VALENCIA. La semana ha sido pródiga en asuntos de corrupción. Como siempre. También como (casi) siempre, el Partido Popular y su entorno han brillado con luz propia (y no sólo por las luces LED de Alfonso Rus, que siguen trayendo cola) en este particular, sobre todo merced al informe de los inspectores del Banco de España sobre la salida a bolsa de Bankia, en el que se indica lo que, a estas alturas, más que una sospecha era un clamor: que Rato y Olivas falsearon las cuentas para mentir a los inversores .
En el capítulo de escándalos freak y con elementos exóticos, tenemos los mensajes de Whatsapp entre el Pequeño Nicolás y uno de sus principales padrinos, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz. En esos mensajes se muestran, por un lado, las enormes similitudes en el comportamiento de García Legaz respecto del sexo femenino con el mostrado por los insignes Ozores, Pajares y Esteso en tantas y tantas películas españolas del "destape". Y, por otro, que en efecto García Legaz era muy receptivo a los requerimientos del Pequeño Nicolás para reunirse con sus candidatos para desarrollar diversos contratos y proyectos empresariales en España y otros países.
Naturalmente, todo eso sólo aborda lo esencial y lo más entretenido, en lo que se refiere a la órbita del PP. Pero es que esto es un artículo, no una enciclopedia que pueda compilar pormenorizadamente semejante volumen de información. Los escándalos tienen al PP tan noqueado que suceden cosas insospechadas hace muy poco tiempo, como la dimisión de Ana Mato o el ingreso en prisión de Carlos Fabra. Pero el caso es que, así y todo, la semana tal vez no haya sido tan horrible para el PP. Porque, al menos, pueden agarrarse a un argumento poderoso para su electorado y, en particular, para desmovilizar al electorado hostil. La idea de que "todos son corruptos".
SI TODO ES CORRUPCIÓN, LA RESPONSABILIDAD SE DILUYE
El argumento del "todos corruptos" siempre fue, claro está, una falacia. Afortunadamente, no todos los políticos son corruptos. Pero es que tampoco todas las conductas inapropiadas son corrupción. Y ni siquiera, cuando hablamos de corrupción, son todas las corrupciones iguales, del mismo alcance o gravedad. Pero el caso es que la corrupción afecta más (electoralmente hablando) a unos partidos que a otros, porque ataca a la base de su discurso y las razones de su éxito. Es el caso de los recientes escándalos que involucran a la familia de Tania Sánchez (flamante candidata de IU a la presidencia de la Comunidad de Madrid), y el ya comentado asunto del número dos de Podemos, Íñigo Errejón, y su contrato de técnico de investigación en la Universidad de Málaga.
Desde mi punto de vista, los dos asuntos están a años luz entre sí. Tanto desde el punto de vista cuantitativo, como desde el cualitativo: no hay comparación posible entre los 1800€ mensuales del contrato de Errejón y los 1,2 millones de euros obtenidos por la empresa del hermano de Tania Sánchez en sucesivas adjudicaciones de contratos públicos del ayuntamiento de Rivas. Pero, además, tampoco es lo mismo que obtengas un contrato específico en el que quizás, o quizás no, concurra el afecto personal del director de la investigación, o su presencia en el mismo partido político (Podemos), para otorgárselo a Errejón, con lo que tenemos en el ayuntamiento de Rivas.
Esto último, a la espera de tener las prometidas explicaciones por parte de Izquierda Unida, tiene pinta de ser, en el peor de los casos, un miniGürtel en toda regla. Y es, en todo caso, una práctica absolutamente impresentable para un gestor público: otorgarle contratos, de cuantía en absoluto menor, a la empresa de un familiar. Porque no se trata de una única concesión, sino de una sucesión de contratos adjudicados año tras año; ni es una empresa en la que el familiar (el hermano de Tania Sánchez) ocupe una posición secundaria.
El problema, en el caso de Tania Sánchez y de su padre, especialmente vinculado con la concesión de estos contratos, no es una cuestión de legalidad (esa es la explicación que han dado desde IU: que los contratos son legales. Es cuestión de ética, de entender lo que es preciso hacer en estos casos: no participar en absoluto del procedimiento de adjudicación de contratos si en el mismo se presenta la empresa de un familiar. Porque, en caso contrario, es demasiado fácil interpretar este asunto, por muy legal que sea, como un proceso cerrado, en el que la empresa que se presenta a concurso, y quienes adjudican los concursos, actúan desde el principio de común acuerdo. Sobre todo porque, además, las cantidades de las que hablamos no son en absoluto pequeñas.
Frente a todos estos asuntos, como decía, el escandalillo de Errejón se antoja una cuestión menor, enormemente inflada por el discurso de tolerancia cero con la corrupción de la "Casta" que está detrás del éxito de Podemos (entre otros factores). Y lo es, pero precisamente por ello es un error la reacción que se está dando desde Podemos, hablando de oscuras conspiraciones para dejarles en mal lugar, y tomándose el asunto, en líneas generales, con poca seriedad. Resulta antológico, al respecto, que el aporte de evidencias del trabajo de Errejón incluya archivos informáticos cuya fecha de modificación es anterior al comienzo del contrato. Es decir, que el trabajo se hizo antes de que quien en teoría lo hizo comenzase a trabajar. Una peculiar paradoja temporal.
Por no hablar de la reacción de IU con "su" escándalo, en donde también aparece el argumento de la conspiración contra IU y la contraposición con los escándalos del PP, mucho peores. Y, sí, son peores, pero que existan asesinos en serie no legitima a nadie para pegarle un puñetazo a otro, por mucho que argumente que lo suyo es una cuestión menor.
Claro que hay medios y partidos políticos interesados en dejar mal a estas formaciones. Porque, evidentemente, el objetivo de señalar los escándalos de corrupción que aquejan a los partidos que pretenden suceder, y superar, a las formaciones teóricamente agotadas del bipartidismo es socavar su credibilidad, y enterrar las dinámicas del voto protesta en la desilusión generalizada del "todos son iguales", que promueve el abstencionismo. La cuestión es si desde Podemos, o desde IU, se les facilitan las cosas.
#prayfor... Juan Carlos Monedero y Carmen Lomana
Y mientras otros tienen problemas de corrupción, el también dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero abre una sorprendente veta política para ensanchar los apoyos electorales del partido: su relación con la diva de las revistas del corazón, la famosa Carmen Lomana. Monedero se reunió con Lomana en un bar madrileño y ambos fueron sorprendidos por los paparazzi a su salida (no sé si con una sorpresa verdadera o concertada previamente).
Desde entonces Lomana, que hace un mes protagonizó un enfrentamiento con Monedero vía Twitter, habla maravillas de él. ¿Estamos ante una reedición del mítico enlace entre Miguel Boyer e Isabel Preysler o simplemente ante una buena amistad? ¿Es todo una operación de marketing? ¿Una operación de Podemos para dulcificar su imagen, frivolizar? Nada es seguro, salvo esto: el asunto fue debatido en las redes sociales hasta la saciedad (tal vez "debatido" sea una palabra muy seria y "comentado" se ajuste más).