VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ha puesto sobre la mesa la voluntad de avanzar en dos de los últimos espacios que quedan por ocupar en la Marina de València: el suelo terciario junto al edificio del reloj y el edificio de los Docks. Asi lo transmitía la pasada semana el concejal de Grandes Proyectos y Patrimonio, José Marí Olano, a los empresarios tecnológicos ubicados en la dársena, en una reunión en la que también participó la concejal de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones, Paula Llobet. El edil pedía a los promotores de estos proyectos buscar inversores para el suelo que, inicialmente, tenía previsto la puesta en marcha de un hotel de 30 plantas. También para dar contenido al edificio de los Docks, donde se tumbó la puesta en marcha de un data center y se buscaba un proyecto más enfocado a la innovación, la tecnología y el emprendimiento.
Conscientes de que son proyectos que pueden tardar en ser una realidad más de un lustro, el consistorio quiere que cuando acabe la legislatura estén aprobados y en marcha, tanto el de los Docks como el de la parcela terciaria. En esta última, dado el tamaño -30.000 metros cuadrados de edificabilidad-, se ha pensado en una combinación de diferentes usos terciarios, comercial en la parte inferior, oficinas en la intermedia y hotel en la superior, pero el equipo municipal no está cerrado a ninguna propuesta que aporte valor a la Marina. En cuanto al edificio de los Docks, sobre el que ya han llegado ideas o propuestas no firmes, la prioridad del Ayuntamiento es aclarar el marco económico, jurídico y urbanístico del derecho de superficie, ya que está prevista una edificabilidad de 25.000 metros cuadrados y hasta cinco plantas de altura -dos más que las actuales- pero existen dudas sobre si además de la fachada habría obligación de proteger elementos de la estructura, lo que condicionaría cualquier proyecto.
Fue en 2016 cuando, por primera vez, se planteó la instalación de un hotel junto a la antigua Estación Marítima. Una propuesta realizada por la sociedad Valencia New Investments, liderada por el Grupo Gheisa, dedicado a servicios turísticos y fundado por el empresario Juan Manuel Baixauli. A través de ésta se solicitó la concesión del derecho de superficie de la antigua Estación Marítima -finalmente destinada a un hub tecnológico- y la parcela anexa, donde se buscaría desarrollar el edificio. El proyecto planeaba un hotel de cuatro estrellas, con apartahoteles, coworking restauración y zona comercial. La idea era poner en primer instancia el foco en los clientes náuticos y del polo de emprendimiento que dan uso a la dársena, además de ampliar la oferta de ocio y restauración. A partir de ahí, la propuesta pasaba por subarrendar a operadores especializados su explotación.
Los promotores del proyecto se reunieron en reiteradas ocasiones con el Consorcio Valencia 2007, ente ya disuelto tras la condonación de la deuda de la America's Cup con el Instituto Oficial de Crédito (ICO), y el Ayuntamiento de València, además de hacerlo con los diferentes partidos del consistorio. Todos vieron la propuesta con buenos ojos, menos València en Comú, que señaló al impacto paisajístico y urbanístico que un hotel de 100 metros de alto podría tener sobre Poblats Marítims. Un proyecto en el que se planeaba una inversión de 65 millones de euros en un edificio pensado para dividirse en dos bloques y que tendría aspecto de faro para los que lo vieran desde el mar y de vela si se divisaba desde la ciudad. Tras intentar reflotar el proyecto en 2022, ahora vuelve a estar en el punto de mira del Gobierno municipal, pero con una visión mucho más amplia que un hotel, y también con la carencia de oficinas en mente.
En el caso de la parcela para uso terciario, tras la disolución del mencionado Consorcio Valencia 2007, ésta debe ser licitada por la Autoridad Portuaria, ente que ya se ha encargado de la gestión de otras concesiones como la antigua Estación Marítima o algunas de las bases de la Marina Sur. Por ello, cuando encuentren a los mencionados inversores, las parcelas volverán a manos del Puerto de València con la misión de que saque la licitación.
En busca de un inquilino para los Docks
En el caso de los Docks , el consistorio inició un proceso de segregación de estas dos parcelas para buscar una fórmula de gestión que podría ser una cesión de uso a terceros en la que el Puerto de Valencia cedería el derecho de superficie, es decir, de construir en la parcela y usar lo construido durante un plazo determinado, como ya ocurre con las bases de la America's Cup ocupadas con las empresas que se adjudicaron las concesiones. Este plazo podría alargarse hasta 75 años, para luego ser devuelto a la Autoridad Portuaria. Como ya publicó Valencia Plaza, son varios los inversores que han visitado las instalaciones.

Cabe recordar que un informe de la Abogacía del Estado señalaba que los edificios cedidos por la APV al Ayuntamiento solo podían ser utilizados por otras administraciones con fines de utilidad pública o interés social, lo que no incluía la explotación comercial de los mismos a través de licitaciones. Se trataria de una fórmula equivalente a una concesión administrativa, si bien de naturaleza patrimonial y no de dominio público. Esto permitiría acabar con la imposibilidad de explotar el inmuebles, en una acción limitada por la Ley de Puertos.
Al tratarse de espacios de propiedad pública, el inmueble no será para el primero que presente una oferta al Ayuntamiento de València sino para el que presente el mejor proyecto una vez se abra el plazo. Como ha ocurrido en otros edificios de La Marina, esto no ocurrirá hasta que un inversor presente una propuesta acompañada de una memoria económica y técnica a la que el Consistorio dé el visto bueno. Si eso ocurre, se someterá a exposición pública y se abrirá un plazo para que otros inversores puedan presentar proyectos alternativos. Si hay varios, se sacarán unos pliegos para que se presenten interesados y elegir el mejor proyecto.
En 2023, el Ayuntamiento de València renunció al procedimiento de concurso para la instalación de un Centro de Procesamiento Electrónico de Datos que fue adjudicado a Sinensis en el edificio de los Docks. El concejal de Grandes Proyectos y Patrimonio justificó la decisión tras conocer que "todos los informes" de Abogacía del Estado y de la Autoridad Portuaria de València eran "desfavorables".
El acuerdo que dejó sin efecto el proceso de licitación recogía "desistir del procedimiento de adjudicación para la constitución de un derecho real de superficie sobre el mencionado edificio los Docks", por considerar que en dicho proyecto "no concurren circunstancias que permitan considerarlo de interés público por las razones expuestas en la moción aprobada en el punto primero de este acuerdo". Una cuestión que quieren solucionar con la segregación, aunque ya señalaron que este edificio no es adecuado para un data center.