ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA FERIA INMOBILIARIA DEL MEDITERRÁNEO

Valero: "En Urbe 2019 habrá menos expositores y más producto. Es una edición de estabilización"

25/09/2019 - 

VALÈNCIA. A poco menos de un mes para la celebración de la feria por excelencia del sector inmobiliario Urbe las previsiones que maneja la organización del certamen son positivas. A falta de cerrar los últimos detalles de la convocatoria, que aspira a revalidar las buenas cifras de asistencia cosechadas en la pasada edición, lo que ya está claro es que el número de expositores será levemente menor que el año pasado, aunque eso sí, habrá más producto.

"Urbe 2019 va a ser una edición de estabilización porque aunque habrá menos expositores que el año pasado, 50 frente a los 53 de 2018, tenemos un 20% más de superficie y habrá más producto", explica a Valencia Plaza su presidente, Juan Valero. Esta disminución en el número de stands la achaca "a la concentración de las empresas grandes a nivel nacional" muchas de las cuales "venden a través de comercializadores". Por eso, el presidente de la feria habla de una consolidación de un certamen que se recuperó en 2016 y en los últimos años ha ido creciendo acompasado por el viento favorable que sopla en el sector inmobiliario.

"Empezamos en el 2016 con doce expositores pero hemos ido doblando en las últimas tres ediciones. El año pasado fueron 53, el anterior 25 y el anterior 12. Esta es la edición de la estabilización. Es muy reciente la normalización del sector", asegura Juan Valero.

  

En esta edición, que se celebrará del 17 al 20 de octubre en Feria Valencia, ya han confirmado asistencia grandes firmas nacionales como Metrovacesa, Neinor, Aedas, AQ Acentor y Quabit. Como novedad se sumará Via Célere y Sareb que hace unos mese selló una alianza con Värde Partners para la constitución de la promotora Árqura Homes con la que prevé construir y vender 17.000 nuevas viviendas en todo el país en los próximos años con una inversión de 2.238 millones de euros. Repetirán presencia promotoras locales como Ficsa, Urbem o Urvitra.

Como es tradicional, el día previo a la apertura de puertas, Urbe organizará unos encuentros de debates y discusión sobre sector inmobiliario. En esta ocasión la reflexión se centrará en la situación del mercado en la Comunitat de la mano del BBVA Research. "También habrá una ponencia de Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, y dos mesas de debate: una con promotores y entidades financieras y otra que versará sobre sostenibilidad y la nueva normativa de aislamiento y consumo de energía en edificios", avanza.

Sus sensaciones son positivas. "Vemos que los precios se están estabilizando y hay más interés de público por la feria. El año pasado Cohispania hizo un estudio y el 40% de los visitantes encontraron lo que necesitaban", subraya.

"No hablaría de boom, pero sí de buena marcha"

La estabilización de la feria tiene su reflejo en la situación actual del mercado inmobiliario. A su juicio, se está en "en un momento de estabilización porque las circunstancias económicas y de mercado han cambiado". "La financiación en este momento es buena y los bancos tienen capacidad y la conceden siempre que los proyectos sean viables. Ahora está más regulado que antes de la crisis. Favorecen los bajos tipos de interés y que hay mucha gente que está trabajando. El público que viene a comprar ya se ha hecho su estudio y puede comprar", señala.

Aunque se muestra prudente a la hora de hablar de un nuevo 'boom' del ladrillo, sí destaca la buena marcha de la construcción que, sin embargo, se enfrenta a la subida de costes y una escasez de mano de obra consecuencia de la crisis. "Yo no hablaría de boom porque en València por ejemplo hay en cartera unas 6.000 viviendas y mucha concentración y presencia de los cuatro o cinco promotoras nacionales, aunque también hay interés de inversores y estamos las compañías locales que hemos quedado tras la crisis".

Valero pone el énfasis en el auge de la actividad promotora pero en determinadas plazas españolas. Y es que mientras se desarrollan importantes proyectos en ciudades como Madrid, Barcelona y València y en zonas como la Costa del Sol, en el resto de España es más reducida, incluso en algunos puntos inexistente. "La actividad promotora está en un momento de velocidad de crucero. Lo que ocurre es que está localizada en determinados focos donde se desarrolla la actividad económica. Incluso dentro de la propia provincia de Valencia está concentrada en la ciudad", afirma. 

Un desarrollo de suelo que acaparan, principalmente, las grandes compañías que tienen varios proyectos en marcha. De hecho, advierte de una falta de suelo en la ciudad. "Hay poco y el que hay vacante está fuera de las zonas con conexiones de transporte y no sería económico desarrollarlo. Lo que se está construyendo en dos o tres años se absorberá y tendremos que ir a la primera corona del área metropolitana", afirma.

Conseguir la licencia, un gran dolor de cabeza 

Entre los principales problemas que se encuentran los promotores a la hora de desarrollar un proyecto, Valero apunta, además de la falta de mano de obra tras casi siete años de paralización en el sector de la construcción, a la inseguridad jurídica ante los cambios normativos y la poca agilidad en la concesión de licencias municipales para poner en marcha un proyecto. "Como consecuencia de la corrupción, los técnicos municipales toman muchas cautelas y son demasiado exigentes. Se tarda en obtener una licencia de construcción unos 8 meses, aunque ahora han intentado agilizar la tramitación vía colaboración público-privada", afirma. "Al final una inversión inmobiliaria es financiera y el tiempo es una variable fundamental. Estamos en un momento que se vende y esta ralentización impacta en los resultados", lamenta.

Respecto a los precios, prevé una subida "muy moderada". "Al principio se construía por debajo del precio de coste, entonces fue subiendo paulatinamente hasta ahora que estamos con precios de venta que cubren los costes", indica.

De cara al futuro, cree que se mantendrá el buen momento inmobiliario, aunque con una bajada de los ritmos de construcción. A su juicio, la apuesta de futuro será la rehabilitación de los inmuebles y si la falta de suelo persiste, la actividad promotora se tendrá que "reinventar" hacia otros segmentos como las oficinas o los hoteles.

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