VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ha decidido segregar las parcelas de la base del Alinghi y del edificio de los Docks para adelantar las licitaciones de estos espacios a la decisión que se tome sobre el conjunto de terrenos de la Marina de València cedidos por Autoridad Portuaria de València (APV) al consistorio. Así lo apuntan fuentes municipales, quienes explican que se ha optado por esta fórmula mientras se negocia cómo será finalmente el acuerdo alcanzado en el nuevo ente gestor de la dársena.
A la espera de definir el órgano mientras se liquida el Consorcio Valencia 2007, y en el que a priori participarán inicialmente el Ayuntamiento de València y la Autoridad Portuaria de València, un informe de la Abogacía del Estado señalaba que los edificios cedidos por la APV al Ayuntamiento solo podían ser utilizados por otras administraciones con fines de utilidad pública o interés social, lo que no incluía la explotación comercial de los mismos a través de licitaciones.
Debido a estas restricciones, se ha iniciado el proceso de segregación de estas dos parcelas para buscar una fórmula de gestión que podría ser una cesión de uso a terceros en la que el Puerto de Valencia cedería el derecho de superficie, es decir, de construir en la parcela y usar lo construido durante un plazo determinado, como ya ocurre con las bases de la America's Cup ocupadas con las empresas que se adjudicaron las concesiones. Este plazo podría alargarse hasta 75 años, para luego ser devuelto a la Autoridad Portuaria.
Se trata de una fórmula equivalente a una concesión administrativa, si bien de naturaleza patrimonial y no de dominio público. Esto permitiría acabar con la imposibilidad de explotar el inmuebles, en una acción limitada por la Ley de Puertos. No obstante, habría que determinar quién cobraría finalmente el canon, algo que señalan, es secundario. Unas cuestiones que probablemente se acuerden en el órgano de cooperación impulsado por la Mª José Catalá con la APV para desbloquear la situación de la dársena.
Entre los asuntos que el consistorio y la Autoridad Portuaria deben abordar en ese órgano están las medidas de gestión de los bienes demaniales y patrimoniales que conforman la Marina de Valencia y la cesión del uso de tales bienes a terceros para la realización de actividades que contribuyan al desarrollo económico de la ciudad de Valencia. Un entendimiento que también acercaría a la definición del nuevo ente gestor de la Marina de València y que sucedería al Consorcio Valencia 2007.
Una vez acometida esta cesión de uso tras la segregación de las parcelas, el Ayuntamiento de València podría hacer una llamada para que se presentaran diferentes proyectos y, en el caso que hubiera más de uno, abrir la concesión administrativa a concurso, como ocurrió con la antigua Estación Marítima. No obstante, no está claro cuándo se iniciarán los procesos aunque señalan que el proceso ya está en manos de Patrimonio.
Cabe recordar que, en el mes de julio, el Ayuntamiento de València renunció al procedimiento de concurso para la instalación de un Centro de Procesamiento Electrónico de Datos que fue adjudicado a Sinensis en el edificio de los Docks. El concejal de Grandes Proyectos y Patrimonio, José Marí Olano, justificó la decisión tras conocer que "todos los informes" de Abogacía del Estado y de la Autoridad Portuaria de València eran "desfavorables".
El acuerdo que deja sin efecto el proceso de licitación recogía "desistir del procedimiento de adjudicación para la constitución de un derecho real de superficie sobre el mencionado edificio los Docks", por considerar que en dicho proyecto "no concurren circunstancias que permitan considerarlo de interés público por las razones expuestas en la moción aprobada en el punto primero de este acuerdo". Una cuestión que quieren solucionar con la segregación, aunque ya señalaron que este edificio no es adecuado para un data center.
Mientras, en el caso de la antigua base del Alinghi, desde el consistorio tienen en mente que pueda ser un espacio para que el empresario valenciano Juan Roig amplíe su proyecto de Marina de Empresas, del que recientemente anunció su salida fuera de la dársena para ampliar el proyecto ante la demora del proyecto en el Tinglado 4. No obstante, la adjudicación del espacio tendrá que llevar su curso legal y estar abierto a más propuestas.
Durante los últimos años, el edificio ha tenido muchas propuestas, pero ninguna ha llegado a prosperar. Fue allá por 2017 cuando la dirección del Consorcio Valencia 2007 anunciaba que sería la encargada de gestionar la base del Alinghi y convertirlo en un espacio de referencia en la dársena. Simbólicamente, ya utilizaba esta nave para actos de referencia, como la presentación de la nueva imagen de la Marina de València. Sin embargo, para ejecutar su estrategia, era necesario reformar el espacio. Una cuestión que nunca se ejecutó.
En septiembre de 2018 abría las puertas allí un centro cultural bajo el nombre de La Base, un espacio ubicado en La Marina que nacía “abierto a la ciudadanía y a una programación continua de actividades”. La inauguración con la exposición de Antoni Miró reunió a la primera plana política y social, pero el confinamiento, dio la estocada -casi- definitiva al proyecto.
Posteriormente, la intención del entonces alcalde de València, Joan Ribó, fue adjudicársela 'a dedo' al servicio autonómico de empleo, Labora, para que ubicara allí un centro de orientación y emprendimiento. Sin embargo, lo hizo sin el visto bueno de la Conselleria de Hacienda, con el rechazo de sus socios de gobierno, el PSPV, encabezado por Sandra Gómez, y con reparos de los servicios jurídicos municipales. Al final, un recurso del PP llevó a Compromís a recular y anular la cesión directa del inmueble al organismo de la Generalitat.
En el último consejo del Consorcio Valencia 2007, se acordó nombrar a un nuevo representante del Ayuntamiento en la comisión liquidadora sustituyendo a Vicent Llorens. En su lugar, se situó en el puesto a un funcionario, en concreto al auditor jefe del Servicio de Auditoría Integral, Vicente Manuel Tadeo. La desaparición de este organismo dará paso a una nueva fórmula de gestión para La Marina en la que trabajan las administraciones autonómica y municipal y que, como se apuntaba, todavía no está definida a la espera de llegar a un entendimiento con Puertos del Estado.