Vicente Sanz, Socio de Andersen y miembro de la Comisión de la Cátedra Andersen UPV de Sostenibilidad y Mercados Regulados; César Arroyo García, Director de Personas y Valores de Hinojosa Packaging Group; José Manuel Pastor, director de la Cátedra MESVAL Universitat de València e investigador del IVIE; Carmen Escribá, Directora de la Cátedra Confecomerç; y Javier Rodrigo Illari, director de la Cátedra Aguas de Valencia.

La alianza entre universidades, empresas y gobiernos

Arrancó el coloquio Rafael Sebastián, que ofreció una mirada más institucional y destacó que desde la Generalitat se está intentando apostar por un aumento de la transferencia de conocimiento. “Creo que, al margen de potenciarlo, uno de los pilares fundamentales es acercar a la universidad y a la empresa”, apuntó Sebastián, que abogó por que las empresas, especialmente las pymes, puedan ser más competitivas a partir del desarrollo de las universidades.

 

Vicente Sanz, por su parte, puso de relieve el “problemón” de la Comunitat debido a la fuga de talento: “La mayoría de estudiantes se quieren ir a Madrid, no se quieren quedar en València. Mis mejores alumnos, opositan a registro o notarías o se van a Madrid. Es casi imposible que se queden en València, nos cuesta mucho que se queden”, lamentó.

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En este caso, cabe mencionar que la Cátedra Andersen-UPV se basa en la sostenibilidad y los mercados regulados. Su razón de ser se basa más en la conexión de los clientes con la universidad que con una captación de alumnado de cara a la incorporación en esta compañía. Durante su intervención, Sanz también puso de relieve otra problemática: el gap temporal entre la investigación en las universidades y su aplicación en las empresas: “Lo que la universidad investiga, acaba llegando a las empresas a los 8 o 10 años”, expresó. En esta línea, apostó por eliminar “trabas administrativas” para reducir esta demora.

 

Por su parte, César Arroyo mostró una postura más centrada en el poder de las cátedras para la captación de talento joven ante las “dificultades” que plantea actualmente el mercado laboral: “Hoy en día tienes que encontrar los buenos candidatos antes de que terminen los estudios”, destacó. En este caso, cabe mencionar que la cátedra que Hinojosa tiene con la UPV fue creada a comienzos de 2024. En su corto periodo de actividad, Arroyo ha observado sus beneficios de cara a un momento en el que la compañía está inmersa en un fuerte “crecimiento internacional” para el que es esencial “incorporar más talento joven con el pasaporte en la boca y la maleta preparada”.

 

Además, destacó la importancia de la “cercanía” con los equipos investigadores de la universidad ya no solo para este cometido sino para la innovación en la propia razón de ser de la compañía: “Estamos trabajando con ellos para ver los materiales del packaging del futuro”, aseguró. Entre los ejemplos de la simbiosis universidad-empresa, destaca la necesidad de Hinojosa de conocer alumnado con interés por Francia y la lengua francesa debido a la actividad de la compañía en el país del norte. Ante ello, la cátedra tiene becados varios alumnos que están haciendo erasmus en Francia: “Dos de ellos han visitado nuestras fábricas y ahora van a trabajar con nosotros allí”.

 

José Manuel Pastor centró la primera parte del diálogo en apuntar que debería existir “incentivos” de cara a potenciar la relación universidad-empresa, algo que se puede hacer en cualquier rama de estudios, aunque reconoció que es más sencillo desde áreas técnicas. La cátedra que encabeza fue creada por el anterior Gobierno municipal de València en 2017, aunque mantuvo su actividad tras el cambio de alcaldía en las elecciones de 2023. Pastor destacó la labor de la cátedra en publicaciones tales como el impacto económico de las fallas, el impacto de los pisos turísticos o la actual elaboración del plan de formación en emergencias a la ciudadanía.

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Mientras que, en este punto del debate, Javier Rodrigo Illari remarcó la capacidad de plantear proyectos de investigación a partir de la unión entre las compañías y el sistema educativo, algo que puede “motivar” al profesorado al mismo tiempo que genera “grandes oportunidades” para la empresa y el alumnado. En este caso, la cátedra que dirige está centrada en todos los aspectos del ciclo integral del agua. El próximo mes de septiembre celebrará su décimo aniversario, lo que la afianza como un “modelo de éxito”.

 

En este punto, Carmen Escribá explicó que en la cátedra de Confecomerç se plantean grandes retos del sector que representa: “El talento es uno de los principales problemas, especialmente en el comercio local”. El órgano lleva tres años desarrollando su tarea y tiene entre sus principales cometidos acercar el comercio minorista a las nuevas generaciones.

La fuga de talento, uno de los principales retos

La mayoría de los asistentes coincidieron en la pérdida de talento hacia ciudades como Madrid. Pastor explicó que se trata de una cuestión que se debe “a un tema industrial”, es decir, a una falta de grandes empresas que sean capaces de retener a todos estos estudiantes. “Y, sin embargo, tenemos dos de las mejores universidades de España en València”, destacó Rodrigo, que valoró las cátedras como “una excelente plataforma para poner encima de la mesa de debate” todas estas cuestiones y captar el alumnado.

 

Por su parte, Arroyo puso de relieve el “decalaje” entre la información y la realidad en las empresas: “Hay competencias como liderazgo, resolución de conflictos o capacidad de resiliencia que las vas a aprender trabajando”, valoró. También aprovechó la intervención para explicar que las empresas valencianas deben luchar con Madrid para captar talento, pero que, en su caso concreto, necesitan que los alumnos sepan idiomas: “Entrevistas ahora mismo a alumnos de universidades de primera división, como la UPV, y no tienen nivel de inglés. Es tristísimo”. “El conocimiento de idiomas nos va a hacer mucho mejores y va a poner a los alumnos en un desafío”, consideró.

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“En informática nos pasa lo contrario. Ahora mismo en informática y ciberseguridad hay muchas empresas por la zona y el alumnado sabe inglés”, explicó Santiago Escobar, director de la Cátedra de Ciberseguridad INCIBE-UPV, que es parte del convenio entre el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), entidad dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, y la Universitat Politècnica de València (UPV). Esta cátedra está incluida en el programa de Cátedras de Ciberseguridad en España, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con la financiación de los Fondos Next Generation-EU.

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Sanz matizó las declaraciones de este último y apuntó: “Pero los de mayor expediente no se quedan en València”, algo que Escobar reconoció. Por su parte, Tatiana García destacó la importancia que pueden tener las cátedras en fomentar la investigación por parte del alumnado y la posterior transferencia de conocimiento. García es directora de la Cátedra Beca-UPV que “conecta alumnos y empresa, fomenta la investigación y acerca la ingeniería civil a los estudiantes”.

 

En este punto, Rafael Sebastián abogó por incentivar la transferencia de conocimiento desde las universidades al tiempo que las personas dedicadas a ello puedan tener un crecimiento a nivel laboral. También coincidió en que a la Comunitat Valenciana le cuesta “venderse” para algunas cuestiones: “Es la autonomía más potente en diseño de microchips de España, pero nadie relaciona a la Comunitat con los microchips”, ejemplificó.

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En cualquier caso, puso de relieve los esfuerzos del Consell en la atracción de talento a partir de iniciativas como el Programa Valer, que ofrece contratos permanentes a investigadores científico y académico del más alto nivel para desarrollar su carrera profesional en la Comunitat Valenciana. Sebastián también destacó el programa formativo en emprendimiento e innovación CDTM, que arrancó en Múnich y se ha exportado a València, con oficinas en el edificio de La Harinera. Además, explicó que el Consell cuenta con alrededor de medio centenar de ayudas anuales para el profesorado que decide hacer estancias en empresas.

 

No obstante, respecto a esta última cuestión, lamentó que existen algunas compañías que tienen reticencias a aceptar este tipo de profesorado por una cuestión de propiedad intelectual. Unas “barreras culturales” que llevan a las compañías a preferir contratar a una persona por su cuenta, aunque sea más caro desde el punto de vista económico y evitar que la generación de conocimiento pueda ser compartida con más instituciones o empresas. “Debe haber un cambio cultural en eso poco a poco”, consideró.

Más allá de la captar talento

Las cátedras también son un espacio excelente en el que generar una aproximación del mundo académico y el laboral con beneficios para ambos. Vicente Sanz explicó que, desde la Cátedra Andersen-UPV, los clientes de esta compañía dan conferencias a los estudiantes de diversos ámbitos universitarios. “Los alumnos salen encantados; Es la mejor forma de transferir habilidades u otro tipo de conocimientos que no son especialmente técnicos”, apuntó.

 

Rodrigo puso de relieve la falta de capacidad comunicativa del estudiantado español y lo contrapuso con la situación en otros países de Europa: “En capacidad de comunicación son mejores, pero en conocimientos técnicos son peores”. En esta línea, explicó que las cátedras puede que tengan la opción de mejorar este aspecto en el alumnado y lograr que destaque ya no solo por conocimientos sino también por la comunicación.

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En esta línea, García explicó que desde la cátedra que dirige se llevan a cabo una serie de prácticas que permiten una mayor interlocución entre el alumnado en las que se fomentan capacidades comunicativas y de pensamiento crítico a las que “se van a enfrentar el día de mañana”. Escrivá explicó que en la Cátedra Confecomerç se llevó a cabo un hackaton para encontrar soluciones a problemas reales del comercio local. En este sentido, se plantearon necesidades como contar con un buen plan de desarrollo profesional, formación adaptada a áreas fundamentales y mostrar el comercio “como algo atractivo”.

Con la mirada puesta en la sostenibilidad

Lo cierto es que las cátedras también tienen una importante función en el desarrollo de tecnologías y estrategias sostenibles en colaboración con las empresas. Rodrigo explicó que en el órgano que encabeza se busca tanto la sostenibilidad medioambiental como económica desde el punto de vista del suministro. Por ello, se llevan a cabo una serie de investigaciones que son de interés tanto para las empresas como para la Administración pública.

 

Arroyo, como ya había explicado con anterioridad, puso el foco en las innovaciones de cara al desarrollo en materia de packaging y abogó por ver la sostenibilidad con luces largas y no con una mirada cortoplacista. García explicó que las cátedras pueden funcionar como “un banco de pruebas”. En este caso concreto, se prueban materiales sostenibles y, en algunos casos, se lleva a cabo un proyecto de investigación de mayor envergadura al respecto.

Las ventajas de las empresas al cocrear una cátedra

Aunque se trató de una materia recurrente a lo largo del desayuno, los asistentes finalizaron poniendo especial énfasis en cuáles son los beneficios que tienen las empresas al cocrear junto a una universidad una cátedra. Arroyo destacó el potencial de estas entidades en materia de visibilidad, de innovación del producto y de captación de talento. “La aproximación a la universidad desde el punto de vista investigador es muy importante. Cuando te metes en la cátedra, tienes contacto con equipos investigadores y descubres el potencial humano que hay”, valoró antes de reclamar que las universidades podrían exigir a las empresas contar con un código ético en el caso de que quieran formar una cátedra.

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Por su parte, Vicente Sanz destacó la importancia para Andersen de contar con una cátedra con el “fantástico” sello de la UPV y animó a esta universidad a vender su marca: “Es la universidad la que permite a las empresas asociarse con ella, y no al revés”.  Por su parte, Javier Rodrigo invitó a la Administración pública a crear más cátedras. En esta línea, puso el foco en ayuntamientos de tamaño mediano que podrían mantener una simbiosis con las universidades de cara a un mayor desarrollo: “Nosotros también somos funcionarios y no solo funcionamos por interés económico. Si la Administración lo solicitara lo haríamos y seguramente con mucho mayor interés”, apuntó.

 

Un discurso en la línea del de José Manuel Pastor, que remarcó que el trabajo que realizan los directores de cátedras consiste “prácticamente en un acto de filantropía”: “Se hace por vocación, también por un interés, pero la remuneración que tenemos por ser directores de cátedra es minúscula o, en ocasiones, inexistente. Muchas veces se hace por vocación”.

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