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ximo puig, a la espera de un puesto tras los 'premios' del psoe a expresidentes  

El PPCV se prepara para el modo oposición ante el primer compás de un Gobierno de Sánchez

Foto: EDUARDO MANZANA
18/08/2023 - 

VALÈNCIA. El PPCV, al igual que la formación a nivel nacional y en los territorios, se prepara para el modo oposición contra Madrid. Tras la sesión constitutiva del Congreso este jueves con el acuerdo entre el PSOE y los nacionalistas e independentistas para el control de la Mesa, Génova ve ya prácticamente imposible un resquicio para la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Los socialistas, por contra, sí consideran mucho más cercana la de Pedro Sánchez. Y, aunque todavía quedan muchas negociaciones por delante, lo ocurrido se traduce en los primeros compases para la conformación de un nuevo Gobierno del líder del PSOE. Así que el PP lo fía todo ahora mismo a la repetición de las elecciones. 

La diputada por Baleares y expresidenta de esa comunidad autónoma Francina Armengol fue escogida presidenta del Congreso por mayoría absoluta en primera votación. La dirigente socialista cuenta con un perfil que no desagradaba a los independentistas, y su elección le ha permitido a Sánchez obtener su primera imagen de éxito de la legislatura. A diferencia de la de Feijóo, que no pudo amarrar los apoyos suficientes para su candidata, Cuca Gamarra, y que le dejó como el gran derrotado de la jornada. 

Todo pivotó en torno al acuerdo entre el PSOE y Junts, que incluía la creación de una comisión de investigación sobre los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils (Tarragona); la reactivación de la comisión de investigación sobre "las cloacas del Estado y el caso Pegasus" de espionaje a dirigentes independentistas; y el uso del catalán en el Congreso "con plena normalidad, junto con el resto de lenguas oficiales del Estado" de forma inmediata. Esto último fue el primer anuncio de Armengol en su discurso una vez tomó posesión. 

Junts ya anticipó en un comunicado oficial que el pacto con los socialistas se circunscribía a la Mesa del Congreso y que no tiene nada que ver con la negociación sobre la investidura, pero la lectura general es que allana el camino. La Mesa de Congreso supone controlar y conducir la acción legislativa desde la Cámara Baja, por lo que si no hubiera habido un acuerdo del PSOE el escenario que habría dejado la sesión era el de una muy probable repetición electoral. Ahora, todo se encuentra más encauzado aunque no haya nada definitivo. 

Francina Armengol, tras ser elegida presidenta del Congreso. Foto: EP/EDUARDO PARRA   

Los socialistas abandonaron el hemiciclo en un clima positivo. En su contra juega el contexto político en el que se mueven sus posibles socios vascos y catalanes. La pugna PNV-Bildu y Junts-ERC por la hegemonía dentro del nacionalismo será dura ante las elecciones que tengan lugar en los territorios en 2024 (programadas en el País Vasco y con posibilidad de adelanto en Cataluña). De ahí que no sepan hasta qué punto están dispuestos a tensar la cuerda. Sin embargo, el PSOE piensa que, en cualquier circunstancia, lo que no le conviene a ninguno de todos es una repetición de los comicios generales porque les penalizaría en las urnas. 

Ese entendimiento entre socialistas y nacionalistas no se dio en el ala derecha, con un distanciamiento evidente entre el PP y Vox que este jueves se comprobó en que los primeros no cedieron un puesto en la Mesa a los segundos una vez se conoció la posición de Junts. Vox acabó quedando fuera del órgano en una fotografía de alejamiento entre dos formaciones que sí son socias en los gobiernos de diversas autonomías, entre ellas la valenciana. 

En todo este contexto, los populares ya se ven como oposición. Dure lo que dure la legislatura. Y sea con una investidura fallida o sea con Sánchez como presidente del Gobierno quién sabe cuánto tiempo. Hay quien vaticina que de haber Ejecutivo, no durará mucho ante la inestabilidad de llegar a acuerdos constantes con tantos partidos. Pero hay quien recuerda que el líder del PSOE ya consiguió mantenerse en la Moncloa más de lo que muchos esperaban. 

Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo, este jueves en el Congreso. Foto: EP/ Eduardo Parra   

El PP tiene que centrarse ahora, por lo tanto, en su estrategia. Algo que toca de lleno a territorios como la Comunitat Valenciana por muchos motivos. Para empezar, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, jugará un papel bien diferente dependiendo del final de esta historia. Y si Sánchez vuelve a la Moncloa, será claramente el de confrontación con el Gobierno central. 

Este rol lo puede jugar en varios ámbitos. Primero, en el discurso público a la hora de reclamar los intereses valencianos básicos, como son las inversiones, las infraestructuras, los presupuestos, el cambio de sistema de financiación o el agua. Resulta indudable que Mazón alzará mucho más la voz ante un Ejecutivo de signo contrario. Máxime con los antecedentes de Sánchez en su trato a la Comunitat en los últimos presupuestos –sobre todo a la provincia de Alicante– o en la nula atención que le ha generado la financiación ante otras prioridades para mantener el apoyo de sus socios. Este último asunto, si acaba teniendo preeminencia en las negociaciones para un futuro Ejecutivo, no será desde luego por tratarse de una reclamación valenciana, sino por ser la de las fuerzas independentistas.  

Vías de oposición

Pero el líder del PPCV, al igual que otros dirigentes autonómicos, cuenta con más vías de presión, como son la conferencia de presidentes, los consejos territoriales o el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Los populares, que tras las últimas elecciones autonómicas y municipales de mayo amasaron gran poder territorial, cuentan ahora con más fuerza en este ámbito. Y, aunque no se trata de algo que pueda condicionar toda la acción del Gobierno central, los posicionamientos en este tipo de órganos sí pueden resultar molestos y complicar la gestión nacional por ejemplo en materia financiera. 

Tan claro parece que el PPCV se inicia en el modo oposición que este mismo jueves se puso manos a la obra. El primer ataque a Sánchez fue por el hecho de que el pacto con Junts supone que se reconozca el uso del catalán, el euskera y el gallego en el Congreso, además de que los socialistas lo pidan en la Unión Europea. El PPCV critica que dejen fuera el valenciano y acusan al líder del PSOE de reírse de la Comunitat. 

Primero expresaron su malestar a través de Twitter. Pero luego anunciaron que el Consell realizará este viernes una declaración institucional "en defensa de la lengua, cultura y señas de identidad" de la Comunitat Valenciana. El acto se celebrará en el Palau y, según lo anunciado oficialmente, sólo acudirán algunos consellers del PP


Carlos Mazón y Alberto Núñez Feijóo. Foto: EDUARDO MANZANA   

Y mientras todo esto sucede, una posibilidad se abre en un hipotético Ejecutivo de Sánchez: ¿y si Ximo Puig, fuera ministro? El exjefe del Consell quiere luchar para que haya presencia del PSPV en el Gobierno central. En qué se traduciría es un interrogante que sólo puede despejar Sánchez y que dependerá exclusivamente de él. Pero si la pregunta ya surgía hace unas semanas, ahora cobra más fuerza después de que haya premiado a dos expresidentes autonómicos. 

De un lado, Francina Armengol es presidenta del Congreso. Un puesto que le convierte en la tercera autoridad del Estado. De otro, el expresidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara se ha convertido en vicepresidente del Senado. Una persona que, desde luego, no es de la cuerda de Sánchez pero a quien le ha regalado lo que se conoce en política como un retiro dorado. 

Así que no son pocos los que se cuestionan qué pasa con Puig. Hay quien comenta que de haber sido diputado, no habría sido de extrañar que hubiera sido propuesto para la presidencia del Congreso, puesto que también encajaría en ese perfil de sensibilidad territorial y lingüística. Pero esa opción quedará como incógnita porque no era real. De manera que donde algunas fuentes del PSOE ubican ahora al exjefe del Consell es como ministro. 

Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara, este jueves en el Senado. Foto: EP/Carlos Luján   

Puig tiene claro que quiere mantener un papel activo y que el Senado es un foro que puede aprovechar para relacionarse en política nacional. Sus movimientos no han sido los de una retirada en el liderazgo del PSPV aunque ya haya situado a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, como número dos del partido y posible sucesora. Jugar la bola de un ministerio no parece descabellado para muchos y hay quien ya considera que, si eso ocurriera, también es importante qué departamento pudiera ocupar para gestionar cuestiones que afecten a la Comunitat. Así, fuentes socialistas destacan la importancia de áreas como Política Territorial o Industria, donde encajaría por su perfil y donde podría mantener un discurso que le diera rédito político. 

Pero algunas voces dentro del PSPV reconocen que no es algo que se pueda dar ni mucho menos por seguro y que, además, tampoco es del todo comparable su situación con la de, por ejemplo, Vara, quien sí ha dado un paso al lado en el liderazgo del PSOE extremeño. En cualquier caso, a Puig se le podría ubicar en la comisión más importante el Senado, como es la Comisión General de las Comunidades Autónomas. Todo dependerá de los próximos movimientos para la conformación de Gobierno. 

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