Este lunes, 8 de septiembre, la Comunitat Valenciana abre oficialmente el curso escolar 2025-2026, marcando el regreso a las aulas de más de 800.000 estudiantes distribuidos entre las etapas de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Un total de 83.592 docentes estarán al frente de los centros educativos, trabajando para garantizar una educación de calidad y afrontar los retos de este nuevo curso. El inicio de curso supone un momento clave para la comunidad educativa, que encara un año lleno de oportunidades para avanzar en innovación y bienestar, pero también con desafíos estructurales que requieren de planificación y consenso.
Este arranque llega tras meses de preparación por parte de la Conselleria de Educación, que ha diseñado un calendario y una estrategia de inicio con el objetivo de que la vuelta a las clases se produzca con la mayor normalidad posible. Uno de los cambios más significativos de este año es la ampliación del calendario escolar a 181 días lectivos, dos más que el curso pasado. Esta medida persigue alinear la Comunitat con la media europea y favorecer una mejor distribución de contenidos a lo largo del curso, reduciendo la presión en los periodos finales y fomentando un aprendizaje más progresivo y equilibrado. El curso finalizará el 19 de junio de 2026, con los tradicionales periodos vacacionales ya fijados: las vacaciones de Navidad, entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, y las de Semana Santa, del 2 al 13 de abril. Además, se mantiene la posibilidad de que los Consejos Escolares Municipales determinen hasta tres días no lectivos adicionales, adaptando el calendario a las necesidades de cada localidad.
Más allá del calendario, este curso se enmarca en un proceso de transformación digital que ha ido consolidándose en los últimos años. Las aulas valencianas están experimentando una modernización que implica tanto la incorporación de recursos tecnológicos avanzados como la creación de entornos virtuales de aprendizaje que complementan la enseñanza presencial. Este proceso no solo afecta a los alumnos, sino también a los docentes, que contarán con programas específicos de formación para optimizar el uso de estas herramientas y mejorar la calidad de la enseñanza. No obstante, la digitalización trae consigo nuevos retos. Conscientes de esta realidad, la administración autonómica ha diseñado proyectos pioneros en salud digital, que se implementarán de manera experimental durante este curso. Estos programas tienen como objetivo educar a alumnos, familias y profesorado en el uso responsable de la tecnología, fomentando hábitos saludables y previniendo problemas relacionados con la atención, el sueño y el bienestar emocional.
El bienestar emocional será otro de los ejes estratégicos de este curso escolar. En los últimos años, los centros educativos han detectado un incremento significativo en los casos de ansiedad, estrés y dificultades emocionales, tanto en estudiantes como en docentes. En respuesta, la Conselleria ha anunciado la puesta en marcha de equipos de apoyo psicológico y la creación de protocolos de actuación preventiva, así como la formación de orientadores y docentes en la detección temprana de problemas emocionales. Este plan pretende ofrecer a los centros recursos suficientes para convertirse en espacios seguros y saludables, donde el aprendizaje vaya de la mano de la educación emocional y la convivencia positiva.

- Foto: EDUARDO PARRA/EP
El ámbito de las infraestructuras educativas continúa siendo uno de los grandes retos pendientes. Aunque en los últimos años se ha avanzado en la reducción de aulas prefabricadas, todavía existen centros que reclaman mejoras urgentes en sus instalaciones. Este curso, la Generalitat ha reafirmado su compromiso con el Plan Estratégico de Infraestructuras Educativas, que tiene como objetivo no solo renovar los centros más antiguos, sino también construir nuevos edificios en áreas donde la demanda escolar ha crecido de forma notable.
Las actuaciones previstas incluyen la creación de espacios sostenibles y energéticamente eficientes, en línea con los objetivos europeos de transición ecológica, así como la incorporación de diseños que favorezcan la accesibilidad y la inclusión. Un reto adicional este año será la reconstrucción de infraestructuras afectadas por la Dana. La tormenta dejó graves daños en varios municipios, afectando tanto a instalaciones escolares como a servicios básicos. La Conselleria ha señalado que estas actuaciones serán prioritarias durante los primeros meses del curso, con el fin de restablecer la normalidad en las zonas más afectadas.
La aplicación total de la Ley de Libertad Educativa marcará un antes y un después en este curso escolar. Esta normativa busca garantizar la libertad de elección de las familias, fomentar la pluralidad en los proyectos educativos y promover una mayor autonomía para los centros. Su implementación supondrá ajustes organizativos en los colegios e institutos, además de un trabajo de coordinación entre la administración y los equipos directivos para asegurar una transición ordenada y coherente. La administración educativa trabajará en la adaptación normativa para garantizar que estos cambios legislativos se implementen de manera gradual y sin sobresaltos, ofreciendo seguridad jurídica y claridad a docentes y familias. Esta aplicación total será clave para consolidar un marco legal estable y actualizado que responda a las necesidades actuales del sistema educativo.
La participación de la comunidad educativa será también un aspecto clave a lo largo de este curso. La colaboración entre administración, centros y familias es esencial para construir un sistema más equitativo y eficiente.
Otro punto relevante será la equidad educativa. La Comunitat Valenciana sigue enfrentando diferencias notables entre zonas urbanas y rurales, así como entre centros con distinta capacidad de recursos. Para abordar esta situación, se prevé reforzar programas de compensación educativa y estrategias dirigidas a mejorar la atención a la diversidad. La inclusión se mantiene como uno de los principios rectores, con especial énfasis en el alumnado con necesidades educativas especiales y en la prevención del abandono escolar temprano.
El curso 2025-2026 se perfila, por tanto, como un año decisivo para la educación valenciana. Por un lado, se consolidan avances significativos en modernización digital, salud emocional y planificación del calendario. Por otro, persisten desafíos estructurales que requieren atención sostenida, como la mejora de infraestructuras y la reducción de las desigualdades territoriales. Los próximos meses serán clave para evaluar el impacto de las medidas adoptadas. Solo a través de la cooperación y la planificación a largo plazo será posible garantizar que la educación valenciana siga avanzando y que cada estudiante encuentre en la escuela un lugar donde crecer, aprender y construir su futuro. Este inicio de curso simboliza la confianza de la sociedad en la educación como herramienta para afrontar los desafíos de un mundo en constante transformación.
Pedro Adalid es doctor en Educación y profesor universitario de Políticas de Calidad Educativa y Planes de Mejora