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El Banco de Valencia se niega a nuevas refinanciaciones de grandes créditos dudosos

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 La entidad ha llamado a capítulo a distintos grandes empresarios inmobiliarios para resolver los créditos que mantiene a base de daciones de pago y otras medidas calificadas de "dolorosas"

VALENCIA. Se acabó el periodo de gracia. Los gestores del Banco de Valencia, capitaneados por el administrador designado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), José Antonio Iturriaga, están convocando a distintos grandes empresarios valencianos para renegociar sus deudas con la entidad.

El objetivo es resolver la situación de determinados créditos que pueden pesar en contra de los intereses del banco en el proceso de venta. "Se están tomando decisiones importantes para desatascar la situación de determinados préstamos, aunque la medida resulte dolorosa", aseguran fuentes de la entidad. Cuanto mejor sea la situación de las cuentas del banco cuando salga a subasta, más garantías habrá para confiar en su supervivencia como entidad, "a ser posible, valenciana", aseguran.

La nueva ronda de refinanciaciones está anteponiendo la situación real del negocio de los clientes a cualquier otro aspecto, como las expectativas futuras o las negociaciones abiertas entre las empresas con terceros. Según empresas especializadas en la negociación bancaria, la cuestión es que las empresas puedan ingresar actualmente suficiente dinero como para pagar sus deudas.

DACIONES EN PAGO

Esta situación ha hecho que se incrementen el número de daciones en pago para rebajar la carga que arrastran muchas de ellas y otras soluciones alternativas, como la practicada por Lubasa con el edificio de los antiguos juzgados de Valencia. Fruto de un crédito de 105 millones de euros, solicitado en 2005 por la matriz del grupo constructor y promotor, Obinesa, a BBVA, Bankia (a través de Caja Madrid) y Banco de Valencia, las tres entidades se han repartido la propiedad del inmueble para saldar parte de la deuda.

Esta no es la única operación de dudoso resultado en la que se encuentra inmersa la entidad con promotoras y constructoras. Algunas de las más conocidas son las relativas a los créditos con el Valencia Club de Fútbol, en los que también se encuentran inmersos Bankia y la Generalitat y ante las expectativas de cobro están siendo valoradas desde un punto de vista "puramente" económico, reconocen.

En plena negociación se encuentra la constructora Cleop, que concentraba un 80% de sus 204,88 millones de deuda consolidada en Banco de Valencia y Bankia, entidades bajo el control del Banco de España y del Estado tras la intervención de la primera y la nacionalización de segunda

LOS ZOMBIES INMOBILIARIOS

Los créditos inmobiliarios dañados del Banco de Valencia ascendieron el pasado año a 2.708 millones de euros, lo que casi cuadruplica los 768 millones de 2010, según el informe anual de la entidad remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La intervención de la entidad, que ha significado una reevaluación de la situación de la entidad y la creación del banco malo va a permitir sacar de los activos estos inmuebles tóxicos, por lo que ya no tiene sentido mantener la actividad de terminadas empresas, calificadas como zombies en el argot por su evidente falta de vida "a pesar de mantenerse en pie".

Esta no es la única medida que se ha tomado desde el banco de España en este sentido, tanto en las entidades intervenidas como el resto del sector. Una de las que se prevé que tengan un mayor impacto es la aplicación de la Circular 4/2004, de 22 de diciembre, a entidades de crédito, sobre normas de información financiera pública y reservada y modelos de estados financieros, en vigor desde el 3 de octubre.

LUZ Y TAQUÍFRAGOS

A partir de ahora, el Banco de España exigirá a las entidades financieras la identificación de las operaciones de refinanciación que realicen y demandará que se expliquen al detalle las consideradas de "seguimiento especial". En concreto, el supervisor se refiere a aquellas operaciones que presentan "pequeñas debilidades que, sin llegar a exigir mayores coberturas que las establecidas para las operaciones de riesgo normal" sean consideradas necesitadas de un mayor control.

La modificación de la circular 4/2004 incluye en esta categoría a las correspondientes a operaciones de refinanciación, refinanciadas o reestructuradas; a las de clientes declarados en concurso de acreedores "que se hubieran reclasificado desde alguna de las categorías de dudosos", y las clasificadas como normales de clientes que tengan "alguna operación clasificada como dudosa por razón de morosidad".

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