En estos tiempos que corren, parece que lo fácil, cómodo y rápido es elegir y comprar regalos a golpe de clic, pero nosotros defendemos el comercio de proximidad, apreciamos a los pequeños emprendedores, admiramos la valentía de aquellos que sacan adelante sus negocios día a día con tanta perseverancia y valoramos los productos artesanos y de cercanía. Esta Navidad tenemos más motivos que nunca para comprar productos valencianos: es un acto de responsabilidad y coherencia, es una forma de ayudar directamente a las familias que están detrás de estos proyectos, de contribuir a la necesaria economía local, que es la vida, sustento y alimento de tantas personas en nuestros barrios, pueblos y ciudades.
Aquí está nuestra guía de regalos navideños, elaborados o fabricados por artesanos locales o marcas valencianas de los municipios afectados, porque esta Navidad queremos (y tenemos que) reivindicar lo nuestro con más vehemencia que nunca.
Y más allá de estas ideas, hay muchísimas otras: puedes empezar por acercarte a Paiporta, a Chiva, a Algemesí, a Aldaia, a Catarroja o a cualquiera de los municipios afectados para, además de echar un cable y gestionar donaciones que sean necesarias, comprar en floristerías como la de María Dolores (Alfafar), en fruterías (¿acaso hay algo más seductor para una hedonista que un “ramo” de alcachofas?), en carnicerías como La Boutique de la Carne A Tallaetes (Benetússer), en librerías como Bufanúvols (Catarroja) y Librolandi (Benetússer), en restaurantes como Farigola & Menta (Torrent) o en vinotecas como Vins i Mes (Benetússer), que tiene nueve años de vida. “Estamos haciendo cajas sin parar, la gente se ha volcado con el comercio local”, nos cuenta ilusionada Pilar Cerveró, su propietaria. Allí encontrarás una estantería llena de productos valencianos: vinos, cavas, cervezas artesanas o arroces valencianos. El turrón ya ha volado, pero hay mucho más para regalar.
Una bandeja de pastas o un Roscón de Reyes de Pastelería Marcelito (Paiporta)
En esta pastelería, que acaba de reabrir hace unos días, encontramos a Llanos despachando los golosos manjares y a Marcelo elaborándolos en el obrador. Los paiportinos están felices con la reapertura: “tiene que volver la vida y el comercio al pueblo”, claman. De momento han montado un obrador provisional gracias a que un vecino les ha donado estanterías y el mostrador, para poder cubrir la demanda propia de estas fechas navideñas, pero después de las fiestas cerrarán unas cuantas semanas para hacer una reforma.