VALÈNCIA (VP). Los primeros resultados del proyecto VALE –@mideelaire– muestran cómo los árboles pueden convertirse en aliados naturales para entender y combatir la contaminación del aire. El estudio, realizado en los laboratorios de la Universitat de València (UV), analizó hojas de higuera, olivo y naranjo recogidas por el alumnado del CEIP Sierra de Calderona de Gilet y del Colegio Sorolla de València.
La iniciativa ha sido ideada y liderada por la arquitecta e investigadora Isamar Herrera, quien impulsa este proyecto de ciencia ciudadana que combina educación, territorio y medio ambiente con el objetivo de concienciar sobre la calidad del aire que respiramos.
El análisis se centró en trece elementos contaminantes —entre ellos fluoruros, cloruros, óxidos de nitrógeno, nitratos, bromuros, fosfatos, sulfatos, litio, sodio, amonio, potasio, magnesio y calcio— y midió su presencia tanto en la superficie como en la cera de las hojas.
Los resultados indican que los contaminantes derivados de la combustión, como el bromo y el dióxido de nitrógeno —asociados principalmente al tráfico y a la quema de combustibles fósiles—, aparecen en concentraciones muy reducidas, inferiores a 0,1 mg/L y 0,01 mg/L, respectivamente. El estudio también confirma que las hojas actúan como filtros naturales: el material particulado tiende a acumularse más en la superficie de la hoja, mientras que en la cera la presencia es aproximadamente un 50% menor.
Otra conclusión destacada es que las muestras recogidas en València registran una mayor presencia de contaminantes que las de Gilet, lo que refleja la diferencia entre un entorno urbano y otro de menor densidad poblacional. Entre las especies estudiadas, la higuera se situó como la más eficaz en la captación de partículas, acumulando más contaminación tanto en la superficie como en la cera de sus hojas.
“El proyecto demuestra que las hojas nos ofrecen un mapa silencioso de la contaminación. Gracias a la colaboración de colegios y laboratorios, hemos podido traducir lo que los árboles registran día a día”, señala Herrera.
Con este primer análisis comparativo entre Gilet y València, VALE abre la puerta a nuevas investigaciones y a la creación de una red ciudadana que contribuya a medir, cuidar y proteger tanto a los árboles como al aire.