VALÈNCIA. La posibilidad de que se paralicen las obras de ampliación del Puerto de Valencia se ha convertido en el primer gran asunto de oposición del PPCV y de su líder, Carlos Mazón, contra Pedro Sánchez de la mano de los empresarios. Realmente, de 'pre-oposición', puesto que el nuevo Gobierno ni siquiera ha iniciado su andadura.
La situación que se está produciendo con este tema resulta curiosa. Las críticas al Ejecutivo central vienen dadas por el hecho de que ERC y Junts pudieran estar presionando a Sánchez con que frene la ampliación debido a que supondría que se agrandara la brecha respecto al Puerto de Barcelona. Es decir, que perjudicara a sus intereses económicos. La bola se ha hecho grande ante el escenario de que además se pudiera tratar de un punto en las negociaciones para la investidura.
Lo cierto es que nadie ha reconocido oficialmente que eso esté sucediendo. Al menos por el momento. La lógica parecía indicar que los partidos independentistas ya tenían suficiente con lograr sus grandes objetivos políticos, como son la amnistía a todos los implicados en los delitos cometidos durante el 'procés'y que se fijen las condiciones para un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, desde días atrás aparecía una supuesta nueva condición: que se paralizara la ampliación del Puerto de Valencia.
Tal vez por el hecho de que el posicionamiento político de estos partidos –al igual que el de Compromís o el de la propia líder de Sumar, Yolanda Díaz– sea contrario a esta actuación y de que haya podido aparecer en conversaciones entre las formaciones que no han trascendido, surgió la teoría de que ERC y Junts estaban presionando a Sánchez de cara a la investidura con el asunto, como publicó Vozpopuli. Tanto, al parecer, que podía convertirse en un tema de Estado como nunca antes en tiempos recientes había sucedido con uno valenciano y, de paso, derivar en un conflicto territorial.
El rumor circula entre el empresariado valenciano. Así que las advertencias tardaron poco. La más sonada ha sido la de la patronal. El presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) y vicepresidente de la CEOE, Salvador Navarro, manifestó en un comunicado el pasado lunes que espera que la ampliación del Puerto de Valencia "no se utilice, de forma directa o indirecta, como moneda de cambio en ningún tipo de negociación política". Con ello, pidió a Pedro Sánchez que, "en caso de existir presiones por parte de ERC y Junts para frenar la terminal, las desoiga". "Desde la CEV esperamos que esas supuestas negociaciones, no oficiales, pero puede que oficiosas, no deriven en la paralización de la terminal norte del Puerto", afirmó.