VALENCIA. La tecnología está invadiendo todas las facetas de la vida cotidiana y la tendencia se dirige a que los niños cada vez más jueguen con smartphones y tablets. Sin embargo, hasta el momento, estos dispositivos no llegan a sentidos como el olfato o el tacto. Por eso, los valencianos Isaac Saneleuterio y Maya Callejo decidieron crear la firma Kibi Toys bajo la que englobar una serie de juguetes educativos dedicados a estimular estos sentidos.
Isaac estudió arquitectura pero dejó la carrera a falta de presentar el proyecto final. "No quería trabajar para otros y pensé que si terminaba la carrera tendría alguna oferta y caería en la tentación", explica. En el caso de Maya, estudió Comunicación Audiovisual.
"La idea surge por la una necesidad. Yo tengo dos hermanos con síndrome de down y hay mucho juguete especializado", apunta Isaac. Por eso decidieron crear un juego de memory de texturas, olores, fuerzas y pesos. "En el caso de las texturas es un juego de parejas, de iguales", explica Maya. Se trata de una especie de cubiletes que, al introducir el dedo, se tocan las paredes y se perciben texturas rugosas, pegajosas, suaves o blandas.
"Aprendes el concepto y estimula la memoria y complementa con los dispositivos electrónicos ya que el aumentar el desarrollo de unos sentidos va en detrimento de los otros". Estas texturas están relacionadas con objetivos del día a día como el suave con un oso de peluche o el rugoso con un mando a distancia. "Lo relacionamos por similitud de imágenes, del concepto", explica Isaac. En el caso del juego de los olores, que están también en estos cubiletes, se han seleccionado tanto buenos como malos - ajo, café, canela, rosa o chocolate-.
En el caso de los gradientes, se trata de tener en cuenta la fuerza, el peso los volúmenes y las partículas. También existe uno de sonidos que moviéndolo permite identificar qué tipo de contenido tiene dentro. Este juego educativo está dirigido a niños a partir de dos años, pero también a la estimulación de personas con enfermedades cognitivas como el alzheimer.
En el mes de diciembre los pondrán a la venta en la página web ya que has ahora no podían verse por cuestiones del registro del diseño industrial ya que su intención es sacar su producto a Europa. Su cliente es cualquier interesado en la educación sean tutores, familiares, para escuelas de educación infantil, educación especial, estimulación para rehabilitación cognitiva, alzheimer o fundaciones de sindrome de down.
Para los centros tienen un servicio de préstamos. "Es una suscripción por la que pagan una pequeña cantidad mensual y conforme vayamos sacando nuevos juegos se los iremos renovando y también si se rompen", explica Isaac.
"El diseño es austerio para que no distraiga a la vista y que no tenga un aspecto infantil para que no cause rechazo en los mayores", apunta. Asegura que hasta el momento quienes lo han probado lo han visto como algo muy novedoso. "Lo bueno es que un niño toca y ve elementos que tienes en casa y que los padres lo pueden enseñar". Además, destaca que no hace falta que el niño sepa lo que es. "Lo huele y ya es un estímulo, es información para él". Destaca que el de texturas funciona muy bien y que el de olores les sorprende. En el caso de gradientes suelen utilizarlo niños más mayores. Hasta el momento han conseguido autofinanciarse pero la intención es hacer tiradas más grandes y llevarlos a las tiendas.